“En una oportunidad Adolf Hitler visita el norte de Italia y Mussolini le muestra una autopista construida desde Milán. Hitler vio eso, fue a su país y lo llenó de autopistas, de aeropuertos y lo convirtió en la primera potencia económica del mundo”, así fue como el premier Aníbal Torres alabó la figura del genocida Adolf Hitler. Pese a sus medianas disculpas, el presidente del Consejo de Ministros ha sido criticado por la ciudadanía peruana, las embajadas de Alemania e Israel en el Perú, y la noticia ha dado la vuelta al mundo.
El escritor Hugo Coya es una voz autorizada para hablar sobre el antisemitismo desde la publicación de su primer libro de no ficción Estación final, una investigación que reveló la existencia de 23 víctimas peruanas en los campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial; y con su última novela El último en la torre, que explora esta problemática que sigue vigente a pesar de los años: el antisemitismo y la hostilidad hacia los judíos.
“(Las palabras de Aníbal Torres) son una afrenta a las millones de víctimas del Holocausto y a los 23 peruanos que murieron asesinados por los nazis en los campos de exterminio. Ha repetido una falacia que se basa en una teoría que manejan algunos defensores del fascismo; en el sentido que Hitler fue quien imitó a Mussolini y no al revés como ha quedado estampado en la historia”, declaró a Infobae.
El también periodista recordó que dictador austriaco nacionalizado alemán sentía mucha “simpatía y admiración por el fascismo italiano” y que en los primeros años del Tercer Reich, “muchos elementos de la simbología del nazismo” son parecidos al fascismo.
“Mussolini elogiaba a Hitler. Había una mutua adulación a la distancia porque eran regímenes paralelos. Hasta que se encontraron en 1934 por primera vez. En total se reunieron un poco más de 16 veces”, comentó.
Coya dijo que Aníbal Torres se habría referido a la reunión más importante de Hitler y Mussolini en 1938, allí es donde el dictador italiano “le muestra los avances y las construcciones prodigiosas, entre ellas la autopista de Milán a Brescia”.
No obstante, el escritor de Polvo en el viento y Genaro expuso que Hitler no logró ningún avance en Alemania como quiso hacer creer el premier.
“Lo que dice Aníbal Torres es falso. Es cierto que Hitler quiso construir muchas autopistas y carreteras; que su meta eran 1,000 kilómetros para generar 600 mil puestos de trabajo, pero solo trabajaron 120 mil obreros a pico y pala; y muchos murieron por enfermedades y el hambre, además de varias huelgas. A otros los obligaban con el trabajo forzado”, rememoró.
El periodista coincidió con Jack Falkon, representante de la Asociación Judía del Perú, que puso como ejemplo a los incas y su enorme red vial, y que pudo haber sido citado por el primer ministro.
“Tenía muchos ejemplos. No era necesario irse hasta Europa. Perú, en la época de los incas tenía la enorme red vial Qhapaq Ñan, una red de caminos que hasta ahora permanece para unir a diferentes pueblos de Sudamérica”, acotó.
Coya opinó que las disculpas de Aníbal Torres fueron “deplorables” y no hubo, de parte de la cabeza de la PCM, ninguna “condena a ese exabrupto”.
“Tendría que pedir públicamente disculpas, y condenar al fascismo y al nazismo, así como a las víctimas del Holocausto, a quienes ha ofendido al poner de ejemplo como el supuesto desarrollo de Hitler en Alemania”, concluyó.
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