Hace 7 años que Ricardo Gareca, “El Tigre” para algunos o “El Flaco” para otros, llegó a una selección peruana que, de triunfos había saboreado poco, y si de mundiales se habla, el Perú llevaba más de 30 años con el grito atascado en la garganta.
Fue entonces, que, en marzo del 2015, el entrenador asumió el reto de dirigir a un equipo, que, si bien tenía a algunos jugadores triunfando en clubes extranjeros, como equipo, el objetivo de clasificar al máximo evento del fútbol mundial, no se veía reflejado en la tabla de posiciones.
“Nada es imposible cuando uno cree. Y yo creo en el futbolista peruano, por eso estoy sentado aquí y acepté el cargo”, expresó Gareca antes de vestir el buzo rojiblanco. El primer partido que dirigió fue un amistoso contra Venezuela, el 31 de marzo del 2015, el cual perdió ante la mínima diferencia. Días después, en el encuentro amistoso contra México empató 1-1.
Luego llegaría la Copa América Chile 2015, que, entre derrotas, triunfos y empates, la selección peruana obtuvo un honroso tercer puesto.
Gareca siempre ha demostrado respeto y reconocimiento al esfuerzo y la garra del jugador peruano que es convocado, como todo líder de un equipo, que destaca públicamente las fortalezas de este para alentar su crecimiento. “Sería bueno que haya un reconocimiento a los que lograron un objetivo, a los que fueron utilizados y rindieron en la selección. A esos jugadores que son fundamentales, queremos guardarles el lugar que realmente se merecen”, sostuvo.
El estratega había encontrado su propia fórmula y continuó trabajando, mano a mano, con todo su equipo técnico y jugadores, con un mismo objetivo: clasificar al mundial de Rusia 2018.
La meta se dio un 15 de noviembre del 2017 en que los hinchas peruanos tienen tatuados en el corazón, y que hasta, incluso, generó una alerta de sismo tras la celebración del gol de Jefferson Farfán que abrió el marcador a favor del conjunto nacional. “Esto se debió a una vibración provocada por los saltos eufóricos al unísono de unas cincuenta mil personas que asistieron al Estadio Nacional”, explicó el presidente del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera.
El rol de Ricardo Gareca, como líder de su equipo, traspasó las paredes de La Videna y su motivación llegó a todo el Perú. Es por ello, que en junio del 2018, el técnico de la selección recibió la aprobación del 99% de los peruanos, según una encuesta de Ipsos.
No cabe duda de que, la confianza en “El Tigre” va más allá de un partido de fútbol, o de un mundial. El técnico se convirtió en una figura de inspiración para la hinchada por su capacidad de resiliencia ante cada derrota, que permitió que un país llore de alegría al ver a su selección disputar un partido en un mundial, luego de 36 años.
El trabajo para clasificar a un nuevo mundial ha sido largo y con tropiezos desde un inicio que, en conjunto, han sabido librar.
“Ha pasado mucho tiempo. Es un orgullo. Uno siempre trabaja para obtener éxitos y para ganar. A veces se da y otras veces no. Hemos vivido cosas muy fuertes con la selección y ojalá podamos seguir viviéndolas”, expresó en marzo del 2022.
Hoy, el destino no quiso que Gareca repita el plato de ir a otro Mundial por segunda vez consecutiva. La selección peruana cayó por penales y dejó truncos sus deseos de ser un nuevo inquilino de Qatar en noviembre de este año. Sin embargo, Gareca ha expresado siempre el invalorable aporte de la hinchada peruana a donde fuera que va el equipo de todos, como pasó hoy en Doha. “La cercanía de la gente y de la familia, para nosotros como cuerpo técnico, es una energía muy importante. Es invalorable. Para nosotros ha sido fundamental la contención familiar”, remarcó el DT.
En esa línea, el entrenador destacó la preparación de la escuadra nacional. “Tenemos siete años juntos, queremos seguir creciendo, sabemos lo duro que ha sido el camino y estamos preparados para este partido. (...) Tenemos una gran confianza en la gente, cree en nosotros. Somos una selección que creemos en nosotros”, aseveró en la última conferencia de prensa previa al partido contra Australia.
El nuevo sueño no se logró, pero Gareca sigue siendo el personaje que más unió a los peruanos en los últimos años. Sus palabras calaron bien en la prensa, en los jugadores y en cada compatriota que donde lo ve lo saluda con cariño y le agradece el gran trabajo que ha hecho con la bicolor en los últimos años.
Hoy Gareca no ha fracasado como DT, hoy el ‘Tigre’ seguirá siendo el hombre que más feliz ha hecho a la población peruana a pesar de la crisis política, social y económica que a muchos golpea desde el inicio de la pandemia.
Si algo debemos aprender de él es a levantarse a pesar de las derrotas y a seguir adelante con la frente en alto, cuando se sabe que se hizo las cosas bien.
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