Ricardo Gareca con una estampa y los nervios encendidos: lo que no se vio de los penales en la eliminación de Perú

La eliminación de la selección peruana ante Australia en el repechaje fue un golpe muy duro que ha muchos le sigue costando procesar. Y es que fue un resultado que lo dejó fuera de poder acudir al Mundial de Qatar 2022 mediante la vía de los penales. En ese sentido, las cámaras de Movistar Deportes captaron lo que el técnico Ricardo Gareca vivió a ras de campo y más detalles que describieron todo lo acontecido.

Todo empezó cuando el árbitro Slavko Vincic decretó el final de los 120 minutos del tiempo de la prórroga. El argentino se encontraba bebiendo de una botella de agua y se paró para dar indicaciones a sus dirigidos. Los suplentes que estaban en los asientos, también se disponían para juntarse con el resto de sus compañeros. Horacio Calcaterra trató de animarlos aplaudiendo y diciendo “¡Vamos! ¡Vamos!”.

Mientras que los que estaban en el campo de juego buscaban rehidratarse para recomponerse de cara al momento definitorio, Gareca se juntó con sus asistentes, Sergio Santín y Nolberto Solano, para nombrar a los primeros cinco encargados de ejecutar la pena máxima.

Por su parte, el preparador físico, Néstor Bonillo, se acercó al grupo y le dio algunas indicaciones. Otro de los que también tomó la palabra fue Óscar Ibáñez, quien fue donde estaba Pedro Gallese y le entregó la lista con los apuntes de los lanzadores de Australia.

El personal auxiliar como los fisios y demás, se encargaban de relajar las piernas de los jugadores de cara a esta instancia. André Carrillo, que había salido incómodo en el segundo tiempo de la etapa reglamentaria, se mostró más calmado, con una sonrisa y dando aliento a Renato Tapia y a Edison Flores con un abrazo.

De pronto, llegó el turno del ‘Tigre’. Se dirigió donde estaba todo el plantel y comentó las últimas pautas, aunque antes Pedro Gallese, como capitán, trató de motivar a sus compañeros con muchas arengas, movimientos corporales y motivaciones que eran más que necesarias para aquella ocasión. Todos gritaron a viva voz para estimularse. Sin embargo, cuando entró el estratega entró en el círculo, el silencio se expandió y los oídos se agudizaron.

Las primeras imágenes del periodo de lanzamientos mostraron cuando el ‘Pulpo’ atajó el primer disparo de Martin Boyle. Los suplentes del combinado patrio se levantaron del banco y festejaron como si fuera un gol. Gareca, por otro lado, estuvo muy sereno y observando lo que acontecía. Con el disparo de Gianluca Lapadula sucedió lo mismo.

Cuando Luis Advíncula estrelló su remate en el palo, sus compañeros se quedaron inmóviles, totalmente opuesto a los jugadores australianos, quienes lo celebraron. Pero conforme iba transcurriendo la tanda y, en el turno de Renato Tapia, el DT ‘gaucho’ llevó su mano hacia su saco, donde tenía una estampa religiosa a la altura de su pecho. La dejó ahí a modo de encomienda.

Edison Flores convirtió su penal, pero Ricardo solo apelaba a la tranquilidad con un “falta, falta”. Hasta que llegó la oportunidad de Alex Valera. La mano en la estampa volvió a figurar, aunque el delantero vio cómo el arquero Andrew Redmayne le atajaba el golpeo y decretaba la serie a favor de su equipo.

En eso, un silencio profundo se apoderó de todo el plantel, incluido el comando técnico, que casi ni se movió. Unos segundos más tarde, Miguel Araujo entró al campo para consolar a sus compañeros. Santiago Ormeño, Aldo Corzo y Wilder Cartagena se levantaron la camiseta en señal de asombro por lo ocurrido. Ricardo Gareca solo atinó a pararse de su asiento, mirar la escena y guardar la compostura.

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