En los últimos días se conoció que el pabellón Santo Cristo, uno de los más antiguos y largos del cementerio El Ángel, situado en el distrito de El Agustino, había sido invadido por personas de malvivir. Habían construido varias casas pequeñas encima del nicho. Días después, los invasores fueron desalojados, sin embargo, como forma de represalia, quemaron los muros que no los dejaban transitar para llegar al lugar.
ATV Noticias difundió cómo había quedado el camposanto: habían desechos y residuos que dejaron y se notaba el debilitamiento de las paredes que los vecinos habían construido para impedir el ingreso de estas personas al cementerio.
Uno de los afectados relató que los invasores utilizaban ese alojamiento como fumadero y solo se dedicaban a hacer cosas indebidas. “De alguna forma hemos tratado de evitar estas cosas por nuestra propia cuenta, optamos por hacer ese murito, que en realidad no se respeta”, mencionó. No obstante, las personas de malvivir lo incendiaron.
También pidió la intervención de la Policía Nacional del Perú (PNP) y de la Municipalidad de El Agustino para que no se sigan repitiendo estos hechos. “Nunca vino la autoridad a apoyarnos y optamos por tomar algunas cosas como hacer el muro, pero no se ha respeto”, manifestó.
“Pueden volver porque este problema es recurrente, siempre ha pasado que han venido un momento, ha pasado el escándalo y después de cierto tiempo vuelve a pasar lo mismo”, concluyó.
NO ES LA PRIMERA VEZ
Javier Jaramillo, subgerente de negocios de la Beneficencia de Lima, contó que no es la primera vez que esto sucede en el cementerio El Ángel porque en 2019 y 2020 se vivió la misma situación causando molestia en los vecinos -que habían construido muros de contención- y los asistentes al cementerio, pues los invasores consumían drogas frente a todos.
“En el mes de mayo desalojamos casi cuatro chozas de ese tipo, estaban juntas y había más gente. Los vecinos cansados de la situación, también se organizaron para retirar a los sujetos de la zona. Luego de eso se botó todo lo que se encontró y ellos decidieron irse cuando vieron nuestro accionar”, dijo a El Comercio.
En el camposanto hay más de 800 mil personas enterradas. Hay un gran “problema de inseguridad en la ciudad, sobre todo de este secto (El Agustino) porque es un distrito muy complicado”, agregó.
“Nosotros vamos a tener que poner mecanismos en el cementerio para frenar el acceso de la calle hacia dentro con un alambrado de púas, lo que serían casi dos metros”, manifestó.
El subgerente de negocios de la Beneficiencia de Lima expuso que se necesita mucho apoyo del Serenazgo de El Agustino y la comisaría Santoyo.
La Municipalidad de El Agustino comentó que cuenta con un patrullero integrado y varios motorizados para que supervisen el cementerio durante toda la noche. Así, también cuentan con cámaras de seguridad para saber qué sucede durante el transcurso de la madrugada.
El desalojo a los invasores fue coordinado con la Policía Nacional del Perú (PNP) con permiso de la Beneficiencia. Es la segunda vez que un personal municipal interviene en la propiedad privada, pero las personas de malvivir quemaron el muro de contención como respuesta.
Al momento del desalojo no se encontró a nadie en las casas construidas sobre los nichos, solo había un perro que estaba cuidando el lugar.
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