La pandemia por la COVID-19 llegó de manera imprevista y golpeó a muchos sectores sociales y económicos en el Perú. Entre ellos uno de los más importantes: el mercado laboral. Los empleos formales proporcionan a las personas los medios para sobresalir y más en una crisis sanitaria, además que ayuda a que cada país tenga una estabilidad económica y social. Sin embargo, con la crisis económica que provocó el coronavirus en nuestro país, la informalidad se duplicó a cifras no vistas desde hace más de 20 años.
Según el informe Perspectivas sociales y del desempleo en el mundo 2022, existen 28,8 millones de desempleados solo en América Latina y el Caribe, la región más afectada en el 2020 por el coronavirus, llegando a tener una caída de 7.5 % del Producto Interno Bruto y el descenso de 36 millones de empleos. Ante ello, en este estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que el desempleo disminuirá en un 8.8% en 2023.
EMPLEOS EN EL PERÚ
La recuperación de los empleos en el Perú viene ascendiendo. La población ocupada en el país alcanzó a 17′481,300, de las cuales 9′196,700 tiene empleo adecuado y 8′284,7 cuentan con un trabajo informal. En Lima Metropolitana, en el trimestre (abril, mayo y junio) se alcanzó 5′087,700 personas con empleos, la cual representa el 93,2% de la PEA.
DESEMPLEO EN EL PERÚ
El desempleo es una de las problemáticas que cada año está presente. Por ello, muchas personas optan por acceder a un trabajo informal con la finalidad de cubrir sus necesidades. Además, otros profesionales no ejercen su carrera por falta de oportunidades o no encuentran una plaza vigente.
En el último informe técnico del primer trimestre entre enero y marzo del INEI, se registró una tasa de desempleo de 6.0 %, lo que bajó a un 2.2% en comparación con el trimestre del año pasado. En este punto, para combatir el desempleo en el Perú, el decano del Colegio de Economistas del Perú, Carlos Castro, resalta la importancia e inversión que el Estado debe proporcionar al sector educativo.
“La educación debe ser presupuestada con una buena inversión para el país. Estaría construyendo una sociedad con mayores oportunidades tanto hombres como mujeres, pensando en esos jóvenes que no tienen oportunidades de empleabilidad”, señala el economista Castro.
LA INFORMALIDAD EN EL PERÚ
La informalidad es una consecuencia del desempleo y si no se elaboran mecanismos para combatirla esta podría aumentar cada año. Según las cifras del INEI, existe una mejora, pero mínima. En el 2007 la informalidad en el Perú alcanzaba el 80 % y en el 2019 llegó a alcanzar un 72.7 %, antes de la pandemia por la COVID-19.
Luego de la pandemia, el Perú alcanzó el 76.8 % de trabajadores informales, lo que superó en 1.5 porcentuales más que en el año 2020. En cambio, en el primer trimestre de 2022, la tasa de empleo informal del país fue de 76.1 %.
En el Perú, las micro, pequeñas y medianas empresas representan aproximadamente el 99.6 %. Sin embargo, el 86 % se encuentra en la informalidad, según un informe presentado por la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep).
Por su parte, Katy Noriega, abogada laboralista y asociada principal de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (o PPU), mencionó que la informalidad continuará siendo un problema si no existe una visión amplia y bien estructurada.
“La informalidad sigue siendo un problema para el Perú. La pandemia no ha creado, sino lo ha agudizado, producto a la cantidad de empleos que se ha perdido y empresas que se han visto obligadas a cerrar. El Estado ha perdido de vista una problemática que era previa y presente. Hablamos de un problema estructural”, señala experta en derecho laboral.
LA TERCERIZACIÓN
Este es uno de los temas por el cual los empresarios han decidido no invertir y lo que genera menos puestos de empleos. En mayo del 2022, la Comisión de Economía del Congreso aprobó el proyecto de ley 1726/2021-CR, que restringe la tercerización laboral. Este proyecto fue presentado por el Ministerio de Trabajo.
Por ello, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce esta modalidad y recomienda que se promueva la regularización, pero que no se elimine. Por ello, Noriega explica que esta medida empuja a que las empresas sigan manteniéndose en la informalidad.
“Se perderían 71,000 puestos de trabajo en las microempresas y 43,000 puestos de trabajos en grandes empresas. Además, cerrarían aproximadamente 1,000 empresas”, sustenta Noriega ante la medida de tercerización.
¿CÓMO PODEMOS COMBATIR LA INFORMALIDAD?
La informalidad no solo es supervisar a las empresas que ya son formales, sino también una fiscalización a las que se encuentran en el camino de pasar a la formalidad. En esta parte, la abogada laborista recomienda una “fiscalización inteligente”, esta permitirá acompañar, orientar y corregir a las empresas que están en proceso.
“No los atacas con sanciones. Los atacas con orientación, con acompañamiento, con unidades de mejores y con identificación de los efectos favorables. Si detectas que estás estructuras se quieren formalizar, pero desconocen, están confundidas, evalúan los costos porque no encuentran ningún beneficio. Ahí es donde tienes que actuar. Eso es una fiscalización inteligente”, explica la asociada principal de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (o PPU),
Si estás medidas son tomadas en cuenta por las autoridades competentes, probablemente, se verá un cambio a corto plazo. Caso contrario, la informalidad perdurará en los próximos años.
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