Inti Raymi: ¿Cómo adoraban al dios Sol los antiguos incas?

La fiesta más importante del calendario inca está cerca, pero no era la única celebración que tenían en honor al astro rey.

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Inti Raymi es la fiesta central del sol pero también había otra fechas en las que era venerado. (Andina)
Inti Raymi es la fiesta central del sol pero también había otra fechas en las que era venerado. (Andina)

El Inti Raymi se celebra este 24 de junio en el Perú. Si bien es un día dedicado exclusivamente al dios Sol; lo cierto que los incas también tenían otra ceremonias para venerar a su principal deidad.

Pero vamos por partes, como se sabe el sol (Inti en quechua) era el dios número uno en el imperio de los Incas. De acuerdo con su cosmovisión, el sol era el esposo de la luna y tenía el poder de curar todas las enfermedades. También regia todas las cosechas, ya que con su luz ayudaba a crecer los cultivos. Además brindaba alivio y calor a todas las personas.

Hay que recordar que los incas también adoraban a otros dioses como la tierra, el agua, la luna, las estrellas.

Pero tal es la importancia que se le daba al sol, que el gobernador Inca (Sapa Inca) era considerado como descendiente directo del sol. Con esta creencia, aumentaba su prestigio y su categoría de dios.

Al ser el dios que más veneración causaba en la nobleza inca, es que por todo el Tahuantinsuyo se construyeron templos para ser adorado por todos en el imperio. El más importante de todos estos es el de Coricancha (del quechua, Quri oro y kancha recinto o templo, ‘’Recinto dorado’'), ubicado en la ciudad de Cusco.

Este, y otros templos, eran resguardados por las jóvenes más bellas del imperio. Estas muchachitas no podían ser vistas por nadie más en el imperio que por el mismo inca. Una suma sacerdotisa era la encargada del cuidado de las féminas. A este grupo de señoritas se le denominaba como vírgenes del sol.

En estos templos, y en diversas ocasiones del año, se sacrificaban una serie de animales entre los que más resaltaban la llama y la alpaca. Los devotos también solían dejar diversos objetos de incalculable valor hechos de oro y plata.

Tanto para los incas como para el actual hombre andino; el hecho de hacer ofrendas a los dioses representa un sentido de reconciliación con las fuerzas espirituales con el fin de evitar desgracias y pedir favores de la naturaleza.

Por supuesto que el ritual más importante en honor al sol era, y es, el ‘Inti Raymi’ (fiesta del sol) que se celebra todos los 24 de junio.

En esta fiesta, se solían hacían sacrificios, se ofrecían libaciones de agua y cerveza de chicha, y toda la nobleza y el sacerdocio participaban en una lujosa fiesta de celebración y canto que también marcaba el inicio de la temporada de arado.

OTRAS FIESTAS

Pero el Inti Raymi no era la única fiesta que se realizaba en el calendario incaico en honor al sol. Había otra que por su naturaleza, es mucho mejor que ya no se practique más. Veamos la razón.

Hablamos del festival Qhapaq Ucha (que podría traducirse como “obligación real”). Para estas celebraciones, todas las ciudades que formaban parte del Tahuantinsuyo se veía en la obligación de enviar uno o dos niños de buena apariencia (copacochas) para ser sacrificados en la ceremonia principal en el Cusco y en la procesión subsecuente de peregrinaje a varios sitios sagrados importantes a lo largo del Imperio inca.

La muerte era por estrangulamiento o extirpación del corazón, se creía que con estas ofrendas se garantizaba la continuidad del bienestar del gobernador y su gente. Al menos hasta el siguiente año.

Celebración del Kapak Inti Raymi, según Guaman Poma. (Guaman Poma De Ayala - El Primer Nueva Corónica Y Buen Gobierno)
Celebración del Kapak Inti Raymi, según Guaman Poma. (Guaman Poma De Ayala - El Primer Nueva Corónica Y Buen Gobierno)

La Qhapaq Ucha se realizaba en la fiesta Qhapaq Inti Raymi, en el mes de diciembre y ahí también se realizaban sacrificios de animales, se bebía chicha de jora, se mascaba coca y se bailaba hasta el anochecer.

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