La lucha por el reconocimiento de su derecho a una muerte digna de Ana Estrada podría encontrarse en la etapa final. La Corte Suprema convocó a un nuevo vocal supremo para que el tribunal tome una decisión sobre el caso de la psicóloga. Se requieren cuatro votos para aprobar la sentencia. La decisión del nuevo vocal será clave para el futuro de la activista.
Esta mañana se desarrolló la audiencia del caso de Estrada que busca ratificar la decisión tomada en la demanda de amparo presentado por la Defensoría del Pueblo a favor del reconocimiento del derecho a la muerte digna de la activista.
La entidad ha anunciado que se cuenta con tres magistrados a favor de elaborar el protocolo para el ejercicio de la muerte digna. La decisión final se encuentra en manos del juez supremo Augusto Ruidías Farfán, magistrado dirimente convocado por la Corte Suprema.
Según la abogada Josefina Miró Quesada, miembro del equipo de la Defensoría del Pueblo a cargo de este caso, la continuidad del proceso legal de Estrada está sujeta a la decisión que tome el magistrado Ruidías tras la audiencia de hoy.
“Depende de cómo resuelva este juez podría acabar el proceso aquí. Es decir, el juez se pliega a los tres votos a favor y se aprueba la sentencia. Pero, si eso no es así, podría continuar hasta que se consigan los cuatro votos”, señaló a Infobae.
De acuerdo a Miró Quesada, los jueces deben tomar en cuenta la importancia de la libertad, la autonomía y la dignidad de Ana Estrada como parte del ejercicio de su derecho a la vida.
“Es necesario que los jueces entiendan la vida como un proyecto de vida biográfico más que biológico. Algunos jueces tenían la apreciación que el Estado debe preservar la vida y no puede intervenir activamente en privarla de ella, a pesar que el titular de esa vida es una fuente insostenible de sufrimiento”, informó la abogada.
Ana lleva más de 30 años diagnosticada con polimiositis, una enfermedad degenerativa que afecta su organismo a nivel muscular. Durante la audiencia desarrollada esta mañana, Gonzalo Gianella, médico tratante de la psicóloga, también se pronunció sobre el daño progresivo que presenta la salud de la activista y solicitó que sea tomado en cuenta.
“El daño muscular de Ana es muy importante. Incluso, desde que ella empezó a tener compromiso respiratorio y tuvo una larga hospitalización en cuidados intensivos en el seguro social, salió a casa con ayuda de un respirador. Esto se ha ido deteriorando. En los últimos años se ha ido deteriorando más”, declaró el neumólogo.
Por su parte, mediante una nota de prensa, la Defensoría del Pueblo manifestó confiar que el juez dirimente fallará a favor de otorgarle a Ana Estrada la posibilidad de decidir sobre el final de su vida de la forma en que ella considere adecuado y en el tiempo que desee.
“La Defensoría del Pueblo confía plenamente que el vocal dirimente se pronunciará a favor de la posición de la mayoría de sus colegas, y reconocerá así, el derecho de Estrada a una muerte en condiciones dignas para que pueda decidir, sin que nadie sea perseguido penalmente por ello, sobre el final de su vida, cuando ella así lo necesite”, expresó la institución.
Por su parte, el Poder Judicial informó a través de sus redes sociales que el juez Augusto Ruidías, tras escuchar a Ana Estrada y su equipo de defensa legal, tomará una decisión en el plazo de ley correspondiente y lo comunicará vía correo electrónico.
“QUIERO EVITAR EL DOLOR Y ELEGIR EL MODO PARA HACERLO”
Durante la audiencia, se permitió la intervención de la psicóloga para ofrecer sus descargos sobre el proceso. Estrada le solicitó al juez dirimente que el Estado le autorice ejercer su derecho a una muerte digna.
“Si me dejan decidir, yo quiero evitar el dolor y elegir el modo para hacerlo [...] Para lo que necesito en mi condición, yo quiero la facultad de acceder al procedimiento de eutanasia cuando ya no pueda seguir sufriendo en vida y quiera despedirme de mis seres queridos en tranquilidad y en paz”, expresó la activista.
Por su parte, Ana instó al magistrado a adherirse a los tres jueces que votaron a favor de aprobar la sentencia para tener la facultad de decidir sobre su cuerpo y su vida.
“Lucho por mi derecho a una muerte digna porque amo y respeto tanto la vida, que no quiero vivirla sufriendo. Quiero que el Estado me deje decidir porque es mi vida, mi cuerpo, mi noción de dignidad y mi autonomía. La que defiendo y me pertenece”, precisó la psicóloga.
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