Nuestra beata Agustina Rivas, conocida como Aguchita, fue elogiada por el Papa Francisco al destacar la nobleza, el amor y sobre todo su entrega a la religión que dio durante su carrera de la mano con Dios. “la dedicación a los pobres y sobre todo a las mujeres indígenas, a pesar de que sabía que su vida estaba en peligro”, expresó el sumo pontífice.
Recordemos que Aguchita, fue proclamada beata este sábado en La Florida (Perú).
“Ayer en Perú fue beatificada sor María Agostina Rivas López, asesinada por odio a la fe. Esta heroica misionera, aún sabiendo que arriesgaba su vida, permaneció cerca de los pobres, sobre todo de las mujeres indígenas, dando testimonio del Evangelio de justicia y paz”, expresó Francisco tras el rezo del Regina Coeli en la plaza de San Pedro.
Francisco instó a “que su ejemplo suscite en todos nosotros el deseo de seguir a Cristo”.
BEATA PERUANA
Aguchita fue proclamada beata en una celebración eucarística el último sábado 6 de mayo en la comunidad selvática de La Florida, distrito de Perené, provincia de Chanchamayo el mismo lugar en el que fue asesinada por la organización terrorista Sendero Luminoso en 1990.
Tras servir en Barrios Altos y Salamanca, en el año 1987 la joven religiosa fue derivada a la selva para continuar con su labor. “Tenía una gran admiración por la creación, veía a la Tierra como una aliada del ser humano. Creaba fraternidad alrededor de la mesa”, señaló el monseñor Gerardo Zerdin, obispo de San Ramón, quien ha resaltado el compromiso de Aguchita con la comunidad y su labor en la defensa del pueblo asháninka.
María Agustina Rivas López nació el 13 de junio de 1920 en Coracora, provincia de Parinacochas, Ayacucho – La Florida, distrito de Pichanaqui, provincia de Chanchamayo, Junín.
Cuando tenía 14 años, fue enviada a la ciudad de Lima para unirse a la escuela dirigida por las Hermanas de la Caridad. Desde pequeña le gustó la vida religiosa, es por ese motivo que se incorporó a esta misma congregación en 1941, en la que obtuvo sus votos el 8 de febrero de 1945 tomando el nombre de María Agustina.
Sor “Aguchita” murió defendiendo a su comunidad y pese a las amenazas del grupo terrorista no nunca nunca de apoyar y cuidar a las mujeres de la comunidad de La Florida, ubicada en la provincia de Chanchamayo, en la región central de Junín, por contravenir las amenazas de esta banda y permanecer como misionera al lado de los nativos.
El 22 de mayo de 2021, el papa Francisco reconoció la muerte in odium fidei (en odio de la fe) de sor María Agustina y firma el decreto que permite su beatificación, el cual se llevará a cabo este 7 de mayo.
SU LUCHA POR EMPODERAR A LAS MUJERES NATIVAS
Aguchita consagró su trabajo a la asistencia en salud, educación y social, principalmente a mujeres, a quienes las promovió a través de proyectos de capacitación productiva, organizando clubes juveniles y catequesis familiar en las comunidades rurales del pueblo del Valle del Yurinaqui, en el departamento de Junín.
Nuestra religiosa estuvo muy comprometida con la defensa de los pueblos ashaninka, diezmada a principios del siglo XX por la explotación del caucho y la destrucción de su bosque, así como por la enfermedad y la esclavitud. La religiosa peruana dedicaba particularmente sus esfuerzos a la educación de los jóvenes de estos pueblos.
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