Este viernes 18 de marzo se estrenó en Netflix la primera película hecha íntegramente en el Perú bajo la producción de Tondero. ‘Hasta que nos volvamos a encontrar’ es el nombre del largometraje que protagonizan Stephanie Cayo y Maxi Iglesias.
La cinta narra la historia de Salvador Compodónico, un exitoso empresario español cuya familia es dueña de una gran corporación hotelera de España. Para el primer proyecto internacional de la compañía, vuela hasta el Cusco, el ombligo del mundo. Allí conocerá a Ariana, una mujer mochilera y aventurera que quiere seguir desarrollado su vida con total libertad.
El nombre de la película se debe a que la protagonista señala que en el idioma quechua no existe la palabra adiós. Y lo más cercano es decir “Tupananchiskama”, que quiere decir “hasta que nos volvamos a encontrar”.
¿Qué tan real es esta afirmación? Los expertos del quechua salieron al frente en redes sociales para dejar las cosas claras. El sanmarquino Américo Mendoza, profesor de estudios indígenas en Harvard e investigador del quechua, expresó en Twitter su preocupación. Señala que el filme, con gran alcance de audiencias, replica “concepciones exotizantes (e incorrectas) sobre la lengua quechua y la cultura andina. ¿Qué pasó Netflix?”.
Agrega que como alguien que ha sido consultor cultural para cine y teatro, es importante aclarar que quienes planifican estas cosas son los encargados de producción, en este caso Netflix y Tondero, y no en el elenco de actores.
EL USO DEL ADIÓS
También se hace referencia a Carlos Molina Vital, un profesor, lingüista e investigador de quechua, radicado en Estados Unidos. En octubre del 2021, Molina hizo un hilo en Twitter donde asegura que es absurdo decir que en quechua no exista el adiós. “Hace tiempo quería decir algo sobre este absurdo”, dice y comparte un meme donde se muestra la misma teoría que se comparte en la producción de Netflix. “Más de 20 mil personas han compartido esta imagen que nos habla de la profunda sabiduría de los pueblos indígenas, de su ‘cosmovisión’. Todo mal entendido”.
Señala que la palabra “adiós” tiene un significado claramente pragmático: no tiene significado referencial como ‘casa’, ‘gato’ o ‘cama’. Solo se entiende la palabra como parte de una secuencia de interacción en la cual alguien cierra la interacción, explica Molina.
“Podría decirse ‘adiós’ o ‘chau’ o ‘cambio y fuera’, ‘ahí te ves’, ‘see you later, alligator’... No importa mucho qué es lo que esas expresiones signifiquen literalmente; lo importante es que puedan significar cierre de interacción”, precisa el experto.
Sostiene que el hecho de ver al quechua como algo ‘especial’ porque ‘en quechua no existe el adiós’ se basa en una “exotización”. Asimismo, expresa que en quechua existen muchas fórmulas de despedida y varían según la región. Por ejemplo, el “tupananchikkama” se usa en el sur peruano como “hasta que nos topemos”, ya que ‘tupay’ viene del español ‘topar’. Pero la palabra es desconocida como despedida en el quechua boliviano.
Añade que en el quechua ancashino/huanuqueño se usa como despedida la secuencia:
A: Aywallaa (Me voy nomás)
B: Aywallay (Vete nomás).
Una expresión “bien directa y al grano: ¿Te vas? ¡Vete pues!”.
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