En este mundo, de gustos y colores no han escrito los autores. Por lo menos así reza un conocido refrán. Es por eso que uno suele hacer sus cosas de la manera en la que uno cree que es la mejor. Sin embargo., siempre hay límites. Sobre todo si te dedicas al sacerdocio y tienes que oficiar una misa. El requisito mínimo, sería lo óptimo, es oficiarla en estado de sobriedad.
Pues el curioso hecho ocurrió en la localidad de Jaén, uno de los municipios de la comunidad autónoma de Andalucía (España), cuando un cura ofició una misa de primera comunión en estado etílico. El escándalo no hubiese sido tal si es que el vídeo de su bochornoso accionar no se hubiese vuelto viral. Una de sus acciones que más controversia ha creado es el hecho que no pudo contenerse y eructaba frente a todos los asistentes del templo.
El irresponsable párroco responde al nombre de Juan Rubio. Él solía trabajar en la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, en la localidad de Lahiguera. Lamentablemente, para él, su carrera directo al Vaticano se vio cortada de manera abrupta al publicarse este vídeo.
Una vez en las redes sociales, el clip fue visto por miles de cibernautas y desató el escándalo. Fue tal el remezón en esa zona de España que Juan Rubio se vio obligado a renunciar. El obispado local no se hizo mayores problemas en aceptar la carta de dimisión.
PIDIÓ PERDÓN
Avergonzado por su accionar y ya sin trabajo, pero con la esperanza de recuperarlo, Juan Rubio tuvo que pedir disculpas de manera pública a través de un comunicado emitida por la misma Diócesis de Jaén.
En el documento, el ahora exsacerdote admitió que sus actos estuvieron fuera de lugar y que no tiene justificación alguna para ellos. De igual manera, anunció que se alejaba para siempre de la vida católica. Por último, y no menos importante, expresó que hará todo lo posible para superar sus problemas de adicción a la bebida y buscará la ayuda profesional necesaria para lograr su nueva meta en esta vida.
¿QUÉ FUE LO QUE HIZO?
Dicen que las imágenes hablan mejor que las palabras y en esta ocasión es cierto. El vídeo lo muestra evidentemente borracho, muestra problemas para articular bien las palabras y faltándole el respeto a los pequeños que comulgaban por primera vez en su vida. Es más, hasta se le puede escuchar decir de manera irónica: “Para lo que me queda en el convento, oremos”.
LO APOYAN
A pesar de todo el bochorno, una gran parte de los feligreses todavía cree en él y le ha mostrado su apoyo incondicional, a pesar de su díscola conducta. Muchas de estas personas consideran que un fuerte llamado de atención era más que suficiente, pero exigirle la renuncia era un castigo innecesario y exagerado.
“Todo el mundo le desea lo mejor, que se recupere, y ya está. Es un hombre enfermo”, dijo una vecina del lugar. Y agrega: “No hay más nada que decir: las redes sociales hacen mucho daño”. “Tiene sus problemas, como cualquiera. Tuvo un mal día, bebió más de la cuenta, pero tampoco hay que llevarlo tan a pecho”, lo defiende otra mujer.
Otros, con menos pena pero más humor, se tomaron con hilaridad este hecho, pero sí estuvieron de acuerdo con que el beodo pida ayuda. Y hasta señalaron que “sería bueno un acompañamiento de la diócesis para seguir de pie el tratamiento al cura”.
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