En febrero, la Fiscalía de Estados Unidos emitió una alerta a la Policía Nacional del Perú sobre la peligrosa circulación de 822 archivos de video con contenido sexual de menores de edad. Las direcciones electrónicas tenían como origen computadoras y celulares registrados en Lima. Esto permitió desarticular parte de una red de pornografía infantil y dentar un sujeto en San Martín de Porres que tenía en su celular 382 videos con material ilícito.
Con la información enviada desde EE.UU., la División de Alta Tecnología de la Dirincri comenzó un trabajo de inteligencia para identificar y ubicar a la persona que estaba distribuyendo a una red con el material ilegal. Así llegó a identificar a Luis Amaya Díaz, un electricista de 33 años que no contaba con antecedentes penales.
382 VIDEOS EN EL CELULAR
Amaya Díaz fue detenido en la puerta de su trabajo en el distrito de San Martín de Porres. Al momento de su captura, se le encontró en su celular 382 video de pornografía infantil.
En sus declaraciones a la Policía, el detenido comentó que estaba separado hace tres años. Además, señaló que antes era transportista de un operador logístico a nivel nacional.
De acuerdo al análisis oficial, revelado por el dominical Punto Final, en los videos, el 43% de las víctimas tendría entre 11 y 16 años, y un 55% serían menores de 10 años. Además, indicaron que todo el material era distribuido a través de chats privados con contactos internacionales.
ASÍ OPERA LA RED
“Los intercambios no solo se dan en el Perú, sino a nivel mundial. Se reúnen en foros, en grupo cerrados de WhatsApp, donde intercambian numerosos videos e imágenes de explotación sexual de menores, donde la obligación para permanecer en esos grupos es dar nuevos videos o nueva imágenes”, explicó al dominical Punto Final, el coronel de la PNP, Luis Huamán, jefe de la División de Alta Tecnología de la Dirincri.
“Los videos eran de abuso sexual infantil, donde a simple vista se ve la participación de menores de 9 y 14 años de edad. (Había en su celular) conversaciones de intercambio de videos con personas del extranjero, como si fuera un intercambio de figuritas”, agregó sobre lo encontrado a Amaya Díaz.
El electricista es ahora acusado por el delito de pornografía infantil y podría tener una pena privativa de la libertad no menor de 10 años ni mayor de 15 años. La Policía analiza los videos para identificar a los agresores y capturarlos, así como para reconocer a las víctimas y ponerlas a salvo.
EXTORSIÓN A MENORES
Además, el coronel Luis Huamán señaló que, muchos de estos videos son obtenidos cuando los pedófilos se hacen pasar por menores de edad para ganarse la confianza de sus víctimas y solicitarle videos íntimos.
Una vez que el menor cede, la persona exige más videos, y si su víctima no accede, inicia la extorsión. El pedófilo amenaza al menor con hacer públicas las imágenes ya enviadas para que el niño o niña mande más videos.
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