A pesar que en el último Ranking de Competitividad Mundial 2022, elaborado por el Institute of Management Development (IMD) de Suiza, Perú escaló cuatro ubicaciones, alcanzando el puesto 54 de 63 países con 49.63 puntos, aún falta mucho trabajo por hacer debido a que en el país sigue existiendo un bajo nivel de desempeño en factores de infraestructura básica, tecnológica y científica, así como la precariedad en la educación y las instituciones.
Ante ese contexto, Infobae conversó con Paola del Carpio, coordinadora de investigación en la Red de Estudios para el Desarrollo (Redes), quien comenta sobre cómo la falta de inversión privada y la precariedad en las instituciones viene impactando en la pérdida de productividad y competitividad del país en el actual contexto económico y social afectado por la pandemia del covid-19 y la crisis política.
¿Por qué el país ha venido perdiendo su productividad en los últimos años?
A pesar que el Perú vino creciendo productivamente hasta antes de la pandemia, debido a que se pusieron bien los cimientos en el lado macroeconómico, hoy vemos que la inflación nos está pasando factura, ya que en el lado microeconómico que afecta hoy al día a día a los peruanos no se terminó de hacer bien la tarea. Se ha dejado de lado a la población más vulnerable de caer nuevamente en pobreza.
¿Cómo la pandemia ha impactado a la pérdida de productividad en el país?
Si hablamos de capital humano, de educación y salud, con la pandemia se ha perdido bastante, ya que no vemos que se esté invirtiendo para mejorar nuestro sistema de salud de manera importante, en educación tenemos una población escolar y universitaria que ha perdido dos años de estudio. Esto genera a que haya una pérdida notable de la productividad.
¿Qué factores están impactando al país para que sea menos competitivo?
En infraestructura, hoy tenemos más del 90% de los establecimientos de salud de primer nivel de atención con una capacidad inadecuada y precaria para atender a los usuarios. A pesar que se invirtió en más camas UCI en la pandemia no se ha mejorado la calidad de atención y seguimos teniendo escases de profesionales de la salud. Por otro lado, la pandemia trajo consigo un aumento en los casos de corrupción en las instituciones, también se incrementó la informalidad laboral. En el peor momento de la pandemia, la población ocupada descendió enormemente en Lima Metropolitana y retrocedimos 10 años en el avance de lucha contra la pobreza.
¿Qué es lo que más preocupa este fenómeno inflacionario del país que incluso se mantendría alto en julio?
Desde el 2021, ya teníamos una presión inflacionaria debido a diferentes factores como la pandemia que encareció varios productos, también hubo alza de precios de los commodities como los granos de maíz y el trigo, lo que provocó a que haya menos cosechas, por lo tanto, hubo menos oferta y había más demanda; y ahora todo esto explotó con la guerra de Rusia y Ucrania y la crisis de los fertilizantes, lo cual hicieron que los precios se incrementen más. Esta situación ha llevado que la inflación anualizada del país, en este momento esté en casi en 9%, pero en el caso particular de los alimentos está en casi 14%; y por supuesto, a los que más impacta lamentablemente es a las personas más pobres. Ellos destinan parte de su gasto más en alimentarse; es decir que un 53% es la proporción del gasto que ellos destinan a alimentos; y ahora es probable que mientras más suban los precios esa proporción crezca. Es ahí donde el gobierno debe preocuparse realmente.
LUCHA CONTRA LA POBREZA
¿Cómo la inflación podría impactar a la lucha contra la pobreza?
Viendo la realidad pensaría que es posible que aumente un poco el índice de la pobreza en el país este año, ojalá que no sea tan marcado como pasó en el 2020; sin embargo, esta situación llevaría afectar en la lucha contra la pobreza este año. En este escenario, las personas en condición de pobreza y vulnerabilidad son las más afectadas por la inflación alimentaria y esta solo ha venido aumentando. Lo que vamos a ver es que estas personas van a tener un menor poder adquisitivo, su capacidad de gasto se va a reducir. Por otro lado, hay que considerar que hoy estamos muy poco optimistas en cuanto al crecimiento económico; además el empleo tristemente se ha precarizado en el país, a pesar que según las últimas cifras del BCR ha mejorado un poco. Tenemos una informalidad que está en casi 77% y los ingresos promedio de los trabajadores hoy es 9% menos antes de la pandemia.
Mencionaste que unos de los problemas que afecta a la competitividad del país es la corrupción en las instituciones, ¿cómo analizas esta situación en el país?
Los problemas sociales del país se han agudizado con la corrupción en las instituciones; sin embargo, como ciudadanos nos hemos preguntado ¿cuánto de la corrupción está dentro nosotros?, ¿la avalamos?, ¿cómo hacemos para afrontarla? ¿hasta cuándo seguiremos eligiendo autoridades involucradas en actos de corrupción? Es ahí donde debemos preocuparnos y trabajar los ciudadanos. Además, no podemos seguir teniendo un servicio civil tan débil, tan atomizado con funcionarios con poca idoneidad. Tristemente el servicio civil se ha venido precarizando. No podemos seguir caminando sin meritocracia en la gestión pública.
¿Cómo analizas el caso de la frustrada compra de los fertilizantes?
Es preocupante lo que pasa con el tema de los fertilizantes que están escasos en este momento, y no vemos un sentido de urgencia por el lado de nuestro gobierno por conseguirlos, ya ha habido dos compras frustradas por irregularidades, lo cual debe llevarnos a la preocupación. En agosto inicia la campaña agrícola y no hay nada seguro que vayan a llegar a tiempo, pero según los expertos probablemente si lleguemos a tiempo con el arroz, pero otros cultivos como la papa, el maíz, el café va a tener un impacto y reducción en su productividad. Es decir, va haber menos de estos productos disponibles en el mercado; eso no significa que va haber una escasez terrible y no va haber alimentos, pero lo que si significa tristemente es que van a aumentar más los precios porque al haber menos oferta hay una demanda que va a hacer que suban los precios.
¿Cómo observas la productividad de los peruanos? ¿Ha sido impactado por la pandemia?
La productividad de los trabajadores y de las personas que salen de nuestro sistema educativo es bajísima en comparación a otros países. Solo comparando con Chile, un ciudadano del vecino país produce más que 2.5 peruanos. Es decir que somos capaces de hacer menos con los mismos recursos que puede tener un chileno.
¿Cómo podemos potenciar la productividad del país?
Necesitamos que las políticas del mercado laboral tengan mayor flexibilidad, pero ello no quiere decir que un trabajador no tenga protección social. En los últimos años ha habido francos retrocesos en el tema laboral, ya que se están cerrando las puertas y oportunidades a los más jóvenes para acceder a empleos formales. En el país, falta contar con una red de protección social suficientemente buena, de tal modo que, si una persona pierde un trabajo, tenga una atención o un seguro que le permita tener mayor flexibilidad de entrar y salir de un trabajo sin que ello lo conlleve a la pobreza. Lamentablemente, en el país ser un trabajador formal con un contrato indefinido es un privilegio muy raro.
¿Cómo el gobierno puede mejorar la competitividad de nuestro país?
A largo plazo para mejorar la competitividad de nuestro país se debe invertir en infraestructura, tenemos una brecha de infraestructura altísima en educación, salud y vías de comunicación. Los efectos del crecimiento económico sobre la reducción de la pobreza son mayores conforme hay más infraestructura y las personas están más conectadas. Sin embargo, es importante que haya una colaboración pública y privada para cerrar las brechas en infraestructura. Y lo más difícil es trabajar en el fortalecimiento institucional en todo el territorio nacional.
¿Cómo se puede fortalecer la productividad de las micro y pequeñas empresas?
El 95% de empresas en el país son micro y pequeñas; sin embargo, son muy pocas productivas, entonces hay diferentes acciones que se pueden tomar para que estas empresas vayan mejorando su productividad; por ejemplo, dotarlas de tecnología, de tratar de ligarlas a cadenas de valor más grandes que las obliguen a ser cada vez más productivas y las ayuden a permanecer vivas en el tiempo. Además, se les debe dotar de incentivos para crecer, así como también reducir su informalidad.
¿Cómo se puede fomentar el empleo y elevar nuestra productividad?
La inversión privada promueve a que haya más empleo y mejores salarios; sin embargo, esto responde mucho al entorno político y económico. Y en las manos del gobierno está en fomentar las inversiones, pero si vemos que hay intento de cambio de las reglas de juego o se busca impulsar una Asamblea Constituyente, esto asusta a la inversión privada, ya que no saben qué va a pasar con su capital de inversión sobre un terreno tan pantanoso. Actualmente, no hay nuevos proyectos de inversión privada, pero hay proyectos que pueden considerarse como la cartera minera donde hay 54 mil millones de dólares de inversión. Lo preocupante es que el BCR ha proyectado que este año la inversión privada llegue a cero por ciento, esto significa que, si hay menos inversión, hay menos empleo de calidad, menos empleo formal. Por otro lado, la inversión está muy complicada y las expectativas de nuestro crecimiento no son tan buenas, según el BCR el crecimiento puede estar en 3.1% este año, si crecemos a esta tasa nos demoraríamos 25 años en alcanzar el nivel de vida de Chile del 2020. Entonces si queremos avanzar como un país competitivo hay que ponernos la pilas desde ahora.
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