Esta semana el juez del Cuarto Juzgado de Investigación Preparatorio Permanente del Callao, Roberto Sucno Jara, ordenó la liberación de Andrea Aguirre y Kevin Villanueva, los dos implicados en el crimen de la activista Solsiret Rodríguez, pues según la defensa de legal de los imputados se estaba incurriendo en un “exceso de carcelería”. Hubo protestas de los familiares y un plantón frente a Palacio de Justicia, sin embargo, la disposición ya está dada; y los padres de la joven han manifestado que se sienten burlados con este sistema de justicia.
Hay otro tema que ronda este crimen y es que los acusados nunca han confesado dónde se encuentran los otros restos, pues solo se han recuperado el 30% de estos. Carlos Rodríguez y Rosario Aybar, padres de la estudiante de Sociología, armaron el rompecabezas ante la indiferencia de la Policía desde la desaparición de la también joven madre en agosto de 2016, el mes que la vieron por última vez.
Incluso, el policía Dante Pastor, según un reportaje de Perú21, tuvo una reacción machista cuando no quiso recibir la denuncia sobre la desaparición de Solsiret, contó la madre. “Nos dijo que era una calentura, que ya aparecería”, dijo Rosario Aybar. No solo eso. Las fiscales tampoco tuvieron una actuación adecuada, fueron negligentes y comenzaron a ser investigadas por la Oficina Desconcentrada de Control Interno del Callao.
“¿Dónde están los restos de mi hija? En el tiempo están minimizando todo. Espero que Dios se apiade de mi hija, es lo único que me queda. Pregunto dónde están los restos de mi hija y no me responden, esa es su estrategia, es su derecho al silencio. Francamente estoy mal emocionalmente”, dijo la madre de la activista cuando se enteró que habían liberado a los dos involucrados en el asesinato.
PAREJA DIABÓLICA
Este homicidio hubiera seguido sin ningún responsable si no hubiera sido por la intervención del fiscal Jimmy Mansilla Castañeda, quien tomó el caso en enero de 2019: solicitó el levantamiento del secreto de las comunicaciones de todos los sospechosos y, además, pidió que la División de Investigación de Homicidios de la Policía Nacional del Perú (PNP) haga las pesquisas.
Andrea Aguirre fue la primera señalada. Se encontró que el chip que usaba Solsiret fue sacado de su celular y colocado en su móvil. Desde allí, se determinó que se habían comunicado con los padres de la víctima tras su desaparición para hacerles creer que había abandonado a su familia y a sus hijos para irse de viaje.
Estas comunicaciones salían del quinto piso del edificio ubicado en la Av. Argentina 5260, Callao. Allí vivían Solsiret con su conviviente, Brian Villanueva Castillo, y sus dos hijos; con Andrea y la pareja de este, el hermano gemelo de Brian, Kevin Villanueva Castillo.
El 14 de febrero de 2020, un año después de iniciar las investigaciones, la PNP detuvo a Andrea y Kevin, como los sospechosos de la desaparición de la estudiante.
Ella fue capturada en Lima; él en Áncash. Hubo varios interrogatorios para saber dónde se encontraba el cuerpo de Solsiret. Andrea dijo que había estado peleando con la activista y que, en el forcejeo, esta se cayó al piso y murió. Al no saber qué hacer, llamó a Kevin, quien procedió a cercenarla y ocultar las partes. El acusado, por su parte, quiso limpiarse de la acusación de su pareja y la culpó de la planificación del asesinato.
La cabeza de la víctima fue hallado dentro de un envase plástico, en el baño de la casa de los padres de Andrea en el Jr. Condesuyos 510, en el Cercado de Lima. En su armario estaban una tibia, un fémur y un peroné envueltos en un periódico. Pero se desconoce dónde se encuentran las otras partes del cuerpo. Los causantes de este crimen, que serán liberados, nunca ofrecieron más declaraciones sobre dónde estaba el otro 70% de los restos de la víctima.
LOS CELOS
En el tiempo que compartieron la misma habitación se habría generado una situación de celos de Andrea, quien veía cómo Kevin se acercaba demasiado a Solsiret. Sin embargo, la joven activista le confesó a sus padres que su cuñado había estado haciéndole tocamientos indebidos delante de su concuñada y que ella nunca le puso un pare a a la situación.
Durante una reunión, contó el padre de la activista de Ni una menos, Kevin tocó varias veces la puerta de la habitación de su hija, lo cual enfureció a Andrea, quien habría sido el cerebro del plan macabro para matar a la mujer, según la PNP.
Después de cercenarla y ocultar las partes de su cuerpo en la casa de los padres de Andrea, los policías se percataron que en el departamento donde vivían todos, en Callao, habían hecho remodelaciones: el piso fue cambiado y las paredes pintadas; era otra pista para encontrar los otros restos de la joven, pero no se halló nada.
LIBERTAD PARA ASESINOS
Tanto Aguirre como Villanueva tienen que pagar el monto de S/ 60.000 para que salgan en libertad, algo que, según el padre de Solsiret no va a ser muy complicado de solventar, quien se mostró muy decepcionado por el sistema judicial peruano.
“La Ley ya está ahí. Lo único que tienen que hacer es depositar el monto y están en libertad. Esto no lo puede variar nadie porque así funciona el Perú. Yo voy a esperar eso, ya perdí ya, pero voy a perder bien. Si tienes plata, bien. Si no tienes dinero, mal. Esa es la verdad del Perú. Voy a esperar este resultado que se va a dar en cualquier momento”, mencionó.
Y agregó que no iba a apelar la decisión del juez porque no serviría de nada debido a que ha perdido completamente la fe en las autoridades judiciales. “Es muy triste porque la justicia en el Perú no existe. Es tanta la indignación que siento”, complementó a La República.
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