Los principales derechos de la comunidad LGBTI son negados en Perú

Aunque los datos acerca de este colectivo aún son paupérrimos, un informe del Ministerio Público indica que desde el año 2012 hasta 2021 se han identificado 84 denuncias vinculadas a muertes dolosas de personas LGBT. En el caso de América Latina y el Caribe, desde el 2014 hasta el 2020 se registraron 1,871 homicidios de personas de esta comunidad. Sin embargo, en Perú aún no existe un marco legislativo que los proteja contra los crímenes de odio.

Guardar
Comunidad LGBTIQ+. (Foto: Andina)
Comunidad LGBTIQ+. (Foto: Andina)

Cada 28 de junio se celebra el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+. Aunque puede sonar solo como una celebridad, estas movilizaciones mundiales representan algo más que un día de fiesta. Las miles de personas que tiñen de colores las calles marchan por el reconocimiento de sus derechos, por mayor tolerancia e igualdad de oportunidades. Actualmente, en Perú estos objetivos se encuentran lejos de ser cumplidos. La agenda conservadora del Congreso de la República no solo ha perjudicado el avance de los derechos de las mujeres, estudiantes y escolares, sino que ha excluido los principales derechos de la comunidad LGBTIQ+ como el matrimonio civil igualitario, la identidad de género y la protección contra los crímenes de odio.

Ser LGBTI no es fácil. Así lo supo Mariluz Sancho cuando el periodista Jhonatan Bazán, su hijo de 21 años, le contó que le gustaban los hombres. Era 2013 y ambos estaban caminando en una de las tantas avenidas de San Juan de Miraflores en busca de un vestido. El camino fue largo, pues venían desde Chorrillos. El corazón de Jhonatan sabía que ese era el momento en que debía decirle a su mamá aquello que con mucho temor guardaba. Había pasado mucho tiempo desde que el reportero identificó que era homosexual. Tiempo atrás, mantuvo una relación con un joven doctor. Sin embargo, pocas personas conocían de ello. Hasta aquel sábado.

Jhonatan y Mariluz se encontraban en medio de la vereda del alborotado distrito, pero, durante esos segundos, el ruidoso tráfico guardó silencio para oír las palabras del periodista.

— Mamá, ¿tú quieres que yo sea feliz? Lo que pasa que hoy quiero compartir mi felicidad contigo —preguntó Jhonatan.

—¿Ya? —respondió preocupada.

— Mamá, tengo algo que decirte. No sé cómo decirte esto —dijo él mientras apretaba las manos de su madre.

— ¿Embarazaste a alguien?

— No. Tengo una orientación distinta.

— No entiendo. No lo hagas más difícil. ¿Te gustan los hombres?

— No, me encantan. Antes que digas algo, quiero que sepas que no es producto de algo malo. No me voy a poner falda ni tetas. Soy como soy. Solo me gustan los hombres.

— A mí no me importa si eres extraterrestre o de otro planeta. Tú eres mi hijo. Yo te amo y siempre te voy a amar, así vengas del otro lado. Yo te amo, te quiero y no me importa si estás con un hombre o con una mujer. Siempre serás mi hijo.

La noticia fue comunicada a los hermanos de Jhonatan, aunque no todos lo tomaron tan bien como Mariluz. Su hermano aún no aceptaba su orientación. El proceso no fue fácil para la familia. Los parientes, el resto de familiares, los amigos y los vecinos que ahora lo veían como una persona diferente.

Pasó un año desde que la familia de Bazán Sancho se enteró de la homosexualidad del periodista. Era 2014 y Jhonatan estaba alistándose para acudir a la marcha Besatón, hasta que la voz de la madre irrumpió su preparación. Mariluz quería acompañar a su hijo a la movilización. Su intención lo conmovió a su hijo y, sin dudarlo, llevó a su mamá al gran pasacalle. Me emocioné con ella. [Su madre] estaba adelantito gritando por los derechos de LGBTIQ+ con la bandera, recordó el comunicador.

Jhonatan Bazán y su mamá
Jhonatan Bazán y su mamá Mariluz Sancho en la marcha por el Día Internacional del Orgullo LGBTI. (Foto: Hans Fernández)

Desde entonces, Mariluz se convirtió en la fiel compañera de Bazán en esta lucha. Son siete años que “la tía Mari”, como le llaman, alza su voz de protesta para pedir reconocimiento de los derechos de la comunidad y profesar el amor hacia su hijo. “Amo a mi hijo gay”, es el cartel que orgullosamente lleva Mariluz.

RECONOCIMIENTO DE LAS FAMILIAS LGBTIQ+

En el 2019, Ale Merino se casó con Carlos por la vía civil en México. Durante mucho tiempo, estuvo esperando para compartir este momento con sus seres queridos en su tierra natal. Sin embargo, en 34 años de relación, esto no sucedió.

“El matrimonio, que fue celebrado en México, fue muy importante para nosotros. Para los dos, en pareja, por el significado que tuvo. Lo tuvimos que hacer fuera porque, lamentablemente, en nuestro país no se nos reconoce ese derecho”, mencionó.
People take part in the
People take part in the LGBTI Pride March in Lima, Peru June 26, 2021. REUTERS/Angela Ponce

Merino contó que la lucha por el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBTIQ+ comenzaron desde 1980. Pero hasta la fecha, aún no se materializa estas iniciativas en normas legales. Ale tiene una familia constituida junto a su esposo, pero el Estado no lo reconoce. El profesional explicó que ser LGBTIQ+ es estar expuesto a la exclusión de derechos, protección e inclusión social.

“Las normas no te protegen. No hay normas específicas que condenen a nivel nacional la discriminación por orientación sexual ni tampoco por identidad de género. No hay esas normas. Tampoco hay normas que reconozcan los derechos de las familias que conformamos las personas LGBTIQ+. Nosotros conformamos familias, tenemos parejas, y, lamentablemente, el Estado no reconoce absolutamente ningún derecho a esas familias”

En comunicación con Infobae, el ingeniero explicó que hace más de 40 años las organizaciones LGBTIQ+ se encuentran en una lucha constante para visibilizar la importancia de reconocer sus derechos, sus familias y su condición de igualdad ante el resto de la sociedad.

Ale se refirió a la marcha por el Día Internacional del Orgullo LGBTI y precisó que, con ello, se pretende exigir inclusión social y legal.

“Hay toda una serie de iniciativas de parte de los de los de las organizaciones LGBTIQ+ y también de organizaciones aliadas. Se está haciendo hoy una marcha en la que habrá miles de personas en Lima marchando por igualdad de derechos, así como hoy en Lima, más ciudades apoyarán. Son marchas que lo que hacen es exigirle a la sociedad inclusión social y exigirle al Estado inclusión legal: reconocimiento de derechos, eso es lo fundamental”, dijo.

“EL GOBIERNO ESTÁ RETROCEDIENDO EN LOS POCOS ESPACIOS QUE HABÍAMOS RECIBIDO”

Una de las características del actual Congreso peruano son las cuestionadas leyes que promulga. Una de las normas más criticadas fue aquella que elimina la Educación Sexual Integral (ESI) del currículum escolar y la condiciona a la opinión de los padres de familia. Esta acción legislativa le impide a los docentes enseñar a los estudiantes el respeto hacia las diferentes orientaciones sexuales que existen si los padres no están de acuerdo. A nivel educativo, ello podría afectar la lucha contra la violencia escolar, bullying y discriminación.

Un hombre agita una bandera
Un hombre agita una bandera LGBTI durante la marcha del orgullo gay el domingo 1 de julio de 2018, en Medellín (Colombia). EFE/Luis Eduardo Noriega A./Archivo

Infobae consultó con André Mere, del colectivo Maricas Perú, sobre la situación legal de la comunidad LGBTIQ+ en el país. El vocero manifestó que es preocupante que las demandas más importantes —como el matrimonio igualitario, derecho a la identidad y ley contra los crímenes de odio— no son parte de la agenda de los poderes del Estado peruano. De acuerdo a André, “no hay una voluntad política. No hay un apoyo desde el Ejecutivo”.

“Pedimos una ley contra los crímenes de odio. Ninguna de estas leyes que, se supone las más fuertes legalmente, o las demandas más prioritarias ahorita se han puesto ni en agenda, ni en debate ni legalmente aprobadas. Eso es peligroso porque el gobierno que vemos ahorita está en retroceso. Han eliminado la educación sexual integral de la educación básica regular. Los grupos conservadores están cada vez más fuertes y quitando los pocos derechos ganados. Están retrocediendo los pocos espacios que habíamos recibido”, expresó.

Contó que actualmente hay un proyecto de matrimonio igualitario que se encuentra en comisión en el Congreso. Sin embargo, no se ha discutido ni ha recibido la atención necesario. La Ley de Matrimonio Igualitario Nº 00525/2021-CR fue presentada por el grupo parlamentario Juntos Por el Perú en noviembre de 2021, pero hasta la fecha continúa en la Comisión de Justicia y Derechos Humanos.

“Hay un proyecto ya entregado solo que este proyecto está en comisión, archivado, no se la atiende y no creemos que pase a pleno. Lamentablemente, tenemos dos personas LGTB dentro del Congreso que tampoco están representando como deberían. Están peleándose por una vacancia antes que por posicionar nuestros temas como son los crímenes de odio. Cada 15 días aparece una compañera trans o un compañero gay asesinado a través por gente desconocida y esos casos que van muchos desde el año 2012 y ninguno de ellos ha alcanzado la justicia”, indicó.

Los crímenes de odio en contra de personas LGBTIQ+ reciben poca atención en Perú. Así lo reconoció el Ministerio Público en el informe Características criminológicas de las muertes dolosas de personas LGTB en el Perú 2021- 2021. Durante la descripción del problema a tratar, la entidad enfatizó que “la información disponible, al no encontrarse desagregada por grupos vulnerables al que pertenecen las víctimas, no permite identificar aquellas muertes dolosas que habrían sido motivadas por el prejuicio hacia las personas LGTB o percibidas como tales”. Asimismo, el documento precisó que “la información acerca de los crímenes perpetrados contra las personas LGTB suele ser escasa o pobre”.

Sin embargo, los datos que ofrece el Ministerio Público muestra una clara situación de vulnerabilidad de estas personas. Desde enero de 2012 hasta mayo de 2021 se han registrado 88 víctimas LGTB de homicidio doloso a nivel nacional. El 59,2% de ellas son homosexuales, el 37,5% trans y 2,2 bisexuales.

Además, el 72,8% de las víctimas tenían entre 25 y 54 años de edad. Una cifra relevante es su ocupación. El 36,4% se desempeñaba como estilista. Este es el dato más relevante, pues supera en gran medida al resto de trabajos que tenían las víctimas. El resto de cifras vería entre 3% y 6% y corresponde a comerciantes, trabajadores sexuales, obreros, empresarios, entre otros.

SEGUIR LEYENDO

Guardar