César Hildebrandt: “Alberto Fujimori fue el peor presidente de la historia peruana”

El Tribunal Constitucional (TC) falló a favor del hábeas corpus que interpuso el abogado Gregorio Parco para dejar sin efecto la resolución de la Corte Suprema que anuló el indulto a Alberto Fujimori. Ante esto, el exmandatario queda en libertad. Desde la noche del jueves, desde que se conoció la noticia, hubo marchas de diferentes colectivos y de los familiares de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, quienes han levantado su voz de protesta por la excarcelación del denunciado por delitos de lesa humanidad.

César Hildebrandt, un periodista que fue perseguido en la dictadura de los años 90 durante el fujimorato, escribió un su columna semanal sobre la próxima liberación del exdictador.

“(Alberto) Fujimori fue el peor presidente de la historia peruana si consideramos que la democracia es el bien mayor a conservar. Lo ensució todo, lo corrompió todo. Desalmó al país”, mencionó.

El director de Hildebrandt en sus trece sostuvo que con el expresidente hubo varios hechos políticos que cambiaron de un sistema democrático a una dictadura.

“Con Fujimori las Fuerzas Armadas se pudrieron, el Congreso fue un lenocinio, el TC desapareció, el Poder Judicial se trasladó al SIN, la “televisión informativa de la patria” padeció de oficialismo crónico, la prensa chicha fue pandilla bate en mano”, agregó.

El periodista recordó que el ex jefe de Estado lo “odió” desde que reveló que era un “evasor sistemático de impuesto”, y desde que se convirtió en presidente, se dedicó a despotricar y a perseguirlo por su trabajo de investigación.

“Fujimori me odió desde el día en que revelé, en plena campaña de 1990, que él era un evasor sistemático de impuestos y que tenía algunos millones de dólares que explicar en su gestión como rector de la Universidad Agraria”, indicó.

Además, Hildebrandt contó que demostró que “Fujimori había adquirido el fundo “Pampa Bonita” falsificando documentos ante las autoridades del Ministerio de Agricultura y siendo indebido beneficiario de la reforma agraria”.

ATROPELLOS CONTRA HILDEBRANDT

El periodista recordó que debido al ingreso de Alberto Fujimori como presidente a inicios de los años 90 fue despedido de Canal 4 y amenazó a otros medios de comunicación para que no lo contraten, por lo que tuvo que irse con toda su familia a Madrid. No obstante, regresó para fundar el diario “Liberación” y el expresidente lo tuvo en la mira con el Plan Bermudas, una manera de deshacerse de los periodistas opositores al régimen fujimorista, de quien era el más destacado.

“Lo siento, pero debo decirlo: fuimos los únicos que llamamos a Fujimori con los términos que la indignación y la semántica exigían: ladrón, asesino, mafioso, fraudulento, continuista. Otros después serían los condecorados por la Sociedad Interamericana de Prensa, qué podía importarnos”, escribió.

También contó cuando entrevistó a la exprimera dama Susana Higuchi para el diario ABC y a quien calificó al ex jefe de Estado como un personaje “siniestro” o un “rufián que era capaz de negar su propia firma y de intimidad a una jueza para desconocer su huella dactilar”.

“FUJIMORI PERDIÓ EL HONOR”

En la última parte de su extensa columna, César Hildebrandt consideró que “Alberto Fujimori perdió el honor y la reputación por todo lo que hizo y por todo lo que instigó a hacer”.

“La libertad es lo que menos significa en su caso. Le quedan pocos años y sus médicos y abogados hablan de un indulto humanitario. Ser compasivo con un recluso más que octogenario y enfermo es una demostración de que el Perú es mejor que el hombre que quiso infectarlo para siempre”, añadió.

Luego, se dirigió a los familiares de las víctimas que “tendrían que entender que si Fujimori muere en la cárcel, una niebla de falso heroísmo y victimización intentará cubrir su memoria”.

“Fujimori es un capítulo felizmente cerrado de la política peruana. Su hija no será presidente y con el patriarca terminará esta historia que si se hubiese limitado a la reconstrucción económica y a liquidar los rezagos terroristas. No fue así, sin embargo. El sueño autocrático de Fujimori destruyó su gobierno y acabó con su leyenda de eficacia”, sostuvo.

“Hoy Alberto Fujimori es el pasado que le toca las puertas a la sensibilidad y al don de la generosidad. Si fuéramos como él, las cerraríamos. Que las abramos es la confirmación de un triunfo moral que nos enriquece como seres humanos. Porque el desquite verdadero es el olvido”, concluyó.

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