Luego de que se lleve a cabo una reunión, el último miércoles, con la finalidad de solucionar los inconvenientes y diferencias que existen en la zona de Apurímac entre los comuneros y la empresa minera Las Bambas, nuevamente la incertidumbre y el “bloqueo del diálogo” siguen siendo un impedimento para la reapertura de las operaciones de esta empresa.
Representantes del consorcio, señalaron que lamentan la culminación de este encuentro sin llegar a acuerdos, debido a “exigencias desmedidas”. Como se sabe, aún hay un grupo de personas de este sector que siguen en las instalaciones de la minera como parte de su protesta, la cual impide el funcionamiento de la misma.
A través de un comunicado, la minera manifestó que las conversaciones están entrampadas debido a que las seis comunidades que acatan la medida de fuerza condicionan “la liberación del terreno invadido y la reanudación de las operaciones a la subsanación de supuestos incumplimientos que no precisan”.
Además, aseguran que “muchos” de los compromisos que se aluden como no cumplidos “son nuevas demandas no consignadas en acuerdos anteriores”.
Para Las Bambas existen “esquemas no contemplados en el ordenamiento legal vigente, como por ejemplo una participación del 50% de las utilidades de Minera a cambio de un supuesto aporte de terrenos, los cuales ya fueron adquiridos y pagados por las Bambas a la propia Comunidad en el año 2013″.
Asimismo, la empresa señaló que “la falta de entendimiento y acuerdos, ponen en riesgo 9 000 puestos de trabajo y a más de 1 400 pequeñas y medianas empresas de Cusco y Apurímac que proveen bienes y servicios” para la operación minera.
Antes de concluir, la minera saludó el esfuerzo del Estado por reabrir la mesa de diálogo y por intentar calmar a la población ante esta situación que tiene más de 40 días y recordaron todas las pérdidas que esto significa no solo para la empresa, sobre todo para este sector que necesita reactivar su economía.
“Las operaciones de la mina Las Bambas, suspendidas desde el 14 de abril por la invasión ilegal de sus terrenos y que, tras 42 días de la paralización, ha generado pérdidas por cerca de US$ 400 millones en exportaciones y más de S/ 220 millones en rentas para el Perú y la región Apurímac”.
“Minera Las Bambas reitera su disposición a un diálogo transparente y constructivo para una revisión exhaustiva de los compromisos de la empresa con las comunidades de los distritos de Challhuahuacho y Coyllurqui, e invoca a estas a deponer medidas de fuerza ilegales y demandas incompatibles con el marco legal de la actividad minera en el Perú”, culmina el comunicado.
PROPUESTA
Hace unos días, el presidente de la comunidad de Huancuire, Romualdo Ochoa, anunció que seis comunidades de Apurímac proponen ser socios de la mina Las Bambas. De acuerdo a su explicación, tras las frustradas mesas de diálogo con el Gobierno y el supuesto incumplimiento por parte de la empresa, el único camino que encuentran para llegar a buen puerto es la propuesta denominada Waki, palabra quechua que en español se traduce a mancomunidad, asociación o unión.
“Tenemos una propuesta, y esa propuesta es Waki, que son los convenios simétricamente, de igual a igual. Emerge de la vida misma cuando dos ríos se juntan, más caudalosos se hacen. Por eso, nosotros planteamos que el Gobierno gane, la empresa gane y las comunidades ganen. Eso es lo que planteamos”, declaró para Exitosa Tv.
“La minera nunca nos ha dado respuesta, al igual que el gobierno. (…) hemos dicho que acá ya no existe los compromisos, actas, convenios, ni firmas, mesas de diálogo o técnicas, ya no queremos, eso ya pasó”, precisó en el dialogo con Nicolás Lúcar, en el que también participaron Edison Vargas y Ruben Chávez, presidente y abogado de la comunidad de Fuerabamba respectivamente.
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