Hugo Chávez Arévalo fue designado como gerente general de Petroperú desde el viernes 8 de octubre de 2021. Desde ese momento, el economista siempre estuvo involucrado en acusaciones. El Poder Judicial dictó ocho meses de impedimento de salida contra él y luego la Fiscalía allanó su vivienda para conseguir más pruebas de su injerencia en el favorecimiento de un contrato para Heaven Petroleum Operators (HPO), pero el presidente Pedro Castillo nunca lo movió de su puesto. Sin embargo, este domingo decidió dar un paso al costado y renunciar.
No cumplió lo que dijo durante una reunión con los directivos de la empresa petrolera estatal, que fueron difundidas por el programa dominical Panorama a mediados de enero. “Yo me voy al día siguiente de que se vaya el presidente de este país (Pedro Castillo); gozo de la confianza del presidente”, manifestó, jactándose de la protección del jefe de Estado.
Pese a las palabras de Chávez Arévalo no hubo ninguna sanción contra él y siguió trabajando en la compañía pública como si nada hubiera sucedido, aunque estaba acusado de corrupción.
El gerente general fue designado por el gobierno de Pedro Castillo, pues en la Junta de Accionistas de la empresa los miembros son los ministros de Economía y Energía y Minas, el viceministro de Hacienda y el de Hidrocraburos.
TRABAJADORES PEDÍAN SALIDA DE HUGO CHÁVEZ
Los trabajadores de Petroperú temían que la compañía terminara en la quiebra por la mala gestión de Chávez Arévalo como gerente general. Además, denunciaron que estaban abusando de sus derechos labores, por lo que habían pedido la salida de la actual administración.
Aldo Collantes, secretario general del Sindicato de Trabajadores Administrativos de Petroperú (STAPP), comunicó a La República que el último 14 de marzo la petrolera había informado que habría un recorte de sueldo para 125 trabajadores porque 112 de estos empleados tenían un sueldo que no iba “acordes a su nivel de responsabilidad” y los otros serían reubicados a otras posiciones.
Sin embargo, el STAPP comentó que estas medidas no tenían ningún sustento. Y ante la presión de los mismos trabajadores, Petroperú dejó sin efecto esta medida.
El sindicato no había respaldado a la administración de Chávez Arévalo, algo que cayó muy mal y, por lo que fueron atacados: los cambiaban de posición y de localidad de empleo, a pesar de que la norma establece que los dirigentes sindicales no pueden ser movidos de sus puestos.
También se denunció que la administración había cambiado a cerca del 90% de la plana gerencial de Petroperú y fueron sustituidos por exfuncionarios del Gobierno Regional de Áncash que no cumplían con el perfil para asumir los cargos porque no tienen experiencia en el sector de hidrocarburos.
Pese a que STAPP había convocado a un paro nacional de 48 horas para el lunes 21 y martes 22 de marzo, la gerencia de Petroperú había estado amenazando con despedir a los trabajadores que acaten la paralización.
“BONOS BASURA”
La renuncia de Hugo Chávez Arévalo también se habría dado porque la agencia estadounidense Standard & Poor’s (S&P) había anunciado que rebajó la calificación crediticia de Petroperú: la compañía estatal pasó a largo de plazo de BBB- a BB+, un escaño en el cual ya es considerado como ‘bono basura’, según Bloomberg.
Esta nota se utiliza para catalogar a las compañías con mayor riesgo para incumplir sus deudas y cambió la perspectiva de estable a negativa a la petrolera peruana.
Los ‘bonos basura’ son aquellos de baja calidad, o sea, que tienen grado de no-inversión. Son emitidos por entidades o gobiernos con un riesgo de quiebra más elevado que el de los bonos de grados de inversión. En el caso de S&P, los bonos de grado especulativo son los que tienen una calificación BB, B, CCC, CC y C.
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