El Gobierno decidió hoy oficializar el nombramiento de Gino Dávila Herrera como nuevo presidente ejecutivo del Seguro Social de Salud (EsSalud) en reemplazo de Alegre Fonseca Espinoza, quien presentó su renuncia al cargo. Con esto, Dávila regresa al cargo tras casi cuatro meses cuando la entonces ministra de Trabajo y Promoción del Empleo, Betssy Chávez Chino, dispuso su cambio.
Dávila ha tenido otros cargos en EsSalud como la Gerencia de Operaciones Territoriales, la Sub Gerencia de Seguridad y Salud, la Gerencia Central de Prestaciones de Salud. Adicionalmente, se desempeñó como gerente de la Red Asistencial Lambayeque, gerente de la Red Desconcentrada III, en la Gerencia de Red Desconcentrada Rebagliati y también como jefe de la Oficina de Administración en la Red Asistencial Rebagliati, entre otros cargos.
DESIGNACIÓN CONTROVERSIAL
Hay que recordar que el nombramiento de Dávila fue cuestionado en su momento.
Un informe del Órgano de Control Institucional del Seguro Social de Salud señalaría que existiría un “presunto conflicto de intereses en el ejercicio de cargo de presidente ejecutivo” de dicha institución.
Según el oficio N*001-2022-OCI se precisa que Dávila es “un funcionario comprendido en el informe de control específico N° 092-2021-OCI/0251-SCE (donde se le involucra en presuntos actos irregulares), y genera riesgo en afectar la transparencia de la implementación de la recomendación N°1 del citado informe”.
“En el informe en mención, se estableció la existencia de presunta responsabilidad administrativa de 7 funcionarios de EsSalud, entre los que se incluye al Sr. Gino Dávila Herrera, en su condición de gerente de la Gerencia de Operaciones Territoriales de la Gerencia Central de Operaciones del Seguro Social, durante el periodo de 8 de julio de 2020″, precisa el documento.
Esta no habría sido la única vez que Dávila llamara la atención de la prensa. Apenas iniciado el gobierno del expresidente Pedro Pablo Kuczynski, estalló su primer gran escándalo que involucró al Seguro Integral de Salud (SIS). En octubre de 2016 el programa “Cuarto Poder” difundió un audio en el que se oye la coordinación sobre presuntos negocios irregulares con clínicas y el SIS, el mismo que fue bautizado como “el negociazo”.
Los nombres de Carlos Moreno, consejero presidencial de PPK, y Aldo Peirano, propietario de la Clínica Osteoporosis, fueron los protagonistas de la conversación en la que se coordinaba un supuesto negociado en beneficio particular. “Estoy tomando EsSalud. Ahorita estoy poniendo al presidente de Essalud. Entonces, tú con los negocios que hagas con EsSalud, todo se pone plano. Gino Dávila es mi hombre de confianza”, se oye en el mencionado audio.
Por aquel entonces, el saliente presidente de EsSalud se desempeñaba como gerente de la Red Prestacional Rebagliati y era asesor de la presidencia de la institución que hoy preside. Tras la difusión de los audios tuvo que presentar su renuncia; sin embargo, dichos trabajos no aparecen consignados en la declaración jurada de intereses que Dávila presente en el 2020.
DESTITUIDO
En 2008, la entonces fiscal de la Nación y hoy congresista por Alianza para el Progreso, Gladys Echaiz, nombró a Gino Dávila como jefe del Instituto de Medicina Legal en reemplazo de Luis Bromley Coloma. Sin embargo, en 2015, terminó cesado por el entonces fiscal de la Nación, Pablo Sánchez.
Un informe periodístico reveló que —literalmente— la Morgue Central de Lima estaba en estado de coma bajo la gestión de Dávila. Tenía un grave déficit presupuestal de S/ 4 millones 451 mil 606. Esto a pesar de que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) le asignó una partida de S/ 9 millones.
Las consecuencias del mal manejo de la Morgue Central de Lima, con Dávila a la cabeza, se reflejaba en que los médicos forenses no contaban con guantes y mascarillas quirúrgicas que les permitiera protegerse ante enfermedades como tuberculosis, hepatitis y VIH.
Igualmente, en la Morgue Central de Lima había equipos que no eran utilizados a pesar del cuantioso valor por los cuales fueron adquiridos. Por ejemplo, un microscopio electrónico, cuyo costo resultó en 400 mil soles, y un tomógrafo, en un millón de dólares.