Carmen McEvoy: “Hoy toca conversar sobre qué significa ser presidente de la república” | ENTREVISTA

La historiadora propone cambios para proteger la máxima investidura política de la Nación.

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La historiadora Carmen McEvoy presenta soluciones a la crisis política que atraviesa el Perú.
La historiadora Carmen McEvoy presenta soluciones a la crisis política que atraviesa el Perú.

A poco de cumplirse 150 años de la elección del primer presidente civil, Manuel Pardo y Lavalle, la historiadora Carmen McEvoy ha vuelto a publicar “Homo Politicus”, una extensa y detallada investigación sobre el Perú en el que vivió el líder del Partido Civil. En conversación con Infobae, la académica dio cuenta de las similitudes de aquellos días con la actualidad y propuso salidas a la crisis política que estamos atravesando.

Si bien el libro relata sucesos de nuestro pasado, uno levanta la mirada y ve un escenario similar o peor al que se vivió durante los primeros años de nuestra república.

Es un desafío similar. El contexto es el derrumbe de la economía guanera, el final de la era de los caudillos militares que ya agotaron sus estrategia y una sociedad civil que reacciona. Los liberales han estado buscando un candidato tras ser traicionados y derrotados en las urnas por los militares. Es ahí donde aparece Manuel Pardo,una figura que proviene de élite con raíces en la colonia, cuyo padre es Felipe Pardo y Aliaga, pero que en el momento preciso es capaz de liderar un movimiento de cambio. Lo fundamental es la reforma del Estado.

Si hablamos de similitudes hoy atravesamos una crisis económica, la clase política está desprestigiada y liderada por caudillos, pero falta ese candidato. Su libro da cuenta del ascenso de la candidatura de Pardo gracias a una oposición que se puso de acuerdo. ¿Por qué parece que hoy no podemos esperar lo mismo de la oposición?

Se ha consolidado el modelo perverso en el que se puede ir cambiando de dueños. Se han creado facciones que se están disputando el Estado peruano, el botín más valioso para sectores de todas las sangres. Este Estado está más perforado que nunca por un elenco cada vez más delincuencial. El presidente que prometió que esto iba a terminar, terminó envuelto en el modelo en el que también están los delincuentes de cuello blanco.

En momentos de anarquía, nuestra clase política le otorgó a Simón Bolívar la posibilidad de instaurar una dictadura. ¿La situación es tan terrible como entonces?

El primer Congreso Constituyente legitimó a Bolívar y su dictadura porque había una guerra y la independencia había creado un quiebre institucional. Lo que tenemos que discutir es la definición de la presidencia. Hoy toca conversar sobre qué significa ser presidente de la república, sus funciones y requisitos tienen que estar acotadas para contar una presidencia democrática que podamos proteger. Tenemos una presidencia con carencias y como sociedad civil no podemos llevar a que el presidente rectifique. Estamos atrapados.

¿Esta discusión también incluye los requisitos para quien quiera asumir la presidencia?

Sí, se necesitan requisitos válidos para ser presidente, no necesariamente académicos. Debemos utilizar criterios éticos para acceder a la primera magistratura de la Nación y tenemos que pensar cómo y qué le vamos a pedir al presidente. En Estados Unidos una acusación de plagio es un estigma que uno carga toda la vida y nos es posible que la presidencia de la república también cargue esta vergüenza.

La historiadora Carmen McEvoy menciona los cambios para lograr que la representación nacional recupere su legitimidad.

¿Desde dónde impulsar esta discusión tan urgente?

Si leemos los discursos de Manuel Pardo, él apela al sector sano de la sociedad. Ahora es el momento de que las organizaciones y personas que piensan el Perú de forma aislada empiecen a asociarse. Tenemos mentes lúcidas, pero el COVID-19 nos ha dejado cansados. El Perú ha perdido tantas vidas que existe como una especie de resignación. Quienes estén interesados en seguir conectados con el Perú tenemos que tomar la decisión de participar.

La elección de Pardo precisamente sirvió para rescatar las ideas del republicanismo ¿Quién enarbola hoy ese discurso en la política peruana?

Hay más un intento de apoderarse de ese discurso. Recordamos que en la campaña de 1871 y 1872 se buscó trascender la discusión con el eslogan de “La república práctica”. Por un lado está el tema filosófico, pero también la capacidad de concretar el sueño. Hoy los sueños son salud, educación, transporte, entre otros, pero ¿cómo llevas estas ideas a la parte práctica para que sientas que el Estado está ahí contigo? Hace falta una reingeniería total del Estado y pensar en una república del S. XXI.

En todo caso, ¿qué es el republicanismo en el S. XXI?

Creo que es la sociedad de los ciudadanos para el bienestar, aunque estemos viendo todo lo opuesto. Hoy tenemos una maquinaria que busca el beneficio personal. No existe una conversación que piense en las grandes oportunidades. Mi propuesta es volver a la idea del bien común para ver cómo se instala en los niños porque también es un tema pedagógico. Tenemos que educar a los pequeños, trabajar en lo personal y colectivo si queremos surgir como república.

La historiadora Carmen McEvoy recuerda el rol que cumplían las municipalidades al inicio de la república.

¿La reforma del Estado pasa necesariamente por una nueva Constitución?

Creo que así como pasó con la primera Asamblea Constituyente (1822) debe existir una gran discusión pública. Lo primero que tenemos que hacer es poner las ideas sobre la mesa y no tenerle miedo a la palabra “nueva Constitución”, sino conversar y establecer los términos de la discusión. Una Constitución forzada puede crear mayor polarización. El problema es que ahora el Estado está implosionando. ¿Es posible conversar en esa condiciones? No lo sé.

Antes de iniciar esa discusión, habría que informarnos ¿A qué textos deberíamos recurrir para llegar preparados a este debate?

Las cartas que Sánchez Carrión envía a la Sociedad Patriótica de Lima. La primera trata de convencer por qué la monarquía no es una posibilidad para el Perú y la segunda es un texto fantástico sobre los peligros de una república mal organizada. Él anuncia que si no se cuenta con instituciones se puede caer en la anarquía. Leería el “Diccionario para el pueblo: republicano-democrático, moral, político y filosófico” de Juan Espinoza, los textos de José Arnaldo Márquez sobre la corrupción o la discusión de Juan Bustamante y el problema del indio. Quizás debería realizarse una colección de lecturas para que en momentos de crisis se pueda recurrir a estas fuentes. El problema de esta administración es qu cree que ha inaugurado la historia y que en 200 años no ha pasado nada. La tragedia de la amnesia es terminar repitiendo lo que criticaste.

La historiadora Carmen McEvoy menciona algunos autores y textos a revisar para iniciar la discusión sobre la república en la que debería convertirse el Perú.

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