¿Cómo ayudar psicológicamente a un niño con paladar hendido ante un caso de bullying?

El psicoterapeuta Daniel Mena Ramírez, de la organización Smile Train, nos da algunas recomendaciones para prevenir y afrontar estas situaciones violentas entre los niño que tienen labio fisurado y/o paladar hendido.

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¿Cómo ayudar psicológicamente a un niño con paladar hendido ante un caso de bullying?
¿Cómo ayudar psicológicamente a un niño con paladar hendido ante un caso de bullying?

Luego de casi dos años difíciles a raíz de la pandemia del COVID-19, los niños y/o adolescentes dejaron sus clases virtuales para volver a la presencialidad, sin embargo, todo indica que han vuelto con más agresividad y se ven más casos de bullying.

Por esa razón, el psicoterapeuta Daniel Mena Ramírez, de la organización Smile Train explica la razón del bullying y cómo se puede combatir si su menor hijo sufre de ello.

“Debo empezar afirmando que el bullying no se genra en las escuelas, el bullying se genera en los hogares… El bullying se ve, se expresa, tiene su espacio de desarrollo en la escuela, pero empieza en el hogar. Y empieza en el hogar del niño que abusa, del bully, del matón, y también del niño que es víctima de éste. Se genera en los hogares donde hay conflicto, donde hay dificultad para la comunicación, donde el estilo comunicacional es agresivo, donde hay violencia aunque esta no sea violencia física ni verbal. En suma, hogares en los que no hay empatía, es decir no se ha desarrollado la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender sus sentimientos, su punto de vista”, comenta el psicoterapeuta Daniel Mena Ramírez

Al ser consultado, el psicoterapeuta sobre las señales de alarma que nos pueden indicar que nuestro hijo está sufriendo bullying. “El niño que es víctima de bullying en el colegio, normalmente llega a casa abatido, enojado, se irrita fácilmente, se queda pensando en silencio, no disfruta de lo que antes disfrutaba, tiene un deficiente rendimiento académico. En otros casos, expresa su rabia, su frustración. Si el niño se queja de ser objeto de abuso, nunca hay que relativizar la situación ni proponer soluciones simplistas y evasivas; es indispensable que los padres se involucren en el tema y que el niño se siente defendido, que sienta que a sus padres le interesa su seguridad y bienestar y que harán lo necesario para que el abuso cese. Si los padres le recomiendan actuar con violencia (¿por qué no le pegas tú también?, ¡rómpele la cara!) y no se involucran (lo peor que pueden hacer), él se sentirá aun más frustrado, desprotegido; el dolor lo abate, no duerme bien, amanece cansado, come con desgano, no expresa alegría, teme volver al colegio, pone excusas, se queja de malestares que le impiden ir a clases. Estar atento a las señales es importante pues el niño puede empezar un cuadro ansioso depresivo que, dependiendo de la edad, lo puede llevar a tomar decisiones extremas hacia el abusador o hacia él mismo, se ha visto que pueden organizar una agresión en grupo o hasta llegar a querer quitarse la vida”, afirmó Daniel Mena Ramírez.

En el caso de los niños con paladar hendido y labio fisurado, no son ajenos al bullying, es por ello que el psicoterapeuta Daniel Mena Ramírez nos da los tips para que como padres sepamos manejar mejor la situación: “De acuerdo con la forma en que los padres hayan afrontado la condición de su hijo, y el trato que le hayan dado, ya sea limitando su socialización, aislándolo, impidiendo su normal desarrollo al reducir la invalorable fuente de estimulación que proviene de la interacción con otros niños y con la familia, y sobreprotegiéndolo en la voluntad de evitarle algún sufrimiento, la condición de FLP puede ser efectivamente un factor de mengua en la autoestima del niño. Asimismo, si los padres han sobrellevado la condición de su bebé como una cruz, un castigo, siempre quejosos y lamentándose, exponiendo conductas de victimización consecuentes con las de aislamiento del paciente, con certeza tendremos un niño temeroso, inseguro, debido a la baja autoestima que deriva de los extremos cuidados y aislamiento al que los padres lo han sometido. La FLP puede ser generadora de baja autoestima, pero sólo en los casos en que los padres no han sabido manejar la situación con madurez o simplemente no han tenido apoyo emocional”.

Finalmente, al ser consultado sobre las recomendaciones para combatir el bullying, el especialista dijo lo siguiente: “En todos los casos, aun si el niño no presenta FLP, el rol de la familia en la prevención del bullying, como he detallado en las preguntas anteriores, es importantísimo, crucial. En la familia se gestan las conductas de independencia, se fortalece la autovaloración mediante el reconocimiento de las facultades propias de cada niño, un niño que conoce bien lo que vale, que valora los sentimientos e ideas de los demás, no necesita usar a nadie para afirmarse ante sí mismo ni ante un grupo. Los padres siembran una autoestima cabal en su hijo o hija cuando le enseñan con el modelo de ellos mismos a optar siempre por la comunicación y la empatía y nunca por el maltrato. Las escuelas deben velar activamente por la prevención del bullying, con un protocolo previamente diseñado con intervención de profesores y padres de familia, informando al alumno y a sus padres que esa conducta generará una intervención de la institución que comprende entrevistar a los padres a fin de que, de ser necesario sigan una psicoterapia de familia. La escuela debe promover dinámicamente el compañerismo, la equidad, el sentido de pertenencia grupal, creando las condiciones para que el niño que presenta inclinación por el abuso de otros, y el que puede ser objeto de abuso, se interrelacionen y compartan la exigencias académicas, de manera que desarrollen una relación más cercana que les ayude a cambiar la tendencia conductual que en sus hogares se ha gestado”, sentenció Daniel Mena Ramírez.

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