Familiares de Bruno Pacheco fueron claves para que se entregue a la justicia

El equipo especial de la Policía descubrió que el ex secretario presidencial se comunicaba con sus parientes para informar sobre su estado de salud. Ayudaron a convencerlo a que deje la clandestinidad.

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Bruno Pacheco se entregó a las autoridades el sábado 23 de julio.
Bruno Pacheco se entregó a las autoridades el sábado 23 de julio.

Para que se concrete la entrega del exsecretario presidencial Bruno Pacheco, quien estaba prófugo de la justicia hace más de tres meses, se tuvo que recurrir a su familia para convencerlo de que deje la clandestinidad y colabore con la justicia como ya lo viene haciendo al revelar actos de corrupción en los que estaría involucrado el presidente Pedro Castillo.

Según el diario La República, el equipo especial de la Policía Nacional, al mando del coronel Harvey Colchado, descubrió que Pacheco se comunicaba con algunos parientes para informar sobre su delicado estado de salud. Según trascendió, padecería de la enfermedad del cáncer y ello se habría agravado al estar escondido para no responder a las autoridades.

Por esa razón, los efectivos hicieron contacto con la familia de Pacheco con el fin de persuadirlo para facilitar su captura. No fue una negociación fácil debido a que el exsecretario del presidente Castillo desconfiaba de la Policía Nacional y en sus órganos de inteligencia. “Temía que su entrega sería revelada a sus enemigos, quienes, según alegó, querían silenciarlo para que no hable”, informó una fuente al citado medio.

Debido al temor de Pacheco, los miembros del equipo especial de la Policía le explicaron que no tenían ningún vínculo con el gobierno ya que su trabajo era reportado al Ministerio Público. Específicamente, a la fiscal superior Marita Barreto, coordinadora del Equipo Especial de Fiscales contra la corrupción del Poder.

“Estoy cagado y estresado por esta situación. Soy diabético e hipertenso y estoy con el colesterol altísimo. Y tengo problemas urinarios”, habría dicho Pacheco a los policías durante las negociaciones para entregarse. El exsecretario presidencial les dijo, además, que temía ir a la cárcel por allí lo iban a matar.

Tras llegar a acuerdos, un representante legal de Pacheco presentó un escrito al fiscal Raúl Martínez Huamán para que se varíe su situación jurídica, a cambio de someterse al proceso de colaboración eficaz. Este pedido fue elevado al juez Manuel Chuyo, quien dispuso una resolución con su firma al jefe de la Policía Judicial y de Requisitorias, ordenando el levantamiento del mandato de ubicación, captura y conducción del ex hombre de confianza de Castillo.

Con la disposición judicial, la Policía recibió la ubicación del propio Pacheco para que sea recogido el último sábado cerca a las 11 de la noche. Lo encontraron en un grifo del distrito de Chorrillos, donde portaba un pantalón negro, casaca azul y lucía un porte demacrado.

Pacheco le ha dicho a la fiscalía que entregará pruebas de los casos en los que está involucrado. Estos se encuentran relacionados a la licitación del Puente Tarata III, la repartición de obras públicas del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, las actividades del grupo de congresistas conocidos como Los Niños y el pago de sobornos a cambio del ascenso de grado de general en la Policía Nacional. Por lo pronto, ya brindó algunos detalles.

HUIDA Y SOBORNOS

El ex secretario de Palacio de Gobierno ha revelado que el presidente Pedro Castillo dio la orden a su subsecretario Beder Camacho para que coordine su fuga en marzo pasado.

Según el diario El Comercio, Pacheco indicó ante los fiscales que estuvo en la clandestinidad por tres meses por una decisión del jefe de Estado. Esto confirma una presunta obstrucción a la justicia de Castillo, quien, precisamente, es investigado tras lo denunciado por el exministro del Interior, Mariano González que no deseaban buscar a los prófugos de este gobierno.

Por su parte, el mismo citado medio de comunicación reveló que Pacheco confesó que al menos a diez oficiales de la Policía Nacional entregaron un pago de USD20 mil que fue canalizado a través de las escoltas del mandatario, los suboficiales PNP Jorge Tarrillo Gálvez y Nilo Irigoin Chávez, apodados como “las sombras”.

Los generales policiales fueron incluidos en una lista hecha por los sobrinos del presidente: Fray Vásquez Castillo (actualmente prófugo de la justicia) y Gianmarco Castillo Gómez. Todo ello bajo la dirección del jefe de Estado. Luego, la nómina terminó derivada al entonces comandante general de la PNP Javier Gallardo para que se cumplan de inmediato.

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