Emprendedores utilizan ingresos de sus negocios para cubrir gastos familiares y sus empresas se deterioran

Obtener financiamiento en el Perú es una vía para mejorar la situación económica de los emprendedores, que representan el mayor porcentaje de la estructura empresarial en el país. Sin embargo, algunos no logran dejar su situación de vulnerabilidad pese a conseguir capital de trabajo para su negocio, comentó a Gestión Joel Siancas, presidente del directorio de Caja Sullana.

Como ya se conoce, las micro, pequeñas y medianas empresas (Mypes) representan casi el 99.6% de la estructura empresarial. Ahora, de estas, el 86% opera de manera informal, dificultando así el aporte a la recaudación tributaria y a la productividad de la economía, según un informe presentado por la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep).

Ahora, de los formales, hay quienes no manejan bien el dinero de su negocio y utilizan estos ingresos para cubrir gastos personales en situaciones de necesidad, comportamiento que es más frecuente en escenarios complicados como el que tenemos en este momento.

“Algunos no calculan bien sus ventas futuras y adquieren más mercadería de la que necesitan, o simplemente copian esquemas de negocios y no les dedican el tiempo suficiente”, se puede leer en el informe. La entidad financiera presta fondos para el emprendimiento pero al presentarse una dificultad en el hogar, el microempresario los usa para aliviar el problema y termina mezclando ambos presupuestos, se añade.

Según se pudo conocer el pasado 6 de junio, el dinero destinado a las micro y pequeñas empresas a través del programa Reactiva Perú solo alcanzó a la sexta parte de todas las Mypes que hay en el Perú, osea solo el 16.6% del medio millón que existen: 83 mil empresas.

Así lo señaló Rodolfo Ojeda, presidente del Gremio de la Pequeña Empresa (COPE) de la CCL, quien resaltó que “no ha tenido un efecto favorable” el programa fomentado para la reactivación económica de los emprendimientos golpeados por la crisis económica de la pandemia del COVID-19.

Para este programa, el Estado destinó S/60 000 millones. Sin embargo, la mitad fue para las grandes empresas, que representan el 1.3% del total de las unidades productivas “El 50% restante fue entregado a las micro, pequeñas y medianas que, en conjunto, suman el 99% del universo de empresas, lo que demuestra que esta ayuda financiera no ha sido equitativa ni ha favorecido a las Mypes, que necesitaban con urgencia reactivarse”, sentenció.

Javier Flores, director general de la fundación Microfinanzas BBVA, manifestó que uno de cada tres emprendedores, con créditos activos hasta agosto del 2021, logró salir de la pobreza, mientras que los dos restantes no superaron esa condición. Por tal motivo, en un contexto macroeconómico difícil, “dichas conductas aceleran el deterioro o cierre de emprendimientos”, comentó. “Somos conscientes de que los clientes de este segmento son volátiles y algunos vuelven a caer en la pobreza”, agregó.

Según la gerente general de Financiera Confianza, Ana Cecilia Akamine, más del 72% de los emprendedores se encuentran en pobreza extrema, pobreza o situación de vulnerabilidad. También detalló que el objetivo es que más peruanos superen la línea de pobreza monetaria, que es un disponible mensual de S/ 378 por persona en el país, pues muchos viven con S/ 12 o menos, en promedio, al día.

Javier Flores enfatizó la importancia del acompañamiento constante de la entidad financiera al emprendedor, no solo con la oferta de servicios adecuada, sino con formación y capacitación. Añadió que si bien algunos cubren su canasta básica, al ser vulnerables, pueden regresar al grupo de pobreza ante cualquier necesidad.

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