Cinco muertos, desmayos, una patada a un bombero y un dúo que se resistía a retirarse: la tragedia de la Feria del Hogar en el concierto de Servando y Florentino

Abarrotado. No entraba nadie más. Lleno total como nunca había sucedido en la Feria del Hogar con algún artista internacional. Esa noche del 5 de agosto de 1997 se presentaba Servando y Florentino, los exintegrantes venezolanos del grupo Salserín. Los adolescentes que se habían dado cita en el recinto de San Miguel gritaban sin parar, esperaban a su ídolos en una ‘histeria colectiva’. Una noche que se llevaría la vida de cinco adolescentes.

Se dice que los organizadores vendieron más entradas que lo que podía mantener el terreno. Había 60 mil personas cuando el local solo tenía capacidad para 30 mil. Las niñas y adolescentes, desde el mediodía, formaron largas filas para estar lo más cerca posible a los intérpretes de “Una fan enamorada”.

A las 7:30 de la noche empezó el concierto. A esa hora ya habían desmayadas; los bomberos iban y venían, no podían controlar a la multitud y hacían lo que podían para que no hubiera víctimas mortales.

“Bienvenidas”, dijo Servando. “¿Quién viene?”, preguntó el cantante al público. “Servando y Florentino”, respondieron.

Gritos, alaridos, fans enamoradas que se desvanecían, el recital de los hermanos Primera -hijos del compositor y activista político Alí Primera- se iniciaba. Se escuchaba más fuerte el tono de voz de la fanaticada que de los mismos cantantes.

Los minutos pasaban; los ex Salserín seguían en lo suyo. Los hombres de rojo continuaban rescatando a las asistentes que habían perdido el conocimiento. Otras intentaron trepar al escenario; querían estar más cerca de estas estrellas que en algún momento las llamaron despectivamente “cholitas aguantadas”.

Una joven logró subir para abrazar y besar los cantantes. No podía creerlo. No los soltaba. El público estalló. Quería más de Servando y Florentino. Los bomberos, por su parte, procuraban apagar los calores con agua.

A las 8:15 de la noche, Servando explicó que no se les estaba permitiendo continuar el show.

“Nos queda hambre de seguir cantando, de seguir compartiendo, pero no nos dejan. No nos permiten”, agregó Florentino.

Y se retiraron...pero volvieron a los minutos.

La confusión y el desconcierto se había implantado en la Feria del Hogar. Oxígeno, agua y camillas. Ya los hermanos Primera se habían retirado para que volviera la calma, pero unos minutos después, pese a la desorganización y ver cómo se encontraba el público, regresaron y generaron más desorden.

Alfredo Sarco, un bombero que se encontraba en el escenario, en un intento desesperado de detener el espectáculo quiso avisarles a los cantantes que detuvieran el espectáculo porque podían haber víctimas mortales. Los intérpretes de “Alíviame” lo tomaron a mal: Florentino le tiró una patada en el estómago y fue sacado a empujones por la seguridad de la feria.

Ya había una adolescente muerta.

Luego vendrían las otras cuatro víctimas. Los nombres: Elena Arana Pinedo, Rosa Quispe Navarro, Cayo Sinche Toribio, Silvia Fernández Panebra y Renata Holder.

Servando y Florentino se desentendieron de los fallecidos, se fueron a Nueva York a grabar su primer disco y se preparaban para dar una gira en varios ciudades venezolanas.

La Feria del Hogar, por su parte, cancelaba todas sus presentaciones estelares y cerró sus puertas ese 1997. Ya no pudieron aparecer La Sonora Ponceña, La Orquesta Adolescentes, El Gran Combo, Oscar d’León y Marc Anthony.

Había que buscar al culpable de esta tragedia. Se apuntó a los cantantes y a los organizadores del evento por vender más entradas que las necesarias y por permitir el ingreso de más público cuando ni siquiera podían salir de ese mar de personas.

El proceso judicial fue dilatado por años hasta 2005. No hallaron culpable a Servando y Florentino sino a los organizadores del evento. Sin embargo, el magistrado del caso también desestimó que los coordinadores del concierto fueron los causantes de las muertes sino que fue “histeria colectiva”.

El juez Luis Sánchez, del 2º Juzgado Penal de Lima absolvió a la presidenta de la Feria del Hogar, Michele Lettersten, al jefe del destacamento de policía en dicho recinto, el comandante César Alarcón Tejada, y a la representante del dúo venezolano, Marielly Briceño, de cualquier responsabilidad en la muerte de los adolescentes.

Habían sido acusados por homicidio culposo por no tomar las medidas de seguridad necesarias para evitar la tragedia, pese a que la policía y Defensa Civil habían advertido que se podía presentar gran desorden durante el concierto.

Los familiares de las víctimas y la Fiscalía apelaron el veredicto para que sea revisado por una sala superior, pero nunca llegó a buen puerto y se quedó impune como muchos casos en Perú.

A Servando y Florentino, cada vez que vienen a Perú, se les ha recordado la tragedia de la Feria del Hogar. Se pelearon con la reconocida conductora de espectáculos Magaly Medina en 2006 durante una programa cuando los encaró por este lamentable suceso. Ella, una vez que la discusión se elevó, los botó del set.

“Nosotros nos vamos de esta vaina. Hasta nunca, tremenda educación, cómo vas a indicar que soy un asesino, qué clase de dignidad. ¡Fuera de aquí! Maldita amarillista, maldita”, le gritó un alterado Servando.

En los últimos años se han mostrado más abiertos a hablar sobre la desdicha de ese día: “No nos molesta hablar de ese incidente, nos duele más que todo por respeto a los familiares, que no creo que les sea agradable ver constantemente en la prensa algo que ya se aclaró con ellos. Parece mentira que luego de tantos años tengamos que seguir aclarándolo…Respeto y dolor es lo que tenemos. Nos duele haber vivido ese momento”, dijo Servando en 2015.

El dúo ha regresado a Lima en los últimos años. Su última participación en tierras peruanas fue el pasado 30 de abril en Arena Perú para la gira “En tu ciudad World Tour”.

Después de ese funesto 5 de agosto de 1997 no ha vuelto ocurrir una desgracia de tal magnitud en otro concierto. Una negligencia que dejó a 5 familias sin un miembro, una tragedia que esperemos nunca más se vuelva a repetir.

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