Vivir en medio de un ataque armado es muy frustrante, hay mucho miedo e implica valentía para poder buscar refugios que te protejan ante ataques militares. Así se sienten los ucranianos que día a día viven con ese temor, que implica estar en una guerra, donde miles de inocentes pierden la vida o quedan heridos.
Stanislav Kotlyarenko, es un ucraniano que en plena movilización junto a su novia atiende a Infobae, para dar testimonio sobre cómo prácticamente huye de la muerte todos los días. Cada vez que le escribimos preguntando ¿cómo está?, nos responde: “hola, todavía vivo”. Solo nos queda darle ánimos y decirle que el mundo entero está pendiente de lo que ocurre con él y sus compatriotas.
Pero vayamos, desde el principio, cómo la vida de Stanislav Kotlyarenko cambió de la noche a la mañana. Él se vio obligado en un primer momento a vivir en su ciudad natal, Kiev, hasta que comenzó el terror y tuvo que hacer maletas, dejando su trabajo, su tranquilidad y su familia. Todo por el hecho de buscar sobrevivir en medio de ataque aéreos y terrestres.
“El 24 de febrero me desperté con una enorme bomba explotando cerca de mi apartamento. Me sorprendí, no sabía qué hacer. Revisé mi teléfono, tuve toneladas de llamadas perdidas, y el primer mensaje que veo es: ‘Rusia declaró una invasión a gran escala’. Me atraganté, empezamos a empacar nuestras maletas, el taxi no funcionaba, no teníamos ningún automóvil, así que fuimos en metro a casa de nuestros amigos. Allí recogimos sus cosas y salimos de Kiev. Sin gasolina en ese momento, no había comida, estábamos asustados, los aviones sobrevolaban y había algunas explosiones mientras conducíamos”, contó Stanislav Kotlyarenko a Infobae, el pasado 3 de marzo.
No obstante, Kotlyarenko nos revela cómo fue el plan de escape junto a su novia para mantenerse con vida ante los primeros ataques del ejército ruso a su país, Ucrania, puesto que ya suponía que el panorama era de terror.
“Solo tenemos sirena para refugio. Así que fuimos a un pequeño pueblo cerca de Kyiv “Hostomel”. Dos autos, siete adultos, niños de árboles, un perro y un conejo. Los aviones de combate volaron sobre nosotros, cuando llegamos después de media hora de estar ‘seguros’, escuchamos sirenas nuevamente. Todo el mundo debería correr al refugio más cercano, que sería el polvoriento sótano de la casa. Las familias, los viejitos, los gatos, los perros, los niños, todos pasaron la noche en el suelo polvoriento. Teníamos algo de agua y comida con nosotros. No sabíamos que era un error llegar allí, porque Hostomel fue una de las primeras ciudades que atacaron las tropas rusas. Toda la noche escuchamos aviones, bombardeos, detonaciones, fue la peor noche de mi vida”, revela entre lágrimas de mucha impotencia y dolor, el 4 de marzo.
CAMBIO CONSTANTE DE CIUDAD PARA PROTEGERSE
Lo único que tenía en mente Kotlyarenko era avanzar lo más lejos de las ciudades, donde había más atentados. “En este momento estamos en la parte occidental de Ucrania, es bastante seguro aquí, pero las sirenas suenan de 3 a 5 veces al día, por lo que debemos ir a un refugio”, nos cuenta.
¿Cómo hacen para alimentarse? “Las tiendas están medio llenas, y la gente arrasa con los productos de primera necesidad, pero no hay problema con el agua”, manifiesta.
Ojo, tampoco ir a esos lugares es seguro, puesto que, los militares rusos ya han disparado a matar a las personas. “En las tiendas del centro de Ucrania tenemos problemas de disparos rusos. Ellos prenden en llamas estos lugares. Los rusos son peligrosos no solo para Ucrania, sino para todo el mundo”, comenta Kotlyarenko.
Otra preocupación para Kotlyarenko es su familia que está en Kiev, lugar donde hay muchos ataques por parte de las tropas rusas. “La familia se quedó, allá la comida que es muy mala. Oyen bombas todos los días, a toda hora. Además, no creo que tengan comida por mucho tiempo”, acotó el pasado 5 de marzo.
ALGUIEN CERCANO A ÉL FUE ATACADO POR RUSIA
En las noticias, vemos como los rusos atacan sin piedad a Ucrania, Stanislav Kotlyarenko nos describe las escenas de terror que él ha vivido, y cuenta que los ataques vienen desde hace años, solo que ahora se ha hecho más masivo. “En el fondo, sí, están haciendo esto durante 8 años en Donna y Lugansk en una guerra híbrida. Ahora, es una guerra a gran escala contra nuestro país, matan a niños, mujeres, ciudadanos civiles, destruyen casas, escuelas e hospitales. Incluso la mamá de mi amigo, fue golpeada por un cohete ruso, pedazos del cohete se clavaron en su pierna y columna vertebral. Toda Ucrania odia a Putin y a Rusia por lo que están haciendo en este momento, Rusia es un país terrorista”, contó a Infobae.
El ucraniano revela a Infobae que el lío con los rusos viene desde hace muchos años, sino que ahora los ataques son a gran escala. “Llevan haciendo esto durante 8 años en Donetsk y Lugansk en una guerra híbrida, pero ahora es una guerra a gran escala contra nuestro país. Matan a niños, mujeres, ciudadanos civiles, destruyen casas, escuelas, hospitales. Toda Ucrania odia a Putin y a Rusia por lo que están haciendo en este momento, Rusia es un país terrorista”, enfatiza.
El 8 de marzo, Stanislav se reporta desde otro punto. “Esto es Kharkiv, una de las ciudades que está siendo bombardeada muy fuerte en este momento, esto fue ayer. Solo pasa la voz, por favor, todos necesitan saber la verdad”.
Al día siguiente, nos volvemos a contactar con él, primero para saber sobre su salud. Luego de unas horas de dejarle el mensaje, me dice. “Tenemos sirenas otra vez”, me dice en un primer momento.
“Yo todavía estoy vivo. Estoy tratando de correr la voz con mi novia a todos los medios. Ahora, nos mudamos un poco más al oeste de Ucrania, pero tenemos sirenas incluso aquí que son entre 2 o 4 veces al día. Es una zona mucho más segura en comparación con Kiev”, nos dijo el pasado 10 de marzo.
Sin embargo, Stanislav Kotlyarenko ese mismo día nos deja un mensaje que nos causa mucha extrañeza. “Hay rumores de que Bielorrusia invade desde el norte donde se encuentra Lutsk”, manifiesta.
Asimismo, cuenta que disparan a personas inocentes que están en contra de la agresión rusa. “Ellos traen la muerte donde quiera que vienen”, añade.
El 13 de marzo tuvimos una nueva conversación con Kotlyarenko. “Todo está bastante bien en este momento, pero no en el este de Ucrania”, comenta.
Dos días más tarde, recibimos un mensaje donde nos dice: “Comenzaron a bombardear el oeste de Ucrania. Hoy por la noche, lanzaron 10 bombas en la ciudad de Lyiv y otras ciudades más pequeñas, las sirenas ahora son más frecuentes, ya no es seguro en el oeste de Ucrania”.
Al día siguiente, Stanislav nos dejó otro mensaje: “Estamos a salvo, pero nuestros padres están cerca de Kiev y la situación es bastante mala”.
Entre nuestra misión periodística, tratamos de darle palabras de aliento, ya que la odisea que vive es terrible, Cada minuto es clave para estar a salvo junto a su novia, con el fin de llegar a un lugar seguro y tener la tranquilidad que tenía antes de los ataques rusos. “Estamos bien, pero las sirenas son cada vez más frecuentes. Hay más bombas en las grandes ciudades”, nos escribió el miércoles 16 de marzo.
Finalmente, el día 17 de marzo recibo un mensaje de Kotlyarenko: “Hoy, fue el primer día que me quedé dormido, a pesar de las sirenas, pero estamos bien en este punto. Gracias, hermano”, sentencia.
Stanislav es uno de los millones de ucranianos que día a día huyen para ponerse a salvo. Un muchacho cuya vida cambió de la noche a la mañana, y sufre momentos de terror, pero con inteligencia ha podido mantenerse bien. Minutos antes de publicar este texto, he conversado con él y está bien con la bendición de Dios.
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