Un país expuesto a la incertidumbre. Clases suspendidas, alimentos pudriéndose en las carreteras, alza en el precio de los productos, ausencia de vehículos en las calles y pérdida de grandes sumas de dinero en los distintos sectores que activan nuestra economía se han visto afectados por los recientes acontecimientos que han paralizado al Perú. La cadena de eventos desafortunados comenzó con el anuncio de paro de transportistas -del cual se alertó desde finales del 2021- que solo fue el preámbulo de lo que iba a suceder, ya que se sumaron más organizaciones que han salido a las calles para que el mandatario y las autoridades a cargo del país los escuchen y dejen un actuar pasivo.
En medio de este escenario, los canales de señal abierta suspendieron por unos minutos la programación para dar pase al inesperado mensaje a la nación de Pedro Castillo, en el cual dictó que Lima y Callao quedaban aislados como parte de la orden de inmovilización. Este anuncio lo dio en los primeros minutos del martes 5 de abril y sorprendió a todos aquellos que despertaron temprano para iniciar sus labores.
De acuerdo a los reportes, el núcleo del conflicto se encuentra al interior del país, no en la capital, por lo que no se logra comprender en su totalidad a que se debe esta radical decisión del mandatario. Para expresar su rechazo, los vecinos han salido a sus balcones y puertas de casa con sus ollas, sartenes y otros utensilios para generar ruidos al ritmo de golpes constantes con cucharas, palos, tapas, entre otros.
ORIGEN DEL CACEROLAZO: LA PROTESTA POPULAR QUE REMECE UN PAÍS
Desde hace más de 180 años, el cacerolazo se ha convertido en una herramienta de expresión pacífica relacionado a cualquier tipo de reclamos, pero que en la mayoría de casos es de corte política de acuerdo a la coyuntura que se está viviendo y que afecta a un importante porcentaje de los civiles.
En estas circunstancias sociales, una olla o sartén se convierten en la arma de los ciudadanos para exigir atención y acción a conciencia por el bien del pueblo.
Aunque esta actividad colectiva ha sido adoptada por la mayoría de países en América Latina, esta tiene un origen europeo. Hace 189 años, las Guerras Napoleónicas generó un impacto devastador en Francia, teniendo su economía en agonía, siendo uno de los principales obstáculos para el desarrollo. Este panorama causó que los habitantes buscaran nuevas formas de hacerse escuchar sin poner en riesgo sus vidas. Es así como comenzaron a usar las cacerolas para generar ruidos molestos en rechazo a los pronunciamientos de las autoridades.
¡ESTO ES CHILE!
El país vecino es uno de los territorios que ha usado el cacerolazo como muestra de expresión. Para el 1 de diciembre de 1971, las mujeres chilenas organizaron “La Marcha de las Cacerolas Vacías” en la cual se buscaba protestar contra las políticas del Gobierno socialista de Salvador Allende.
Las ollas se alzaron en el aire ante la represión de la dictadura tras el primer gran paro en el gobierno facto de Pinochet.
Venezuela también vivió un panorama sonoro en el histórico “Caracazo”. Con el gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, este tipo de manifestaciones se ejecutaban a diario. Argentina también le ha robado el silencio al país a ritmo de golpes entre utensilios como arma no letal para la visibilidad.
CACEROLAZO EN PERÚ
En los últimos años, los peruanos y peruanas se sumaron a este movimiento de protesta no violenta cuando se oficializó la vacancia de Martín Vizcarra. No pasó mucho tiempo para que la escena se repita con Manuel Merino, quien duró menos de una semana como máximo controlador de poder en la país.
El historial del presidente Pedro Castillo también se marca con este impacto sonoro como expresión de no aceptación ante las radicales medidas que se han tomado en el marco de las manifestaciones que se siguen desarrollando desde finales del mes de marzo.
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