Durante los últimos nueve meses, Perú ha vivido una crisis política interminable. El presidente Pedro Castillo, con sus graves escándalos por presuntos actos de corrupción y pedidos de vacancia en su contra, cuenta con tan solo 20% de aprobación. En tanto, el Congreso no se queda atrás que también cuenta con una cifra similar producto de su mal trabajo fiscalizador y, además, con la aprobación de contrarreformas como la universitaria que despertó indignación en diferentes gremios estudiantiles.
Frente a este deterioro institucional, Infobae entrevistó a Pedro Cateriano, ex primer ministro en los gobiernos de Ollanta Humala y Martín Vizcarra, quien enfatizó que no saldremos de esta situación mientras exista un pacto entre el Ejecutivo y el Legislativo para quedarse hasta el 2026. Por cierto, el político peruano también cuestiona cómo fue tratado por Migraciones de Argentina en un reciente viaje que realizó a dicho país para participar en un evento junto al Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.
- Tenemos un presidente con 20% de aprobación en tan solo nueve meses. Y un Congreso igual de impopular. ¿En el Perú se ha normalizado la crisis política?
- Da la impresión que tanto el Gobierno como el Parlamento quieren continuar con esta crisis interminable. Lo cierto del caso es que el Gobierno usa la mentira como una forma de actuar. Hemos visto cómo, por ejemplo, el presidente del Consejo de Ministros y el propio presidente Castillo, para obtener el voto de confianza del Congreso, manifestaron públicamente que no iban a convocar a una Asamblea Constituyente. Obtenido el apoyo, cambiaron de discurso. Y ahora la iniciativa fue mandada al archivo.
Luego, el presidente del Consejo de Ministros expresa públicamente una admiración por Adolfo Hitler y en el Parlamento no hay ninguna iniciativa firme que condene esta inaceptable declaración en pleno siglo XXI. Lo que llama profundamente la atención también es que ningún parlamentario de izquierda haya presentado una moción de censura contra el presidente del Consejo de Ministros. Entonces, ya al margen de los insultos proferidos también contra el cardenal Barreto a quien tildó como “miserable”, vemos que sí hay un proceso grave de degradación en la conducta gobernativa y también, hay que decirlo, a nivel parlamentario.
Da la impresión que el Congreso de la República ha claudicado en sus funciones de control político. Fundamentalmente, por el temor de la disolución. De otra manera, no encontramos otra explicación cuando ayer (jueves), durante la interpelación, el presidente del Consejo de Ministros desafiaba al Congreso. Decía: “A ver atrévanse a censurarme”. Lo concreto da la impresión que la mayoría de los parlamentarios tienen temor de perder su curul y lo que más se aferran es a sus sueldos hasta que acabe su periodo, dejando de lado los intereses nacionales y la defensa del orden democrático y constitucional que están obligados a cumplir.
- Hace semanas se habló sobre la oportunidad de convocar al Acuerdo Nacional como una última oportunidad para que el presidente pueda enrumbar su gobierno. ¿Parece que no tiene voluntad de hacerlo?
- Si a eso le sumamos la ineptitud. La gestión pública de este gobierno es absolutamente calamitosa. En el ámbito económico son incapaces de ejecutar las obras y la ejecución presupuestal es pésima. Es decir, este es un gobierno que tiene dinero. La gente tiene necesidad en plena crisis. Resulta imperdonable que no se gaste el dinero adecuadamente. De otro lado, apreciamos también que el gobierno, debido a su impericia, ha frenado la inversión nacional y extranjera. Esta toma y bloqueo de carreteras, lo que está ocurriendo con las minas -como Las Bambas y Southern- no tiene antecedentes. Desde que la expresidenta del Consejo de Ministros [Mirtha Vásquez] hizo ese anuncio inconstitucional del cierre de minas, hemos visto la inacción del Gobierno que pretende ahondar la crisis en la minería. Esa es una conducta irresponsable en un momento cuando los precios de los minerales aumentan a nivel internacional. El Gobierno perjudica gravemente el funcionamiento de las minas.
- ¿Ese gesto de Mirtha Vásquez, cuando era primera ministra de cerrar cuatro minas, quebró la confianza de los inversionistas?
- Diría que ese acto irresponsable de la ex primera ministra Mirtha Vásquez fue el golpe más fuerte que recibió la minería. No recuerdo un ataque no solo al orden constitucional, sino específicamente a la actividad minera como se le propinó. Y bueno, sus sucesores han continuado con absoluta irresponsabilidad.
- Tampoco hay una estrategia para solucionar los conflictos sociales.
- La impresión que da es que, precisamente, esa es la estrategia: causar el caos y cansar a la gente preparada. Me comentaban ayer [jueves] en una reunión que han despedido a cien funcionarios del Ministerio de Agricultura. Lo que está ocurriendo en distintos sectores de la administración pública es un copamiento de gente cercana al partido de gobierno.
- ¿Qué tan peligroso podría ser?
- Es muy peligroso no solo para el manejo independiente de la cosa pública sino que atenta contra los funcionarios de carrera. El país requiere de una burocracia de técnicos capaces y con experiencia de gobierno. Si desmantelamos este Estado, que de por sí ya muestra notorias falencias, ciertamente se va agravar la situación.
- En el sector trabajo también no tenemos avances. El Gobierno no muestra interés en generar empleo y, más bien, se encuentra abocado a acoger demandas sindicales.
- La única manera de generar trabajo es a través de la inversión nacional y extranjera. En un contexto de bastante inestabilidad política, ciertamente las inversiones se han detenido. En distintos campos ya se nota, según algunos expertos, un momento muy crítico de nuestra economía. Si bien es cierto que tenemos reservas internacionales, también han aparecido porcentajes inflacionarios que algunos habíamos olvidado. El Gobierno explica que esto se debe a la guerra entre Rusia y Ucrania, pero sabemos que esto no es así. Además, hay una tentación populista con el retiro de los fondos de las AFP que ha debilitado a este fondo de jubilación que, precisamente, tenía los ahorros de cientos de miles de peruanos que terminan afectando también a la economía nacional.
- Aparte de la ineptitud tenemos la corrupción. Hay varios funcionarios dentro del Estado con investigaciones fiscales.
- Este es un tema sumamente escandaloso porque el presidente, durante su campaña, ofreció liderar la lucha contra la corrupción. Y lo que vemos ahora es una clara obstrucción a la acción de la justicia. Desde su exsecretario y hombre de confianza, Bruno Pacheco, hasta lo que acaba de ocurrir hoy [viernes] con la primera dama, la señora Paredes, que simplemente se ha negado a colaborar con la fiscalía y no ha dado declaraciones sin siquiera esperar el pliego interrogatorio. Esta es una señal sumamente preocupante y vergonzosa que debemos condenar. Si las máximas autoridades del país no colaboran con la acción de la justicia, ya estamos entrando ciertamente a un terreno que nos acerca al abismo político. Es más de una oportunidad he señalado que el propio presidente Castillo está construyendo el camino hacia su propia destrucción política. Pero también vemos ahora que hay otros factores que aceleran ese proceso.
- ¿Cuáles?
- Bueno, lo que le acabo de mencionar. Las fugas de su hombre de confianza, de sus sobrinos, la negación de colaborar con la justicia de la propia esposa del presidente. No son señales, sino pruebas evidentes que el entorno íntimo del presidente de la República no colabora y esto es gravísimo.
- Se habla que el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, debe investigar al presidente Castillo. ¿Qué opina?
- Acá hay dos aspectos. Nos preocupamos solo del fiscal de la Nación, pero no del Parlamento. ¿Por qué no investiga estas acciones tan notorias y graves? Tranquilamente podría indagar porque no tiene ninguna limitación constitucional. Estaría recabando pruebas y citando testigos, pero no está haciendo esa tarea. Como decía hace poco, el Parlamento ha claudicado en sus labores de fiscalización y control político. Ciertamente hay una discrepancia constitucional en el caso del fiscal de la Nación, pero ante hechos tan evidentes el entorno del presidente; es decir, la esposa, Pacheco y los sobrinos, sí pueden ser investigados. No hay ningún impedimento constitucional ni legal para hacerlo. No obstante, la Fiscalía no actúa. Tampoco el Parlamento. Esto da la sensación que hay un pacto de impunidad que, lamentablemente, es avalado por Alianza para el Progreso y Acción Popular que son las dos agrupaciones políticas que soportan la acción gubernativa.
- Sobre las agrupaciones que menciona se le podrían sumar Podemos y Somos Perú. Mientras el Gobierno tenga estos aliados, el Parlamento no podrá avanzar.
- Bueno, el escandaloso caso que estaría involucrando a los denominados ‘Los Niños’ de Acción Popular. Hasta el propio Raúl Diez Canseco ha expresado públicamente que él ya los hubiera expulsado del partido. Vemos también situaciones absolutamente incomprensibles como lo que acaba de suceder con la denuncia de plagio de la tesis del presidente y su esposa, en donde prácticamente por una decisión de la universidad, que hay que recordarlo es del señor César Acuña, ha cerrado el caso.
- ¿No cree que si la universidad hubiese reconocido el plagio chocaban con los intereses del señor Acuña?
- Pero la universidad hubiese podido denunciar el caso ante las autoridades competentes.
- ¿Ese es un tipo de alianza que tiene Castillo?
- En algunas ocasiones se ha señalado que es una alianza no expresa. Pero si hacemos un recuento de todo lo que han hecho los parlamentarios de Acción Popular, Alianza para el Progreso, Somos Perú y Podemos, es evidente que han apoyado las situaciones más espeluznantes. Los ministros no han caído. Los gabinetes no han perdido por una acción de obstrucción. Héctor Béjar, Luis Barranzuela, Guido Bellido, Mirtha Vásquez. Todos han caído por casos escandalosos. El Parlamento no los ha tocado. Se han muerto de miedo para hacer prevalecer su control contra estos ministros. Entonces, esta es una situación inédita en nuestra historia política.
- El Congreso también es parte de la crisis. En las últimas semanas aprobaron una contrarreforma universitaria, eliminaron el enfoque de género en el currículo escolar y tuvieron una elección cuestionada del Tribunal Constitucional.
- Sin duda alguna. Yo tengo muy presente el tema educativo. No hay que olvidar que una de las razones por las cuales el Congreso me negó el voto de confianza fue porque defendí la reforma universitaria y la permanencia en el cargo de Martín Benavides. A mí se me citó al Congreso por la exigencia de la salida del ministro de Educación y yo no hice caso. Respondí que me parecía fundamental una reforma universitaria. Entonces, entiendo perfectamente el actuar político de esas agrupaciones como Acción Popular, Alianza para el Progreso, Somos Perú y Podemos que defienden intereses particulares. Estamos en un escenario en el que no se ven los intereses del Estado, sino las de algunos poderosos que tienen dinero y partidos políticos con bancadas parlamentarias a su servicio.
- ¿Cómo observa esta alianza que se ha gestado entre los extremos en el Congreso?
- Creo que eso forma parte del juego político de ellos, pero yo no me quiero desviar la atención. Mis adversarios no son ahora los fujimoristas, sino este gobierno al que hay que enfrentar. El gran culpable de la hecatombe nacional es el señor Pedro Castillo.
- ¿Y también Vladimir Cerrón?
- Naturalmente con la alianza del señor Cerrón. No creo que exista en ninguna democracia del mundo occidental que el jefe del partido de gobierno sea un condenado que realice maniobras políticas y ejerza un poder para nombrar ministros. En una cartera tan importante como Energía y Minas, el ministro le responde al señor Cerrón y no al presidente Castillo. Es absolutamente inadmisible y condenable.
- En Salud pasa lo mismo.
- En Salud también. Hemos visto el escandaloso caso de los sucesivos ministros. Es decir, todo lo que se había avanzado se ha parado por la ineptitud y por las personas que ocupan cargos en el Ministerio de Salud.
- ¿El presidente Castillo toma las decisiones bajo la sombra de Cerrón? El líder de Perú Libre realiza una serie de actividades donde llama a tomar las instituciones para llevar a cabo su revolución.
- Y también ha dicho que para la convocatoria de Constituyente si no se puede por la vía pacífica se apelará a una violenta. Esas declaraciones son absolutamente golpistas. Esto demuestra que el señor Cerrón no tiene una convicción democrática. En más de una oportunidad he señalado que él tiene una formación marxista y leninista que explica su afiebrada admiración a la Revolución Cubana. ¿Cómo se puede admirar a una dictadura criminal como la cubana que oprime a su pueblo? O el caso de Venezuela.
- O el caso de Bolivia
- El caso de Bolivia no es, precisamente, un modelo ejemplar de democracia. Usted toca un tema central que es la influencia de Evo Morales. Lamentablemente, ha sido nefasta en el caso del presidente Castillo. Ya no solo en la imitación de la vestimenta, sino en el intento de llevar adelante un proceso constituyente que calca, más o menos, las ideas de Morales. Ciertamente, este esquema divide y enfrenta. La función principal de un presidente de la República, y que por eso razón personifica a la nación, es la de gobernar para todos y no dividir al país para lograr objetivos comunes. Y ese no es el esquema boliviano que está copiando Chile y que algunos pretenden implantar en el Perú. Por eso, sostengo que la influencia de Evo Morales y García Linera es nefasta y debemos combatirla con firmeza. Evo Morales no es un modelo de demócrata ni su sistema político es el reflejo de una democracia plena. Lo que hay hoy en Bolivia no es una democracia ejemplar, sino un modelo político autoritario.
- Los expresidentes Martín Vizcarra y Francisco Sagasti han propuesto el adelanto de las elecciones generales como una salida a la crisis. ¿Usted considera viable esta posibilidad?
- Mientras tengamos este pacto no escrito entre algunas agrupaciones parlamentarias y el Gobierno, la situación va continuar y se va agravar sin duda alguna. La renuncia del presidente Castillo es una salida constitucional, pero vemos que tampoco hay una movilización a nivel nacional. En esto debemos ser claros: solo ha habido una grave protesta en Huancayo y en Lima hay algunas marchas sin mayor contundencia y respaldo popular. Entonces, esa es una de las ventajas que tiene Castillo: las calles están frías a pesar de que en las encuestas se refleja el descrédito y la falta de apoyo. Creo que parte de la estrategia también es dejar de mantener el orden público y permitir el bloqueo de las carreteras y la toma de empresas. Con esto le da pista a los extremistas para que generen un ambiente de mayor confrontación e inestabilidad con el fin de justificar, más adelante, el uso de la fuerza y el rompimiento del orden constitucional.
- ¿No estaríamos yendo hacia una anarquía como país?
- Penosamente es lo que estamos percibiendo.
- Frente al pacto que menciona entre el Gobierno y el Congreso, ¿solo la movilización ciudadana es la única posibilidad?
- Si hacemos una revisión de los últimos procesos históricos en el país, hemos podido apreciar que cuando los jóvenes salen a las calles se producen los cambios políticos y sociales. Ciertamente, lo que vemos es una pasividad. En el pasado, un político como Víctor Andrés Belaunde dijo que “las masas se combaten con las masas”. Pero acá no hay ni masas que apoyan al gobierno ni masas que lo combaten. Creo que esa es la realidad objetiva. Para enfrentar un problema hay que ser racionales. Existe una presión mediática, hay protestas, descontento popular, pero eso no se ve a las organizaciones sociales y políticas.
- Tampoco hay liderazgo.
- No hay liderazgo, pero también hay una ausencia de partidos políticos con auténticas convicciones democráticas, con una ideología y con una doctrina al servicio de la ciudadanía. No se aprecia.
- El politólogo Fernando Tuesta decía que lo ideal sería el adelanto de las elecciones para salir de la crisis, pero con nuevas reglas. Todo pasaría por una serie de reformas.
- Obviamente. Hay que restituir el Senado, se debe cerrar esta vía de malinterpretar la Constitución con el mal uso de la vacancia por incapacidad moral permanente, se tiene que establecer unos cambios en el ejercicio del voto de confianza y del voto de censura con equilibrio, y se tiene que cambiar el tema de la disolución del Congreso. Soy un partidario de la renovación parcial del Congreso porque la experiencia acontecida nos demuestra que la disolución no fue un instrumento constitucional para acabar con la crisis política ya sea en el caso de Fujimori, quien dio un golpe de Estado, o de Vizcarra al observar que el Parlamento había roto el orden constitucional al vacarlo o al forzar la renuncia de Kuczynski. Pero vemos que esas tareas tampoco las ha acometido el Congreso.
- Usted en una entrevista con el diario La Tercera de Chile advirtió que el gran problema que atraviesa América Latina es el populismo. ¿Qué tan peligroso es que este fenómeno pueda complementarse con el autoritarismo en el caso peruano?
- No creo que en el Perú sino en el mundo de hoy, la amenaza principal a las democracias son los populismos de derecha e izquierda. Nosotros creíamos que, con la desaparición de la Unión Soviética y de los regímenes comunistas, la democracia como forma de gobierno se iba a consolidar. Pero lo que hemos visto es que el populismo ha ido avanzando y minando la estabilidad de las democracias. Gravemente lo estamos constatando en América Latina.
SEGUIR LEYENDO