Ernesto Álvarez: “No aprobar la bicameralidad en el referéndum significa dejar a este Congreso con las manos libres” | ENTREVISTA

El expresidente del Tribunal Constitucional defiende en entrevista con Infobae el dictamen aprobado en el Congreso de la República. Enfatiza que mejorará la calidad de representantes y leyes.

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Ernesto Álvarez, expresidente del Tribunal Constitucional.
Ernesto Álvarez, expresidente del Tribunal Constitucional.

Esta semana, la Comisión de Constitución y Reglamento aprobó el dictamen que propone restablecer la bicameralidad al Congreso de la República. Sin embargo, gran polémica ha causado que la norma modifica 50 artículos de la Constitución. Además, hay algunos puntos discutidos como que se podrá acusar a los representantes de las autoridades electorales como el Jurado Nacional de Elecciones y la Oficina Nacional de Procesos Electorales.

Frente a este panorama, Infobae entrevistó al jurista Ernesto Álvarez Miranda, expresidente del Tribunal Constitucional en 2012, quien defiende la norma aprobada. Entre los argumentos que esgrime en esta conversación, señala que la bicameralidad garantizará un mejor análisis y calidad de las leyes que se aprueben en beneficio del país.

La Comisión de Constitución aprobó la norma que restablece la bicameralidad al Congreso. ¿Por qué es necesario volver a este sistema?

Porque ha sido lo natural para guardar el equilibrio entre el perfil de un parlamentario, que viene impulsado por una opinión local, y una necesaria perspectiva de nivel nacional. El dirigente local o político que obedece a un circunscripción relativamente pequeña de electores obedece a necesidades e intereses inmediatos como la construcción de un puente o carretera, a favor o en contra de un alcalde local, etcétera. Pero se necesita una visión nacional a mediano y largo plazo. Eso es lo que el Perú no tiene y se nota. Tenemos una Cámara de Diputados que, con todos sus defectos y virtudes, ha frenado al comunismo en su intento de Asamblea Constituyente. Sin embargo, al momento de articular o desarrollar políticas para visualizar al Perú dentro de cinco o diez años, falla por la escasa formación y preparación de sus integrantes.

Sin embargo, la bicameralidad fue rechazada en un referéndum en 2018. ¿Por qué insistir con este tema si ya hay un veredicto de la población?

En ese momento, Vizcarra tenía el 70% de apoyo ciudadano a pesar de que iban saliendo algunos elementos que hacían visualizar que estaba metido en temas oscuros por el manejo de los medios que él hacía. Si en ese momento, Vizcarra hubiera pedido al pueblo que la selección peruana no participe en el Mundial, le hubiesen aceptado también. Habría ganado el referéndum. Cualquier cosa que hubiera sugerido, habría ganado. Recuerde usted de que en un principio se trataba de cuatro preguntas y se tenía que favorecer a las cuatro. Pero él (Martín Vizcarra), por un tema de coyuntura y de emoción del momento, decidió por sí, sí, sí y no.

Pero el expresidente Vizcarra tuvo esa posición porque la Comisión de Constitución, cuya presidenta era la fujimorista Rosa Bartra, desnaturalizó la propuesta referida a la bicameralidad. Hizo una serie de modificaciones.

Por eso, necesitamos un Senado. Cuando el presidente de la República envía un proyecto de reforma constitucional al Congreso y no admite que pueda hacerse alguna modificación, estamos ante una dictadura que no era tal porque el Congreso había sido elegido por el pueblo ante el régimen de un demagogo que ya con perspectiva observamos que lo sufrimos. El Congreso tiene el derecho de hacer enmiendas o modificaciones a un proyecto de reforma que envía el Ejecutivo. Pensar lo contrario, es no saber de política o estar totalmente desubicado en teoría democrática.

¿No es contraproducente plantear la bicameralidad cuando el Congreso tiene una desaprobación del 80%?

No. Complementando a la respuesta anterior, si se aprueba más de la mitad más uno de congresistas, este proyecto de la Comisión de Constitución, va ser sometido a referéndum. Por tanto, si en el anterior referéndum fue desaprobado, en este podría ser aprobado.

Y si es desaprobado.

Si es desaprobado, lamentablemente el Perú perdería la oportunidad de controlar a este Congreso. Si este tiene un bajo índice de aceptación, al igual que todos los congresos de los países democráticos, es porque los congresistas figuran y hablan mucho, pero no tienen presupuesto. Por tanto, la población no los percibe como personas útiles porque claro representan tendencias, pero no tienen la capacidad para solucionar los problemas. No aprobar la bicameralidad en el referéndum significa dejar a este Congreso con las manos libres para que pueda seguir equivocándose o acertando.

La Comisión de Constitución está presidida por la congresista Patricia Juárez. Foto: Andina
La Comisión de Constitución está presidida por la congresista Patricia Juárez. Foto: Andina

Actualmente, el Congreso tiene a 130 integrantes. Y como usted bien dice, no hay congreso popular. El Perú no es la excepción. ¿Qué nos podría asegurar que la población tome de manera positiva que haya otros 60 representantes en un Senado?

El contrapeso es importante porque podría prestigiar a la institución parlamentaria en su conjunto. Como los senadores son elegidos por distrito nacional único, ya el líder regional no tiene posibilidades de ganar. Los que postulan y los que ganan una curul en el Senado, tienen que ser conocidos a nivel nacional. Tienen que tener una trayectoria, cierto prestigio profesional y político que no se acumula siendo alcalde provincial o siendo un político amateur. Desde ya eso va mejorar la imagen del Congreso en su conjunto. Segundo, el número de parlamentarios no debe significar mayor gasto. Fíjese, cuando era un joven estudiante de la carrera de Derecho, fui practicante del senador Felipe Osterling. Y recuerdo que él no ganaba más de tres mil dólares. Hoy en día los parlamentarios se sienten en el derecho de casi casi cambiar de estatus social cuando en realidad es un servicio público que se brinda a cambio de una remuneración que cubra los gastos producidos por esa dedicación. El gasto del Congreso era mucho menor con dos cámaras que ahora con una sola. Si uno mira el presupuesto del Congreso, vera que hay un numero injustificado de asesores que es imperfectamente innecesario.

Cuando usted dice que los líderes regionales no tendrán margen para ganar si hay bicameralidad y se necesitará buscar a gente más capaz, esto va a los partidos. ¿Cómo harán si la mayoría están en crisis, son vientres de alquiler y han promovido a cada impresentable en los últimos años?

El problema es que el sistema de partidos ha sido dinamitado por intereses políticos de coyuntura. En los últimos 15 años se han dado todo tipo de reformas, pero apuntando a la destrucción de los partidos. Una ONG prácticamente no informa sobre cómo gasta el dinero que recauda a nombre de las necesidades del Perú. Pero un partido político, supuestamente cuando es formal y permanente, tiene que declarar cada año o seis meses, cómo gasta o qué cosa es lo que percibe. De forma tal es que se ha ahorcado el financiamiento formal de los partidos políticos. Por tanto, vemos que los partidos que triunfan y tienen dinero, lo tienen de manera clandestina.

Antes solo se podía postular para alcalde o gobernador a través de un partido político. Hoy en día, cualquier persona forma su grupo independiente, se lanza a la región y no da cuenta a nadie. Los movimientos locales y regionales han sido los perfectos focos para la corrupción. ¿Cómo se cambia eso? Fortaleciendo los partidos políticos. Haciendo de que la postulación sea por partido nacional. De que forma que usted o yo, si somos líderes en Junín y Ayacucho, vamos a elegir a un partido que tenga presencia nacional. Pasar por un filtro, competir internamente y, una vez que ganamos, rendir cuentas a la militancia del partido. Es un paquete completo porque la democracia solo funciona con partidos políticos nacionales.

En el dictamen de la bicameralidad también se incluye un punto que otros constitucionalistas han advertido que, bajo este nuevo sistema, el Congreso puede acusar a los miembros del Jurado Nacional de Elecciones, la Oficina Nacional de Procesos Electorales y el Reniec. ¿Esto no es peligroso?

No, es necesario esto. Toda alta autoridad del Estado no puede sentirse intocable. Desde el presidente de la República, que por cierto debería ser objeto de una acusación constitucional o el impeachment norteamericano cuando hay evidencia de delito, hasta los miembros del Jurado Nacional de Elecciones, la ONPE o el Reniec. Ellos no pueden estar por encima de la Constitución. Ahora, por supuesto, el Congreso podría ser arbitrario o que actué de una manera inadecuada. Por eso, es necesario las dos cámaras. En este caso, la Cámara de Diputados podría iniciar el procedimiento de acusación contra las autoridades electorales que después la aprueba con un número calificado, la presenta al Senado y acusa a estas personas. El Senado inicia otro procedimiento para escuchar a las autoridades con sus abogados y hay una mayor reflexión sobre el tema. De manera tal que hay un doble cerrojo.

Pero se coloca este punto cuando hay una animadversión y tensión de sectores políticos en el Congreso con los organismos electorales desde la campaña pasada. Recientemente, además, aprobaron una ley para que se hagan elecciones internas complementarias fuera del cronograma electoral.

Es peligroso con una sola cámara. Porque, claro, expone a las autoridades que puedan haber actuado bien o mal, mientras que no hayan más indicios, gozan de presunción de inocencia y los coloca a tiro de una cámara única. Por eso, es imprescindible ir hacia un Senado. En el futuro, esto bien podría aprobarse a efectos de la próxima elección general para que ninguna reforma constitucional tenga efectos inmediatos. Por ejemplo, qué pasa si se corroboran los dichos que, pueden hacer perfectamente falsos o verdaderos, de que el presidente del jurado había recibido un soborno para actuar a favor de unos y en contra de otros. Qué pasa si se va corroborando y se va tejiendo la madeja. ¿Quién saca al presidente del Jurado Nacional de Elecciones si no lo quiere destituir como juez supremo la Junta Nacional de Justicia? La Junta Nacional de Justicia puede decir que “no, su actuación ha sido como miembro de un órgano electoral y no como juez”.

Usted lo ha dicho: la Junta Nacional de Justicia es el encargado de sancionar si se presentan situaciones especificas como describe. ¿El Congreso no estaría invadiendo competencias de otras instituciones?

Pero si la Junta Nacional de Justicia es simpatizante de la autoridad electoral, podría fácilmente tejer el argumento que lo evalúa como juez supremo. Pero, en cuanto a su actuación en el órgano electoral, no le compete. Entonces, hay una zona gris ahí que ya algún miembro de la junta sugirió. ¿Qué pasa si dentro de un mes hay más indicios? ¿Quién lo saca (autoridad electoral)? Un magistrado del Tribunal Constitucional puede ser removido por el Congreso. En este caso, si hay bicameralidad, por el Senado.

El senador aprista Luis Alberto Sánchez en plena intervención.
El senador aprista Luis Alberto Sánchez en plena intervención.

También se incluye en el dictamen acusar al presidente del Banco Central de Reserva y al superintendente de Banca, Seguros y AFP. Invade autonomía de otras entidades.

Hay ese peligro, pero recordemos que el Congreso es una arquitectura de la democracia. Es el representante verdadero del pueblo y el electorado. Ni siquiera el presidente de la República es el representante del electorado.

El presidente de la República es elegido también por el voto popular.

Sí, pero quien representa al pueblo en su conjunto es el Congreso. Por eso, el Congreso es el único órgano que puede efectuar reformas constitucionales. No participa el Ejecutivo ni el Poder Judicial. El peligro sería que la Cámara de Diputados que tenemos se deje guiar por el interés inmediato. Por eso, ese es otro argumento a favor del Senado. Necesitamos dos cámaras y que sean elegidas en distintas fechas. La Cámara Diputados se elige en diferente fecha que el Senado cosa que se recoge un distinto temperamento que expresa mejor la voz del pueblo.

El dictamen de la bicameralidad modifica 50 artículos de la Constitución. ¿Usted no considera que hay una excesiva concentración del poder por parte del Congreso?

La verdad es que, a partir de Vizcarra, el Poder Ejecutivo ha acumulado demasiado poder. Por ello, nos resulta extraño que ahora se cuestione que el Congreso intenta recuperar algunas competencias. Anteriormente, hemos visto cómo al Congreso se le ha puesto contra la pared. Fue obligado a aprobar la no reelección parlamentaria, cosa que es antinatural. Estamos pasando de plenos de Congresos que cometieron gruesos errores políticos que generaron vacíos de poder y fueron avasallados por un líder regional como Vizcarra. Ahora vemos que el Congreso está tratando de recuperar en algo el poder que antes tenía. No lo veo mal y me parece correcto. Ahora, también hay la posibilidad de que se comentan excesos y, por eso, es indispensable el retorno de dos cámaras.

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