El triunfo de Gustavo Petro en las elecciones presidenciales de Colombia ha marcado el inicio de una nueva era en Sudamérica: la tendencia izquierdista de los gobiernos de la región. Al nuevo ocupante de la casa de Nariño se le suman el escritor Andrés López Obrador en México; Gabriel Boric, exactivista, en Chile; el profesor chotano Pedro Castillo en Perú; Alberto Fernández, docente y abogado, en Argentina y el economista Luis Arce en Bolivia. Después de un largo período de mandatos de derecha, la población optó por un cambio en sus líderes.
En tanto, los gobiernos conservadores de la región han experimentado fuertes críticas de parte de la ciudadanía. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibió feroces críticas por la gestión que tuvo durante la pandemia. Durante el año 2021, el político solo alcanzó un 24% de aceptación, su nivel más bajo desde inicios de su período presidencial.
En el mismo año, el descontento de los ciudadanos también se vivió en Colombia. El “Paro Nacional”, como lo denominaron en el país, se trató de un estallido social en contra de una reforma fiscal, que derivó en un reclamo generalizado. Los colombianos exigían al mandatario Iván Duque mejores oportunidades y mayor equidad. También se pronunciaron en contra de las denuncias por uso excesivo de la fuerza. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), estas movilizaciones dejaron 46 fallecidos. De ellas, 11 manifestantes perdieron la vida por la represión policial ejercida.
Poco tiempo atrás, Perú vivió una situación similar. La instauración del régimen de Manuel Merino tras la vacancia del entonces presidente de la República, Martín Vizcarra, despertó la indignación de los peruanos y generó grandes olas de protestas. Estas marchas dejaron como saldo dos fallecidos y cientos de heridos. Según un informe de la Defensoría del Pueblo, se evidenció un alto nivel de uso excesivo de la fuerza de parte de la Policía en contra de los jóvenes manifestantes.
Todos estos hechos dan cuenta de un descontento generalizado con la clase política. Para el politólogo Fernando Tincopa, la elección de gobiernos de izquierda por encima de las agrupaciones de derecha se debe a que sus autoridades han dejado malas experiencias en lo que representa un mandato de derecha. Asimismo, recalcó que el “miedo” es un valor fundamental al momento de tomar decisiones electorales.
“Esta nueva derecha tiene algunos componentes que la hacen más temeraria que las anteriores y por ende la gente no tiene este incentivos para apoyarla. Al contrario, el componente del miedo es uno que marca bastante la pauta de la elección en segunda vuelta”, afirmó.
Durante las últimos años en Latinoamérica, los procesos electorales han enfrentado a líderes de izquierda y derecha en la segunda vuelta electoral. Según Tincopa, esto evidencia una predominación del progresismo y asegura que es una reacción adversa al contrincante, pues “los gobiernos de izquierda se presentan como una opción de cambio”, y en ese sentido la gente los tiende a privilegiar.
“Son resultados de un proceso meramente circunstancial es decir, casi coyuntural. Por ende, no se podría calificar como un logro absoluto de la izquierda, porque todos los procesos se dan en segundas vueltas en las que la disyuntiva frente a la que se pone el ciudadano es bastante clara o es una derecha bastante reaccionaria”, añadió.
Finalmente, el experto en Ciencias Políticas precisó que esta tendencia que abarca a Latinoamérica va más allá de una preferencia por gobiernos izquierdistas, sino que responde a la situación actual que vive cada país y la intención de cada sociedad de velar por un cambio que ofrezca mejores condiciones.
“No es que la gente tenga una predisposición a votar por candidatos de izquierda o a tener masivamente un sentimiento colectivo de respaldo hacia políticas de izquierda, es que en algunos casos es una respuesta circunstancial marcada por una coyuntura en la que esa disyuntiva de escoger entre dos candidatos, los incentiva más a preferir las opciones de izquierda”, sugirió.
EL DESCONTENTO SOCIAL Y SU INFLUENCIA EN LA POLÍTICA
A raíz de la pandemia, los países latinos han afrontado grandes problemáticas a nivel social, político y económico. La llegada del COVID-19 ha mostrado la dura realidad que vive la población con respecto a las demandas propias de cada ciudad. Esta situación ha conducido a las personas a optar por representantes políticos que promuevan los grandes cambios que los Estados requieren.
Infobae consultó con el historiador Aramis López sobre los antecedentes de los gobiernos de izquierda en América Latina durante los últimos años. De acuerdo al experto, este período representa una etapa de cambios después de la crisis que enfrentaron las personas a nivel mundial con la aparición de la COVID-19.
“Tras largos períodos de gobiernos de derecha, o de centro derecha, las naciones latinoamericanas o los ciudadanos, están optando por gobiernos de izquierda porque buscan cambios y si vemos a lo largo de la historia después de grandes crisis, no solamente económicas, sino sociales políticas, etcétera, siempre las personas tienden a optar por proyectos de cambio”, explicó.
La búsqueda de cambios en Latinoamérica es notoria. Los ciudadanos buscan reemplazar el sistema actual por uno que garantice mejores condiciones de vida. Por ejemplo, en 2020, el 78% de los pobladores de Chile se mostraron a favor de reemplazar la Constitución redactada durante el régimen militar de Pinochet.
En el caso de Perú, una reciente encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) reveló que el 47% de peruanos está a favor de convocar a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución Política. Al respecto, el especialista en Historia manifestó que ello muestra la preocupación de los peruanos por presenciar un cambio.
“La intención de tener algo nuevo se puede ver en Perú, por ejemplo, con los intentos de Asamblea Constituyente. Es un intento de cambiar de alguna manera de raíz la Constitución, las leyes, las reglas de juego, por así decirlo”, indicó.
Por su parte, López señaló que los cambios que experimenta Latinoamérica en el ámbito político evidencian las nuevas expectativas que tienen los votantes al elegir a sus representantes.
“Si bien ha habido crecimiento económico en muchos países como Chile o Perú, estos cambios han sido a nivel macroeconómico, pero aún no lo vemos reflejado en desarrollo económico [...] esto impulsa a las personas a que escojan por proyectos no radicales, pero que proclamen abiertamente un cambio de raíz”, añadió.
¿QUÉ PASARÁ EN BRASIL?
En octubre de este año se celebrarán las Elecciones Generales en Brasil y el ganador de la contienda electoral determinará si la izquierda que invade América Latina continuará en trayecto. Una última encuesta de mayo mostró una clara inclinación hacia Lula.
Un reciente estudio de opinión de Datafolha expuso la alta aprobación hacia la candidatura de Luiz Inácio Lula da Silva. El político lidera la carrera presidencial con 48% de aprobación, frente al 27% de Bolsonaro. La elección de Lula podría reforzar el movimiento de izquierda en Latinoamérica. Hasta la fecha, una notoria mayoría de gobernantes de esta sección del continente pertenecen a esta tendencia política.
Rafael Gertin, docente y analista internacional, mencionó a Infobae que hay muchas las posibilidades de que el fenómeno izquierdista llegue a Brasil este año. “La izquierda es una tendencia. Una tendencia actualmente que se ha evidenciado en Perú, luego en Chile, ahora en Colombia y es muy probable que pase en Brasil y vuelva Lula Silva nuevamente”, aseveró.
El abogado también se pronunció sobre la extensión del progresismo a través de América Latina y refirió que este movimiento responde al pedido de los ciudadanos de atender sus demandas sociales. Según explicó, los representantes de esta tendencia política suelen incluir en sus narrativas promesas vinculadas a estas peticiones.
“Las personas, muy aparte de querer un cambio, quieren sentir una mayor igualdad. Quieren tener mayores oportunidades, mayor acceso a beneficios sociales. Al ver esa exclusión de determinados sectores, los políticos le dan a la mayoría de las personas esas esperanzas. Le dicen lo que ellos quieren escuchar”, dijo.
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