El Perú atraviesa por un déficit de donantes. En la actualidad, según Martin Padilla, jefe del Programa de trasplante de hígado en el Hospital Almenara, el índice de donación en el país es de menos de un donante por cada millón de habitantes. Además, indica que la mayoría de donantes no se encuentran en Lima; por el contrario, estos provienen de provincia.
La problemática viene desde décadas atrás. Padilla asegura que, en el 2000, la tasa de donantes estaba en 0.0004%, con 4 donantes por cada millón de habitantes; sin embargo, este panorama continuó empeorando. Hasta antes de la pandemia, el experto señala que habían 2 donantes por cada millón de ciudadanos; actualmente, la situación post pandémica ubica la tasa en menos de un donante por cada millón de residentes.
“En la actualidad, estamos a menos de uno (donante) por millón de habitantes, sobre todo, en el contexto de la post pandemia. El 60% o 70% de estos provienen de fuera de Lima”, añadió a Infobae.
El especialista recalca que esta incidencia se viene agravando por varios factores: “La mayor parte de las veces, las autoridades señalan que es una falta de cultura de donación; sin embargo, ello no es cierto. Si uno se pone a ver los datos, las personas que donan más son las que están fuera de Lima, en provincias”.
Además, considera que, uno principales factores que agudizan la situación se debe a, fundamentalmente, el Sistema de Servicios de Salud.
“Cuando uno ve el proceso de donación, estos vienen de aquellas personas que llegan a las salas de emergencia o UCI de los centros hospitalarios donde, usualmente, es donde no hay camas, por lo que es retrasada la atención. Luego se le avisa al familiar que ha ocurrido lo peor; es decir, que está en una condición de muerte encefálica, y, bruscamente, se pide que done sus órganos. sto, en realidad, chocante para la familia, porque no está preparada. ¿Por qué? Porque se les atendió mal”, agregó.
El problema, según Padilla, también radicaría en que no hay una comunicación oportuna o previa de la atención, por parte del personal, a los familiares, factores de riesgo y pronósticos del paciente. Además de desconocer una atención previa de este.
¿QUÉ SUCEDE ANTE LA NEGATIVA?
La donación de órganos es un acto voluntario y desinteresado que permitirá salvar cerca de 10 vidas. Según la Ley 28189, la donación de órganos está basada en lo que señala el DNI; sin embargo, Padilla indica que, según la RENIEC, más del 70% de la población peruana decide por el “No” en la opción de convertirse en donantes.
“Seguramente, si miras tu DNI o miro el mío, de repente dice “No”; sin embargo, ni siquiera me lo han preguntado. Muchas veces lo ha decidido el personal de la RENIEC que no está entrenado”, refiere.
Se logra identificar que esta carencia de donantes no solo sería una negativa personal, puesto que la mala capacitación al personal de una institución, también podría interferir en una situación tan relevante, como la donación de órganos.
“Esta situación es delicada porque que, si el personal de salud que atiende una persona que, sin haber consentido en su DNI y encuentra que no, no puede proceder con la donación de órganos”, menciona.
¿PUEDE INTERVENIR LA FAMILIA?
Encontrar un “No” en el DNI de un paciente fallecido es común; sin embargo, en estos casos, la especialista asegura que es más común la intervención familiar.
“Allí sí interviene la familia, avisando de la voluntad de donación; pero, desde el punto de vista legal, puede crear un conflicto serio y puede generar un reclamo legal”, agrega.
Esta situación se contemplaría, siempre y cuando, la familia esté de acuerdo con la donación, y el fallecido haya mostrado una negativa; sin embargo, la tasa de negatividad familiar también es alta. En el 2019, el director general de la DIDGOT, Dirección General de Donaciones, Trasplantes y Banco de Sangre del Minsa, indicó a La República que en el 2018 fallecieron más de 200 personas con diagnóstico de muerte encefálica, pero solo 62 familias permitieron la donación de órganos de sus parientes y añadió que “las familias siguen diciendo que no, entonces por eso es que se realizan campañas”.
¿BASTA CON DECIR “SÍ”?
La familia tiene un poder en relación a la situación final del donante. Como se ha mencionado, la situación de un “No”, puede variar; sin embargo, en caso que el fallecido haya estipulado un “Sí” en su DNI, se convierte automáticamente en donador después de haberse declarado la muerte encefálica.
El jefe del Programa de trasplante de hígado dijo que “es importante decirlo en vida y comentarlo con la familia”. También sugirió comunicar la voluntad de convertirse en donantes y dialogar sobre una posible situación de muerte, para que la familia continúe con esta intención.
“Dería decirse, si ocurriera eso (deceso), mi solidaridad está con la gente que está con enfermedades terminales y que mis órganos sean donados para que sigan viviendo. En otras palabras, seguir viviendo con nuestros órganos, a través de la donación, en otras personas”, indica.
El médico asegura que para evitar caer en mitos o creencias, el esfuerzo médico que se realiza en estos procesos, es el máximo. Igualmente, resalta la prioridad por la vida de todo el personal de salud en caso de alguna situación de emergencia.
“Por formación y por ética, todo el personal de salud va a hacer y hace los máximos de los esfuerzos para mantener con vida a las personas. Tengan la plena garantía que el personal de salud que trabaja en todas las instituciones en el país tienen formación y seguridad de atención”, expresa.
¿CÓMO VAMOS?
Padilla se refiere a la situación actual de trasplantes en el país y explica que ya se han realizado más de mil trasplantes, incluyendo hepáticos, renales, pancreáticos, entre otros: “Tenemos cerca de 700 trasplantes renales, más de 300 trasplantes hepáticos, 22 trasplantes pulmonares y 12 trasnplantes pancreáticos”.
La situación actual mejoró en relación a la del 2020 y 2021, periodo más alto de la pandemia, donde solo se realizaron cerca de 40 trasplantes. El espectro de ese entonces empeoró por la necesidad de camas UCI que requerían los pacientes con Covid 19, por lo que casi todos los centros de trasplante en el país cerraron.
En relación a la situación del Hospital Almenara y su lista de espera, la especialista plantea que, “en la actualidad, estamos manejando cerca de 200 receptores de trasplante renal, 40 o 50 receptores de trasplante de hígado, entre 8 y 10 receptores de trasplantes de pulmón y, más o menos, entre 5 a 6 receptores de trasplante de páncreas”.
Finalmente, Martín Padilla hizo un llamado a la voluntad de la donación: “Si en algún momento, uno de nosotros o uno de sus familiares se encuentra en la condición de muerte cerebral, sean voluntarios en función a que puedan donar sus órganos para que puedan salvar vidas; y, de alguna manera, su ser querido siga viviendo en otras personas”.
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