La buena talla, una linda sonrisa y unos ojos claros. El neerlandés Joran van der Sloot era encantador. Sin embargo, bajo esa máscara se encontraba un terrible monstruo que acabó con la vida de dos jóvenes: la peruana Stephany Flores de 21 años, en Lima; y la estadounidense Natalee Holloway de 18, en Aruba.
Este miércoles, el Poder Judicial autorizó la entrega de manera temporal del homicida, quien se encuentra purgando 28 años de cárcel en el penal de Challapalca, una cárcel a 5 mil metros de altura, por el crimen de Flores, para que responda por los delitos de extorsión y estafa, y sobre todo, para conteste por la desaparición de la norteamericana, de quien su cuerpo nunca fue hallado.
Joran Andreas Petrus van der Sloot (su nombre competo) nació un 6 de agosto de 1987 en Arnhem (Países Bajos). Cuando solo tenía tres años, su familia decidió mudarse a la paradisíaca isla de Aruba para continuar su vida. A orillas del mar Caribe, sus padres, Paulus y Anita, continuaron con sus carreras de abogacía y la enseñanza, así que le ofrecieron a Joran y a sus dos hermanos mayores, la mejor educación posible.
Desde muy niño, el neerlandés se dedicó a los deportes y destacó en el Colegio Internacional de Aruba. El fútbol y el tenis eran sus preferidos y ganó un par de campeonatos. Era un as en varias disciplinas deportivas; y en los estudios fue un “alumno de honor”.
El primer paso a la rebeldía fue cuando tuvo su primera novia a los 16 años. En esas circunstancias se vio tentado a mentir y a desobedecer a sus progenitores.
Con tal de intentar mantenerlo controlado, sus padres accedieron a que ese mudara a la casa de huéspedes que tenían en el jardín. Esta jugada hizo que van der Sloot tuviera más libertad. Además, conoció las noches locas y desefrenadas de Aruba, sobre toda, la involucradas con los casinos.
“No podían vigilarme las 24 horas del día. Estaba muy feliz de que mis padres me permitieran tener privacidad. Para ser honesto, realmente lo necesitaba, porque comencé la pubertad bastante temprano”, explicó a las autoridades.
Con relación a sus estudios, terminó el instituto sin mayores sobresaltos. Luego entró a la universidad para cursar administración de empresas, pero al poco tiempo lo dejó para intentar tentar un puesto en un restaurante.
Caso Holloway
La noche del domingo 29 de mayo de 2005, la joven Natalee Holloway salió del hotel Holiday Inn, en Aruba, junto a otras compañeras de clase para salir de fiesta. Se encontraban en la isla celebrando su graduación del colegio Mountain Brooke, de Alabama (Estados Unidos).
Según las investigaciones policiales al promediar la 1:30 a.m. del lunes 30, la norteamericana y su compañera Jessica regresaron al hotel y, mientras esperaban al minibús, Natalee se marchó momentáneamente a comprar algo de comer.
Al regresar, la norteamericana se encontró con Joran van der Sloot. Luego de una corta, pero animada conversación, el encantador lugareño se ofreció a llevarla a su hotel en su vehículo. Con él iban los hermanos Deepak y Satish Kalpoe, de 21 y 18 años, respectivamente. Fue la última vez que la vieron con vida.
“La ventana estaba baja, así que la vi perfectamente en la parte trasera del vehículo. Pensé: ‘Bueno, consiguió una manera de volver al hotel’. En el coche iba el mismo chico que había conocido en el casino de nuestro hotel. No éramos íntimas amigas, pero esa noche la pasamos juntas”, señaló Jessica sobre el encuentro entre Natalee y Joran.
“Era tan simpático que no había motivo para no estar con él. No recuerdo a nadie especialmente con él, pero siempre estaba ahí. Y esa noche estuvo en el pub, mil por ciento. Lo vi. Se lo conté infinidad de veces al FBI”, explicó en otra ocasión la testigo.
Desde entonces comenzó una rocambolesca historia en la que Joran van der Sloot cambió varias veces su versión sobre lo que verdaderamente había ocurrido esa noche.
Pero a pesar que todas las sospechas nada ni nadie era lo suficientemente concluyente para culpar de manera oficial al neerlandés y a los hermanos Kalpoe de la desaparición de Natalee Holloway.
La confesión de Joran van der Sloot
El 18 de diciembre de 2007, el caso de la desaparición de Holloway fue cerrado oficialmente por falta de pruebas.
Sin embargo todo dio un giro de 180° con la sorpresiva confesión del mismo Joran Van der Sloot. Tan solo dos meses después, en febrero de 2008, el periodista holandés Peter R. de Vries contrató a un informante, Patrick van der Eeem, para que reconozca el crimen.
Luego de meses de arduo trabajo, se ganó la confianza del asesino hasta que en un viaje en auto le cuenta al informante la manera en la que mató a la estadounidense. “Por supuesto que está muerta. (…) Todo terminó mejor de lo que nunca hubiera soñado, Patrick, porque nunca la encontraron. Porque si la hubieran encontrado yo estaría hundido en la mierda”, se puede escuchar en las grabaciones.
De acuerdo con lo que se puede ver en el video, Joran contó que estaban en los preliminares sexuales cuando Natalee empezó a temblar y “no se movió más”. La quiso reanimar, pero no pudo hacer nada, así que no tuvo mejor idea que llamar a un amigo para deshacerse del cuerpo: “Me dijo que tenía un bote, la levantamos y la subimos allí”. Este cómplice “me aconsejó que fuese por la mañana al instituto y me comportara con normalidad por si descubrían que faltaba la chica. Me di cuenta de que tenía razón, que tenía que actuar normal. Y pensé ir al casino para que así las cámaras me registraran”.
Mientras Joran le daba forma a su coartada, su amigo navegaba hacia mar abierto con el cadáver de Natalee a bordo. Dos millas después, “la tiró por la borda y volvió a casa. Me dijo que la iban a considerar desaparecida y que la buscarían. Pero que no iban a encontrar nada”.
A pesar que la cadena televisión neerlandesa RTL4 emitió la confesión de van der Sloot, el principal sospechoso alegó que todo era un invento producto de su consumo de marihuana. De esta manera, dejó sin chances que el video se admitiese como evidencia. Todo volvía al punto de partida.
Más alucinante fue lo que hizo el 29 de marzo de 2010. Ese día, el holandés llamó a la familia Holloway para extorsionarlos: pidió 25 mil dólares por revelar el detalle de la muerte de Natalee y la localización de sus restos.
Sin perder el tiempo, la madre de la fallecida avisó al FBI y esta agencia aceptó que primero le dieran 15 mil dólares, vía transferencia bancaria, y los otros 10 mil en efectivo. Cuando tuvo el dinero, envió un correo electrónico asegurando que todo era mentira y huyó. La familia se había quedado sin las pruebas del delito y con las esperanzas rotas.
Joran van der Sloot llega al Perú
Cuando las autoridades de Aruba se enteraron de lo ocurrido, la orden de detención internacional de la Interpol, en la que se acusada a Joran van der Sloot de fraude electrónico y extorsión, se interpuso el 3 de junio. Para entonces el sospechoso de asesinato ya se encontraba en Perú, donde llegó para participar en un torneo de póker.
Y en un jugada macabra del destino, un domingo 30 de mayo del 2010, justo cinco años después del crimen de Natalee Holloway, conoció a Stephany Tatiana Flores Ramírez (21) en un casino. Cerca de las 5:30 a.m. ambos subieron al cuarto de Van der Sloot. Allí, la asesinó.
Los médicos establecieron que la joven estudiante de economía había fallecido debido a una hemorragia cerebral producida por una fractura de cuello. En otras palabras: la estrangularon.
El mismo asesino contó como ocurrió todo esa madrugada. Luego del encuentro sexual, él salió a comprar café. Al regresar se topó con Stephany revisando su laptop y leyendo información acerca del crimen de Natalee. Esto habría sacado de sus casillas al apostador que vio como solución golpearla a su víctima en la cara y en la nuca. Finalmente, la ahorcó hasta la muerte. Antes de huir le robó los 5 mil dólares que la noche anterior había ganado en el casino.
Tras encontrar el cuerpo de Flores Ramírez, la policía peruana comenzó la búsqueda del huésped que se alojaba en dicha habitación, la cual dio frutos rápidamente. Y es que el control fronterizo de Chacalluta informó que, al día siguiente del crimen, el 31 de mayo, el holandés había cruzado hacia Chile.
Recién el 3 de junio fue arrestado intentando llegar a Santiago en un taxi. Los carabineros lo deportaron inmediatamente para que sea juzgado por las autoridades peruanas.
Asesorado por su abogado de oficio, el 7 de junio, Joran van der Sloot confesó el crimen. No estaba arrepentido, sino que lo hizo con el único motivo de una rebaja en su casi segura condena. Aquí hay un punto clave: las leyes en Perú castigan el asesinato con 35 años de prisión. Por otro lado, el homicidio involuntario, como alegó el homicida, solo acarreaba entre los 6 y los 20 años de cárcel.
“Yo no quería hacerlo. La chica se introdujo en mi vida privada… Ella no tenía ningún derecho. Me acerqué a ella y me golpeó. Estaba asustada, discutimos y trató de escapar. La agarré por el cuello y la golpeé”, intentó justificarse.
Poco antes del inicio del juicio, en enero del 2012, se publicó un video del culpable confesando el crimen. El 11 de enero aceptó su culpabilidad. “Sí, me considero culpable, estoy arrepentido, me siento muy mal”, aseveró ante el tribunal.
En otra coincidencia del destino, a tan solo horas antes que Joran van der Sloot fuera declarado culpable por el asesinato de Stephany Flores en la Tercera Sala Penal de Lima; su primera víctima Natalee Holloway fue declarada oficialmente muerta por el juez Alan King.
La condena
Joran van der Sloot fue condenado a 28 años de prisión y a pagar una indemnización de 74 mil dólares a los familiares de Flores. Durante la lectura del veredicto, la magistrada Victoria Montoya describió la “crueldad y ferocidad” de los hechos.
Con los años, y ya en el penal de Piedras Gordas (Ancón) se casó con Leydi Figueroa Uceda y tuvieron un hijita.
Pero debido a su genio revoltoso, Joran Van der Sloot fue trasladado a la dura prisión de Challapalca (Tacna) por la posesión ilegal de un celular donde, hasta hoy, purga prisión. Saldrá libre el 20 de junio de 2038.
“Siempre le he mentido a la policía”, mencionó en referencia al asesinato de Stephany. “Nunca les dije la verdad. Inventé muchas historias y nunca dije todo. La policía nunca sabía lo que tenían que preguntarme. Creo que fue una de las peores investigaciones policiales. Soy culpable también del caso Holloway y acepto todo lo que he hecho”, llegó a confesar a dos periodistas que lo grabaron desde la prisión.
EE.UU. espera a Joran van der Sloot
En Estados Unidos todavía le aguarda un juicio por la presunta comisión de dos delitos de extorsión y estafa contra Beth Holloway, madre de Natalee.
Gracias a la gestiones del gobierno peruano, el holandés será entregado de manera temporal a las autoridades estadounidenses.
Perú tiene un tratado de extradición con Estados Unidos. Aunque había acordado extraditar a Joran van der Sloot cuando acabe su condena en 2038, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Daniel Maurate Romero, informó en un comunicado que se “decidió acceder a la solicitud de entrega temporal formulada por las autoridades estadounidenses” del homicida.
La madre de la desaparecida, Beth Holloway, manifestó lo siguientes: “Quiero expresar mi gratitud sincera a la presidenta de Perú, Dina Boluarte; la gente calurosa de Perú, la familia de Stephany Flores, el FBI en Miami, Florida, y en Birmingham, Alabama, la oficina del fiscal de los EE.UU. en Birmingham, la embajada de los EE.UU. en Perú y la embajada peruana en los EE.UU., mi abogado de muchos años John Q. Kelly, que ha trabajado incansablemente en este caso, y George Seymore y Marc Wachtenheim, de Patriot Strategies”.
Ahora, Joran van der Sloot también deberá contestar a las autoridades en Estados Unidos.