El 28 de julio del 2021, Pedro Castillo asumió la Presidencia del Perú, desde ese momento, varios especialistas señalaron que su plan de gobierno, sumado a los personajes que lo acompañaban en la sombra, iban a generar inestabilidad en la economía de los peruanos.
Con el pasar de los meses, el mandatario se limpió de toda culpa y alegó que la crisis que atravesaba el país era producto de la pandemia de la COVID-19 y, posteriormente, al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Así, ‘inflación’, ‘alza de precios’, ‘escasez de alimentos’, entre otros términos que describen el panorama actual, comenzaron a formar parte del vocabulario de los peruanos. Pero, ¿quién tiene la culpa?
Flavio Ausejo, especialista en políticas públicas de la Escuela de Gobierno de la PUCP, en un diálogo con Infobae Perú, consideró que “existen elementos, externos e internos, que antes no teníamos y ahora están afectando a los precios”. Es decir, la guerra al otro lado del mundo y el ineficiente desempeño del Estado, que no está respondiendo a las necesidades y demandas de la sociedad.
¿CUÁNTO DE CULPA TIENE PEDRO CASTILLO EN EL ALZA DE LOS PRECIOS?
Si de encontrar un responsable a esta crisis se trata, existen elementos que son atribuibles tanto al Gobierno como al contexto, es decir, a la pandemia de la COVID-19 y a la invasión de Rusia a Ucrania.
En cuanto a la guerra, esta genera bloqueos económicos y afecta a la economía mundial al alterar mercados, variaciones en las monedas extranjeras y costos por cambio en los tránsitos. “Ya no es fácil moverte por el mundo, hay que evitar ciertos espacios que están en conflicto”, agregó Ausejo.
“Todo en el planeta se ha visto envuelto por la guerra entre Rusia y Ucrania. Había crecimiento en China, en la India, como en otros países que estaban despegando y tenían proyectos en marcha, pero todo se ha visto trastocado”, comentó.
Sin embargo, estos países han sabido reaccionar al panorama internacional, muy distinta a lo ocurrido en el Perú, en donde la inacción del Estado ha provocado graves repercusiones en la ya resquebrajada economía de los peruanos.
“Esperábamos que el Estado se convierta en un actor que tenga un alto desempeño para generar expectativas positivas, para hacer políticas públicas sectoriales y poder hacer que los servicios públicos se brinden en un estándar mínimo de calidad en todas las partes del Perú”, indicó el especialista.
Para que todo esto ocurra se necesita de personal capacitado, a nivel de decisión y acción, que puedan hacer un adecuado ejercicio de la actividad como servidores públicos: “Ninguno de estos puntos planteados ha pasado, todo ha ocurrido al revés: expectativas muy pobres, políticas públicas sectoriales ausentes y las decisiones que si se han tomado ha sido para desmontar aspectos que operaban medianamente bien”.
“Un Gobierno que tenga una lógica de buen desempeño, es decir, que sea efectivo y que tenga en cuenta la dimensión económica, debe tener los mecanismos que permitan mitigar el alza de los precios”, dijo.
INACCIÓN DEL ESTADO
Para Ausejo, el Gobierno no ha sabido manejar las expectativas al no tener la capacidad para poder hacer una lectura fina de lo que el contexto internacional está marcando, y de los elementos internos que existen en el país para poder tener una actuación como corresponde.
En ese sentir, se refirió a las políticas públicas inexistentes o mal empleadas, las cuales debían generar nuevos motores para desarrollar el país, pero nada de esto pasó. “El Gobierno tenía que emplear políticas públicas sectoriales para expandir la actividad agropecuaria, continuar desarrollando el turismo, y trabajar duro con las plantaciones, en busca de generar más ingresos ante la baja recaudación de impuestos”, precisó.
En su lugar, la administración de Pedro Castillo implementó medidas puntuales, como la exoneración del Impuesto General a las Ventas (IGV) a determinados alimentos de la canasta básica familiar y el aumento de la remuneración mínima vital.
“Estas son medidas que evidencian que quien está analizando el problema no está teniendo una lectura correcta de cuál es el problema público que están intentando solucionar. Entonces, están dando una respuesta de política pública a un problema público, están identificando dos intervenciones puntuales y aisladas, pero no están atacando el problema real que es el incremento de los precios”, concluyó.
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