El 25 de junio, pero del 2009 el mundo se conmocionaba con la repentina partida de uno de los artistas más grandes del espectáculo. Comparado solo con verdaderos gigantes de la historia mundial como Beethoven, Leonardo Da Vinci, Frédéric Chopin o Pablo Picasso. El caso de Michael Jackson es una de esas excepciones a la regla. Hijo musical de James Brown y, ya que entramos al terreno genealógico, podríamos decir que también era el nieto artístico de Little Richard.
De ambos aprendió, a muy temprana edad, como se debe mover un verdadero artista en el escenario. Y lo hizo tan bien que no paró hasta ser el mejor y convertirse en el indiscutible rey del pop. Tal vez pasen varias décadas más (o siglos) para que salga alguien similar.
Trece años después de su desaparición física, en Infobae recordamos la única vez que el Perú estuvo cerca de recibir al intérprete de ‘Billie Jean’, y a toda su corte para lo que sería el concierto más espectacular del siglo XX en este país.
Pero todo se cayó a último momento y Michael Jackson no volvió a mostrar intenciones de visitar un país que si bien en esa época se desangraba por el terrorismo, estaba ávido de ver por fin un espectáculo de talla mundial.
Muchas versiones se tejieron en ese momento: que se había desencantado por la crisis económica y que los grupos terroristas Sendero Luminoso y el MRTA habían amenazado con atacar el show. Otra versión señala que los empresarios no le habían cancelado lo acordado.
PERÚ SIN CONCIERTO
Luego de los arrolladores éxitos de los discos Thriller (1982) y Bad (1987), el siguiente LP no podía ser menos. Entonces en 1991, Michael Jackson presentó ‘Dangeorus’. Luego de la impresión que causó el trabajo, este se convirtió en uno de los más vendidos de la historia de la música con 32 millones de copias alrededor del mundo.
Lo que seguía era la correspondiente gira de promoción por el mundo. Esta vez, para sorpresa de muchos, el Perú fue incluido entre los afortunados países que verían bailar y cantar al ‘rey del pop. La fecha señalada para que el ‘Dangerous World Tour’ pisara suelo nacional era el 26 de octubre de 1993. Previamente ya había pasado por Brasil, Argentina y Chile. Aunque en este último país solo se presentó una de las tres veces que tenía programado.
Le tocaba entonces al Perú. Poco más de 26 mil entradas ya habían sido vendidas en todos los sectores del Estadio Nacional. Los precios eran los siguientes:
- Occidente alta: 270 soles
-Occidente intermedia: 320 soles
-Occidente baja: 270 soles
-Oriente alta: 200 soles
-Oriente intermedia: 220 soles
-Oriente baja: 180 soles
-Plataforma preferencial o cancha: 150 soles
-Tribuna norte: 45 soles.
El escenario, la seguridad, hasta un contrato de exclusividad con Panamericana Televisión. La llegada del astro estaba programada para el 25 de octubre, pero nunca ocurrió. Se estima que el concierto recaudó más de 3 millones de dólares.
Pero ocurrió lo impensado. Luego de salir de Chile, Michael Jackson enrumbó a México para continuar su gira. En el Perú, a pesar de la desazón de los fanáticos, solo se informó que el show quedaba cancelado por problemas de salud del cantante.
Un testigo de lo que pudo haber pasado fue la agente de prensa Aury Tang, quien en esos tiempos se encargó de todos los temas relacionados con el trato a la prensa nacional. Contó que todo comenzó luego del único show que dio Michael Jackson en Chile.
“No permitieron que los camiones ingresen normalmente al estadio porque no querían malograr el pasto del Estadio Nacional (el de Chile). Esto molestó al equipo de Michael Jackson e hizo que cancelara un concierto allá y luego que no viniera a Lima”, señaló para el diario Trome hace unos años.
Aunque la verdad tal vez nunca se sepa, lo cierto es que justo en esos días ya se corría los rumores del primer escándalo sexual infantil y eso lo habría puesto nervioso. Aun así cumplió sus cinco presentaciones pactadas en México. Justo allí, en el país azteca explotaron todas sus acusaciones y ‘Jacko’ ya no volvería a ser el mismo.
Siguió en la música pero los problemas legales, económicos y su cada vez más creciente dependencia al propofol (un potente anestésico) fueron mellando su carrera y su vida, la que finalmente se apagó un 25 de junio del 2009.
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