El pasado viernes 8 de abril la ciudad de Trujillo recibió uno de los matrimonios más esperados del año cuando Belén Barnechea -hija del excandidato presidencial Alfredo Barnechea-, más conocida como ‘la repostera de la jet’, se casó con Martín Cabello de los Cobos, nieto de los condes de Fuenteblanca de España. Habían invitado a personalidades de la aristocracia ibérica y destacados políticos. En estos días no se ha hablado acerca del evento en sí, sino del racismo y clasismo de la ‘temática virreinal’, un mal que aqueja a Perú desde, justamente, el virreinato.
En las imágenes se ve cómo Belén y Martín, vestidos de novios, caminan por las calles del centro histórico de la ciudad. Hay pasacalles con música y fuegos artificiales. Sin embargo, en el piso hay mujeres con trenzas representando a cocineras indígenas de la época de la colonia española.
También aparecen unos hombres con el pecho descubierto y cubiertos con faldón y taparrabos, amarrados con cuerdas y escoltados por una autoridad del Perú antiguo.
En otra etapa de la boda, en una casona de arquitectura colonial, la pareja y los invitados están disfrutando de la fiesta; y en los balcones habían unas jóvenes disfrazadas de esclavas que simulan trabajos forzosos atadas a las columnas del lugar.
“Cómo puede caber en la cabeza de gente que se atribuye ser instruida, representar a la esclavitud como temática de una boda” o “2022 y seguimos viendo estas ridiculeces que solo reviven el maltrato a los más débiles”, fueron algunos comentarios en las redes sociales.
CRÍTICAS A LA BODA
“Del matrimonio de la hija de Alfredo Barnechea con el nieto de los condes de Fuenteblanca en Trujillo podemos aprender una cosa: la diversidad cultural es un valor, en tanto los involucrados interactúen como iguales”, escribió el Centro de Culturas Indígenas del Perú (Chirapaq) en su cuenta de Twitter.
Además, Chirapaq manifestó que mientras se siga viendo a la diversidad cultural como un elemento decorativo y no como parte de la identidad peruana de los pueblos originarios, esto continuará y prevalecerá la desigualdad en el Perú.
“Desplegar la diversidad cultural del Perú en el pasacalle y la fiesta quizá fue bienintencionado, pero los personajes indígenas y afros solo fueron decoración. No hablan, no beben o comen, no disfrutan con los invitados, no viven…Mientras los peruanos y peruanas sigamos viendo la diversidad cultural como una performance y no como la existencia de diversas culturas parte de un todo, el coexistir en armonía y con un mismo sueño de país es aún muy lejano”, concluyó.
Por su parte, el Ministerio de Cultura, a través de la plataforma Alerta contra el Racismo, emitió un comunicado para rechazar cualquier tipo de estas escenificaciones y representaciones que solo traen prejuicios y degradan las costumbres de los pueblos originarios.
“Reprochamos el empleo no adecuado de nuestra diversidad cultural con motivos comerciales y/o de ocio, ya que incide en percibirla como algo exótico, reforzando estereotipos históricos que no suman al trato respetuoso que merece la cultura milenaria del Perú”, indicó.
DISCRIMINACIÓN EN EL VIRREINATO
En una entrevista que le hizo la PUCP a Norma Castillo, historiadora de las poblaciones amerindias y mestizaje colonial, explicó cómo los indios nobles tenían algunos privilegios durante el virreinato, aunque en la práctica era diferente.
“Solo los indios nobles fueron equiparados a los españoles, por lo que podían vestir a su manera, usar armas, montar caballo, asistir a los grandes colegios, es decir, gozar de los privilegios como los españoles. Sin embargo, en la práctica sucedió que muchos españoles de origen plebeyo eran mejor considerados que un noble indígena, lo que no debía ocurrir según las convenciones de la época. Así, los indios fueron considerados libres, pero vasallos del rey de España, lo que los obligaba a pagar tributo por atribuírseles una condición de miserables”, afirmó la también docente de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Los esclavos y sus descendientes fueron excluidos porque la esclavitud era consideraba una infamia, agregó Castillo. “De este modo, al ocurrir la hibridación de los indios con esclavos o mantenerse en sus grupos, con el paso del tiempo, en el tardío del siglo XVIII, sucedió que se llegó a identificar la calidad de los individuos con su color”, comentó.
“Aquí, en el Perú (durante la epoca virreinal), no obstante, percibo que la sociedad fue menos abierta. Por el momento, el único indicador con que cuento son los cuadros de castas, que no dicen mucho. De acuerdo con la serie de cuadros de la colección del Museo de América que procede del Perú, parecería indicar que los hijos de castizos y españoles no eran tenidos por españoles tan fácilmente”, expuso.
GUAMÁN POMA DE AYALA
Felipe Guamán Poma de Ayala fue un cronista mestizo de los tiempos del virreinato del Perú. En su libro Primer nueva corónica (crónica) y buen gobierno, un manuscrito de 1,193 páginas que era dirigido al Rey de España y que fue encontrado 300 años más tarde, critica sostenidamente el dominio colonial español, además de los malos tratos que recibían los pobladores indígenas tras la conquista.
El escritor, natural de Huamanga, pedía a la corona española una reforma del gobierno virreinal para salvar al pueblo andino de la explotación, las enfermedades y las mezclas raciales, algo que nunca llegó.
SEGUIR LEYENDO