Siete de cada diez peruanos todavía no usan plataformas digitales para transacciones financieras

Perú figura, junto a México, como el país con menor nivel de digitalización en el uso de servicios y productos financieros en la región, según el estudio de Inclusión Financiera y Digitalización de Credicorp, elaborado por Ipsos.

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El país muestra todavía un
El país muestra todavía un largo camino por recorrer en la digitalización financiera.

Desde hace dos años, la pandemia del covid-19 se convirtió, probablemente, en uno de los principales catalizadores de cambio en la interacción de los peruanos con la industria financiera. La digitalización de productos y servicios financieros le permitió a las personas y negocios seguir realizando transacciones incluso bajo entornos marcados por el distanciamiento, y se constituyó en un medio fundamental para la promoción y la aceleración de la inclusión financiera en el Perú.

Ese importante avance, sin embargo, muestra todavía un largo camino por recorrer en la digitalización financiera de todos los peruanos, según las cifras recogidas por el reciente Estudio de Inclusión Financiera y Digitalización de Credicorp, elaborado por Ipsos en siete países de la región (Perú, Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador, México y Panamá). De acuerdo con el estudio, hoy 7 de cada 10 peruanos todavía no usan plataformas digitales para transacciones financieras y el país se ubica, junto a México, como el de menor nivel de digitalización (30%) en el uso de servicios y productos financieros, entre los países evaluados.

El análisis define tres niveles de usuarios digitales, determinados sobre la base de la frecuencia de uso de plataformas financieras digitales (billeteras móviles, apps bancarias y banca por internet) y el empleo de estas tanto en el pago de productos y servicios como en la realización de transferencias financieras. Mientras el usuario no digital es aquel que todavía no hace uso de las plataformas digitales para realizar transacciones, el usuario ocasional es aquel que las utiliza menos de una vez al mes y el usuario recurrente es aquel que las emplea una o más veces al mes para concretar sus transacciones financieras. Así, si bien el Perú registra un alto nivel de usuarios aún por digitalizar, a la vez muestra un relevante porcentaje de usuarios recurrentes (21%, el cuarto más alto de los países evaluados) y un reducido grupo de usuarios ocasionales (9%).

“Estas cifras evidencian la necesidad y oportunidad que tenemos como país para seguir impulsando una digitalización que, además, se traduzca en inclusión financiera. Las herramientas digitales son un poderoso y efectivo aliado en la ardua tarea de incluir financieramente a cada vez más peruanos, porque nos permiten llegar más rápido, estar más cerca y hacerles la vida más simple. Y nosotros lo hemos podido ver de cerca con experiencias transformadoras como la de Yape, que ha logrado incluir a más de 1.6 millones de ciudadanos al sistema financiero”, indicó Enrique Pasquel, Gerente de Asuntos Corporativos de Credicorp.

DIGITALIZACIÓN EN SUBGRUPOS POBLACIONALES

El Estudio de Credicorp e Ipsos, además, refleja el avance disímil que tiene la digitalización financiera entre los diversos subgrupos poblacionales del país. Según las cifras recogidas, en cuanto a ámbito de residencia la mayor oportunidad de crecimiento en el uso de las soluciones financieras digitales se encuentra en el ámbito rural, donde el 88% de personas son consideradas usuarios no digitales; por encima del promedio regional (78%) y del 66% de usuarios no digitales registrado en el ámbito urbano peruano. En el ámbito rural peruano, apenas el 6% son usuarios digitales recurrentes de este tipo de soluciones (25% en el ámbito urbano) y el otro 6% son usuarios ocasionales (9% en el ámbito urbano).

La inclusión financiera es uno
La inclusión financiera es uno de los motores principales para mejorar la calidad de vida de las personas y acelerar los cambios que necesita el Perú.

Otra de las diferencias más marcadas en el avance de digitalización financiera se da en el factor de nivel socioeconómico (NSE). Mientras el 87% de peruanos pertenecientes al NSE bajo todavía no usa medios digitales para transacciones financieras -cifra 11% superior al promedio regional-, el nivel de usuarios no digitales en el NSE alto alcanza apenas el 29%. En esa misma línea, el porcentaje de usuarios digitales recurrentes en el NSE alto (58%) supera en más de siete veces el registrado dentro del NSE bajo (8%). En el NSE medio, los usuarios digitales recurrentes alcanzan el 27%, los ocasionales representan el 13% y los no digitales llegan al 60%.

Si bien las diferencias son menos profundas que en los subgrupos poblacionales anteriores, el Estudio refleja además diferencias en materia de género respecto al avance de la digitalización. Así, el 73% de peruanas aún no realiza transacciones financieras digitales, lo que constituye una cifra 6% mayor al promedio regional (67%) y 7% mayor al nivel de usuarios no digitales existente entre los hombres peruanos. Al comparar usuarios ocasionales (8% mujeres y 10% hombres) y usuarios recurrentes (24% hombres y 19% mujeres), las diferencias se reducen levemente.

Por su parte, los grupos etarios de 18 a 25 años (35%) y de 26 a 42 años (26%) son aquellos que muestran un mayor nivel de usuarios digitales recurrentes, mientras que los de 43 a 59 años y de 60 a más años son los que evidencian una mayor necesidad de digitalización, con 83% y 89% de usuarios que hoy no utilizan soluciones financieras digitales, respectivamente. En concordancia con ello, el análisis por tipo de ocupación refleja que los jubilados mantienen la mayor cantidad de usuarios no digitales (89%), seguidos por las personas amas de casa (86%) y desempleadas (70%).

El Estudio de Inclusión Financiera y Digitalización presentado se enmarca en el Índice de Inclusión Financiera de Credicorp (IIF) elaborado por Ipsos, mediante el cual el holding busca aportar información valiosa y útil que permita crear economías más inclusivas y sostenibles, como parte de su estrategia de sostenibilidad.

“Para Credicorp, la inclusión financiera es uno de los motores principales para mejorar la calidad de vida de las personas y acelerar los cambios que nuestros países necesitan. Por eso, seguiremos impulsando una digitalización que nos permita construir una relación ágil e innovadora con cada vez más usuarios de la industria, acelerar el avance de la inclusión financiera y, así, el desarrollo de nuestro país”, concluyó Pasquel.

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