En plena coyuntura por la celebración del Día del Libro, en donde se recuerda al triunvirato Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega, es importante conocer detalles que involucran al Perú con este último. Por ejemplo, existe una relación del hispano-peruano con la palabra Sullana, conocida actualmente por ser el nombre de una de las ciudades más importantes de la región Piura, ubicada en el norte del país.
Los hechos datan de comienzos del siglo XVIII, cuando se registró la primera mención a la palabra. Miguel Arturo Seminario Ojeda, presidente honorario de la Asociación Cultural Tallán, contó que el propio Garcilaso de la Vega reconoció la quichuización de la palabra Solana, al señalar que los nombres geográficos serían escritos en su lengua materna del escritor, el quechua runasimi.
¿De qué forma tuvo relevancia el nombre? Se sabe que la mención del valle de Sullana, apareció en 1609 por primera vez, año en el que salió la obra más importante de Garcilaso de la Vega, Comentarios reales de los incas.
“El Valle del Chira aparece en los Comentarios Reales de los Incas, dividido en dos, el de Poechos, y el de Sullana, equivalente a lo que otros escritos previos y posteriores registraron como Puchiu y Solana, cuya incorporación al quechua runasimi es Poechos y Sullana”, escribió Miguel Seminario en un artículo para El Regional Piura.
HINCAPIÉ EN EL USO DEL NOMBRE
En esa línea, recordó que Garcilaso de la Vega escribió Sullana, y no Solana, porque él consideraba que las dicciones se debieron escribir como él lo hizo. Una controversia por las anotaciones de los españoles y el quechua chinchaysimi junto al quechua runasimi que habla Garcilaso. En ese sentido, se escribió Solana y no Sullana.
Fue así que Garcilaso de la Vega, mientras contaba la conquista incaica con la presencia del inca Huayna Cápac en la zona, enumeró los valles en orden geográfico ascendente. “De modo que Sullana es la quichuización de Solana, tal como lo entiende también el doctor Carlos Arrizabalaga Lizárraga, lingüista español de bien ganado prestigio en el Perú”, mencionó Seminario.
DATOS CURIOSOS SOBRE EL INCA GARCILASO DE LA VEGA
Primero hay que recordar que su madre es nativa peruana, y por eso estaba considerado hijo ilegítimo. Al punto que tuvo que luchar mucho por ganarse el derecho a usar el apellido de su padre, Garcilaso de la Vega. Paso el tiempo y como escritor añadió el apelativo Inca, con el que firmó a partir de 1563. ¿Cómo lo hizo? Pues reunió en una misma firma sus dos herencias culturales y las mostró con orgullo a un público que no veía con buenos ojos a los mestizos.
Otra curiosidad es que Garcilaso de la Vega vivió en Perú hasta que se trasladó a España con 21 años. Fue militar y participó en varias campañas militares hasta que empezó a interesarse por la religión, la historia y la literatura. Aunque le pidió permiso al rey Felipe II para volver a Perú y se lo concedió, nunca regresó a realizar el servicio, porque prefirió continuar con su pasión: la escritura.
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