Armando Palomino Cano, Nicold Arrunátegui Tardio y Denis Enciso Quinto, más conocidos como ‘Los compadres de la UNI’, tienen 36 meses de prisión preventiva, investigados por los delitos de organización criminal y falsedad genérica tras ser acusados de traficar exámenes de admisión de al menos 11 universidades nacionales, entre las que se encontraba la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). A Eder Fernando Tataje Espinoza, investigado por los mismos delitos, se dictó la medida de comparecencia con restricciones, decisión que fue apelada en audiencia por el Ministerio Público.
Esta mafia, que operaba desde 2011, empleaba dos modalidades para captar a los postulantes: se trataba de capacitar al estudiante con el uso de dispositivos electrónicos para que reciba las respuestas sin ser descubierto y la otra era, a través de la suplantación del aspirante durante el examen de admisión.
Los miembros de esta organización criminal inscribían al alumno subiendo fotografías editadas para que los rasgos físicos del suplantador se parezcan al del aspirante. También preparaban huellas de silicona, en el caso de que la universidad a la cual se estaba postulando utilice un sistema biométrico para el control e identificación el día de la prueba. Cobraban de 3,000 a 30,000 soles.
La hipótesis, llevada a cabo por el fiscal Jiménez Fuentes, con apoyo de los fiscales adjuntos Ingrid Milla Gargurevich y William Martínez Mucha, es que bajo esta modalidad se obtuvieron ingresos a la UNMSM, Hermilio Valdizán, Fabiola Salazar Leguía, José Faustino Sánchez Carrión; y también están involucrados algunos postulantes de las universidades nacionales de Ucayali, de Piura, de la Amazonía Peruana, de Jaén, de Trujillo, de Huamanga y del Centro.
CAPTURA
Según una investigación de La República, el fiscal, con aprobación judicial, y varios policías allanaron el hotel La Estancia Country Club de Huánuco, después que las autoridades de la Universidad Nacional Hermilio Valdizán intervinieran a Eder Tataje Espinoza suplantando a un postulante.
En las habitaciones del mencionado lugar encontraron al cabecilla Luis Palomino Cano, ‘El ingeniero’, y a sus colaboradores Denis Enciso Quinto, ‘Chaparro’ y Nicold Arrunátegui Tardio, ‘La chata’, cuando estaban resolviendo las preguntas del examen de admisión y pasaban las respuestas a los aspirante que habían pagado un adelanto. No se ha descartado que existan más involucrados en el caso.
ORGANIZACIÓN CRIMINAL
‘Los compadres de la UNI’ contaban con equipos sofisticados de celulares de alta gama, así como laptops de última generación. Era toda una organización: estaba el jefe del grupo; el asistente se encargaba de las labores administrativas; el captador buscaba postulantes dispuestos a pagar las sumas de dinero; el recolector verificaba los documentos de los estudiantes; y el capacitador enseñaba a los aspirantes cómo debían dirigirse en el examen. Habían otros miembros del conjunto criminal que manejaban los equipos y las claves de comunicación.
Ya en el examen de admisión estaban tres ‘especialistas’: el ‘fotero’ se inscribía como postulante y concurría a la prueba para fotografiar las preguntas y enviarlas al coordinador; los ‘tigres’ resolvían el examen, y el ‘kamikaze’, más conocido como el suplantador del postulante.
En las memorias de los celulares se encontraron los montos que cobraba la mafia: si el estudiante estaba interesado debía inscribirse con un adelanto de 2,000, 1,000 o 500 soles, dependiendo de lo que deseaba. Incluso, había descuento de 500 soles si era para un grupo de cuatro postulantes a la misma facultad y universidad.
Si el alumno había ingresado se debía cancelar el monto acordado. Si no lo hacía, la misma organización indicaba que tenía el poder para anular la entrada a la universidad.
Para las facultades de Medicina o Ingeniería cobraban entre 7,500 a 15 mil soles. Esas dos carreras sumada a la de Derecho en la UNMSM costaba entre 15 mil a 30 mil soles.
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