Una de las principales problemáticas que afecta al Perú está vinculada directamente a la producción, tráfico y consumo de drogas. Esta situación cobró mayor impacto, y preocupación, a partir de la década de los noventa. Con su acelerada transformación, se permitió distinguir qué países son calificados como productores, consumidores y de tránsito, de manera individual o conjunta.
El avance de las tecnologías se convirtió en un aliado para la expansión del narcotráfico y la formación de organizaciones ilícitas que trafican con los estupefacientes para consumo directo o como materia prima.
Perú no ha sido excluyente de estos cárteles y asociaciones internacionales que encuentran diversas estrategias para esparcirse sin ser descubiertos por las autoridades. Entre las personalidades que forjaron fortuna en este bajo mundo de lo ilegal se encontró un peruano, conocido con el apelativo de el ‘Lunarejo’, considerado uno de los narcotraficantes más populares en la región, ampliando su territorio de acción hacia Chile y Colombia.
EL NEGOCIO FAMILIAR
Siguiendo un modelo similar al de la familia Corleone, término tomado de la ficción El Padrino de Mario Puzo, un grupo de peruanos enrrumbó una aventura delincuencial con la fachada de una empresa familiar que permitía el transporte de personas.
En este contexto aparece el nombre de Fernando Melciades Zevallos Gonzales, conocido por ser propietario de Aerocontinente, una de las aerolíneas comerciales más usadas en los noventa e inicios del 2000.
El nombre de Zevallos se involucra en una cronología de hechos que nos arrastra al año 1995 cuando se informó desde Piura que incautaron 3.5 toneladas de cocaína, un hecho resaltante, al ser la primera vez que se hacia el registro de semejante cantidad.
En el hallazgo se capturó a los hermanos José Tito y Humberto López Paredes, a quienes se reconoció como miembros del “Cártel Norteño”. Ambos fueron interrogados en un operativo que contó con más de 10 fiscales adjuntos. En un atestado, que elaboró la División de Inteligencia de la Dirección Nacional Antidrogas (Dirandro), se escribió el nombre de Fernando, quien era conocido como ‘Lunarejo’, por la marca en su rostro de peculiar tamaño.
La Dirandro logró recolectar datos que describían cómo fue el procesamiento y embarque de las toneladas de droga que iban a parar en el extranjero. El detenido y empresario peruano tenían una estrecha relación porque el segundo facilitaba el transporte por medio de sus aeronaves. El vínculo se confirmó cuando uno de los pilotos, encargados de la movilización, estaba registrado en la aerolínea Transportes Aéreos Unidos de la Selva Amazónica (TAUSA), otra red que controlaba Zevallos.
AEROCONTINENTE
El caso tomó forma, y con el inicio de la investigación policial, el dueño de la empresa aérea no fue el único involucrado. En la lista se sumó a su hermano, Winston Ricardo, su cuñada Mónica María Córdoba Sánchez y Yohn Iván Mejía Magnani. A ellos se les señaló por usas naves para ingresar bienes de capital valorados en más de 40 millones de dólares entre enero de 1992 y 1995.
El informe escrito por los peritos sostienen que la familia se reunió a inicios de 1992 para acordar formar Aerocontinente, la cual fue inscrita en día 9 de enero en la ciudad de Tarapoto. Se conoce que comenzaron este proyecto con 600 dólares, pero sería el monto inicial que crecería rápidamente y sin levantar sospecha alguna.
En el directorio no se incluyó a Fernando. Este tenía una misión apartada, la de constituir una empresa de importación y exportación, titulada International Pacific Trading INC, en Florida. El 7 de abril inició sus operaciones con un avión alquilado. Cinco meses después obtuvo otro. Ya para 1993, contaba con más aeronaves, varias de ellas provenientes de Estados Unidos.
¿De dónde sacaron dinero para adquirir naves? Un informe indica que el dinero invertido fue proporcionado por seis personas, todas vinculadas a la familia Zevallos, quienes tenían el objetivo de ocultar las operaciones financieras que realizaban.
Según la declaración de Mejía Magnani, pese a que Fernando Zevallos Gonzales no pertenecía al directorio, desde 1995, se le seguía reportando el dinero de los ingresos hacia Miami, Florida.
El trabajo de las autoridades concluyeron que se trató de un delito de lavado de activos, de acuerdo a la sentencia que emitió el Colegiado E de la Corte Especializada en Crimen Organizado y Corrupción de Funcionarios, que anunció su privación de la libertad por 27 años.
La red criminal que en un inicio fue construida por 6 personas, terminó por reunir a 51 ciudadanos, entre los que figuran sus hermanos y su madre.
Para 2016, el fiscal Jorge Chávez Cotrina, titular de la Primera Fiscalía contra el Crimen Organizado, acusó que se crearon empresas de fachada como Aerocontinente, Nuevo Continente, Vuela Perú, Aviandina, entre otras, las cuales movieron un aproximado de 250 millones de soles por casi tres décadas.
“ES UN NARCAZO”
En este caso se resalta el nombre del periodista Miguel Ramírez, quien fue responsable de una investigación completa para unir los hechos que ocultaba el clan Zevallos y allegados. En una columna publicada en el diario El Comercio, describió que en uno de los viajes que hizo a la selva en 1995 escuchó su nombre tras la incautación de cocaína.
Mencionó que, cuando se encontraba en Tarapoto, recibió una invitación para asistir a la discoteca Papilón, un establecimiento donde se reunían policías, narcos y figuras de la DEA.
“Ese día se realizaba el Miss San Martín, lo que me llamó la atención fue el premio, 5000 dólares otorgados por Aerocontinente”. Cuando preguntó quién era el dueño, le respondieron que se trataba de ‘Lunarejo’, “un narcazo”.
UNA HISTÓRICA SENTENCIA
“Histórica sentencia”: Así calificó una publicación oficial del gobierno peruano. La condena fue por lavado de activos vinculado a conversión, transferencia, ocultamiento y tenencia.
En esta investigación se superó el centenar de audiencias públicas de juicio oral por un periodo de 3 años y 2 meses. La sentencia por las actividades ilícitas, expuesta por la jueza Emperatriz Pérez Castillo, también incluyó un monto de S/ 250 millones (aproximadamente 9 millones de dólares) por concepto de reparación civil que todos los condenados deben cumplir de manera solidaria.
Actualmente el narcotraficante peruano cumple dos condenas: 20 años por narcotráfico y 27 años por lavado de activos.
INTENTO DE ANULAR LA CONDENA
El empresario usó su defensa legal para intentar anular la condena que se le impuso en febrero de 2019. Para el 2021, la Corte Suprema confirmó su decisión contra el exdueño de la desaparecida compañía aérea.
Sumado a esto, se conoció gracias a un apoyo audiovisual del Poder Judicial de Chile que intentaron extraditar a tierras mapochas para enfrentar un proceso criminal, el cual no prosperó porque en Perú se recibió una sanción penal bastante alta.
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