El periodista César Hildebrandt dirigió su columna de este viernes en el semanario Hildebrandt en sus Trece a la lideresa de Fuerza Popular e hija del exdictador Alberto Fujimori, Keiko Fujimori, a quien consideró una “mafiosa heredera” del expresidente.
El también escritor explicó que no se va a retractar jamás de no haber votado por la exprimera dama y que, más que Pedro Castillo le haya ganado, lo que venció a Fujimori por tercera vez fue la “memoria nacional”.
“Recordar a su padre aniquiló electoralmente a la hija. La reconstrucción forense del gobierno de Alberto hizo que mucha gente reflexionara”, indicó.
El autor de Confesiones de un inquisidor recordó que la lideresa fujimorista se sentía presidenta cuando se acercaba la fecha de la elección y al buscar una reivindicación del gobierno de su padre, “eso hizo que mucha gente pensara que todo podría repetirse”.
“La señora que había recibido millones de dólares ocultos y los había convertido en donaciones falsas ¿no había acaso incurrido en los métodos raqueteros del fujimorismo de siempre? ¿Jaime Yoshiyama no era parecido a Bertini? ¿Joaquín Ramírez no venía de la misma estirpe a la que pertenecieron los Winter? Y en la segunda vuelta, apenas la señora se sintió respaldada por ciertas encuestas y entusiasmada por la patética debilidad de su adversario, volvieron a asomarse la arrogancia arrasadora y el autoritarismo. La señora segregaba violencia en cada palabra y sus voceros parecían anunciar la restauración del shogunato de los 90″, manifestó.
Hildebrandt expuso que la “maldición del fujimorismo es el fujimorismo” y para él solo basta ver en televisión a la excongresista Cecilia Chacón en la televisión y leer a la exparlamentaria Martha Chávez para “saber que las taras del fujimorismo están invictas y que un gobierno de los suyos supondría, otra vez, la concentración mafiosa del poder a cualquier costo”.
TRIPLE DERROTA
El periodista afirmó que ahora los fujimoristas intentan culpar a los que votaron por Pedro Castillo sobre la crisis política actual que se vive en Perú, señalando “una vasta conspiración que incluyó a la prensa independiente, los artistas con voz propia, las ONG militantes, la ONPE y el Jurado Nacional de Elecciones”.
“Es decir, repiten estos incorregibles el mismo libreto que el 2016: el negacionismo como encubrimiento. Ignoran que con esta conducta no hacen sino mostrar la cara cortada de siempre. Ese fue el rostro de Alberto Fujimori cuando, ya al descubierto, poco antes de que fugara al Japón, pretendió culpar de todo a quien había sido su socio y benefactor de sus hijos durante diez años: Vladimiro Montesinos”, opinó.
Hildebrandt argumentó que “la derecha fragmentada y sin ideas, rapaz y sin lecturas, siempre amó al fujimorismo” debido a que “Alberto y Keiko fue el neoodriismo, ese atajo práctico hacia un populismo repartidor de dádivas y guardián del orden establecido”.
El expresentador de Hildebrandt a las 10 resaltó que, pese a las dos derrotas consecutivas de Keiko Fujimori en las elecciones presidenciales, la derecha volvió a insistir.
“El resultado fue el desastre más ridículo de la historia de las derechas reunidas: perdieron ante un candidato polvoriento y sospechoso de pertenecer a la izquierda más extrema y senderoide”, expresó.
PERDER ANTE CASTILLO
El periodista aseveró que la única forma que Keiko Fujimori cayó ante Pedro Castillo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2021 insistió en “la vieja fórmula del fujimorismo”.
“La enésima Keiko cometió todos los errores esperables y resucitó uno que parecía superado: dijo que el gobierno de su padre había sido poco menos que ejemplar. En la segunda vuelta, la derecha, aterrorizada, desató una campaña feroz y de aires unánimes en contra de Castillo. De modo que el candidato del magisterio próximo al MOVADEF fue apanado por la maquinaria de “El Comercio” y la televisión mamona y, gracias a eso, se convirtió en víctima digna de compasión. Millones de peruanos que el neoliberalismo había expulsado de la escena, millones de peruanos pobres, urbanos y rurales, millones de empobrecidos por el Covid-19 vieron en Castillo la opción de un cambio que siguen deseando (no importa lo que diga la opinología cuneiforme de la derecha)”, sostuvo.
Hildebrandt planteó que si la lideresa de Fuerza Popular no habría sido la oponente del actual jefe de Estado este no habría tenido posibilidades con otro candidato. “Fue la estúpida derecha la que volvió a elegir a su vocera más hirsuta y pagó su temeridad con un nuevo y colosal tropezón”, agregó.
“Esa derecha, más achorada que nunca, sueña ahora con que quienes no siguieron sus dictados se arrodillen ante sus fauces y pidan perdón. Y pretende crear tribunales de sanción, inquisidores a domicilio, listas negras de herejes por quemar”, explicó.
El autor de Cambio de palabras opinó que los culpables que Pedro Castillo se encuentre en Palacio de Gobierno son los “mineros, los banqueros, los agroexportadores que reincidieron en Keiko Fujimori”.
Finalmente, Hildebrandt recordó que planteó que el “camino más consciente y digno era votar en blanco”.
“Lo que no es dable tolerar es que los escribas y sicarios cibernéticos del fujimorismo se nombren ahora a sí mismos como un risible tribunal de Núremberg. Los nazis, en todo caso, siempre fueron y serán ellos”, concluyó.
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