El presidente Pedro Castillo brindó un mensaje en el Congreso de la República a trece días de que se presente allí para responder por la moción de vacancia. Para analizar el contenido del mismo, Infobae entrevistó al politólogo José Alejandro Godoy, quien señala que el problema fundamental del discurso presidencial fue la ausencia total de un objetivo.
Para el docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú, el llamado del presidente Castillo al Acuerdo Nacional para dialogar con la oposición no tendría gran relevancia en medio de una coyuntura tan polarizada entre ambos poderes del Estado.
- ¿Ha sido un mensaje de pacto de no agresión?
- Sí. Si uno quiere explicar cuál es la intención del mensaje es tener una suerte de pacto de no agresión. Creo que el presidente sabe que, por ahora, el Congreso no tiene los votos suficientes para vacarlo. Y, del otro lado, el Gobierno no tiene básicamente herramientas legales como para poder hacerle un adelanto de elecciones porque tampoco tiene los votos.
- Habían rumores sobre un proyecto para adelantar las elecciones. El presidente, finalmente, no lo hizo. ¿Qué hubiese pasado si el presidente Castillo se animaba a presentarlo?
- Probablemente, en ese momento, él [Castillo] no hubiera tenido éxito alguno en esta situación. La iniciativa no hubiera contado con los votos para que se pueda concretar. Es evidente que hay un núcleo duro de congresistas que apuestan porque haya un relevo presidencial. Es decir, que el presidente salga pero no el Congreso de la República.
- Pareciera que el mensaje ha sido dirigido a la ciudadanía con el objetivo de zafarse un poco de los escándalos de corrupción. Un recuento de todo lo que ha hecho y lo tiene en mente para más adelante.
- Es una misma retórica de los mensajes de 28 de julio que, normalmente, terminan siendo una suerte de un estado de lavandería de todas las cosas que hace cada sector y no hay énfasis, digamos, en los cuestionamientos que tiene que responder. No hay una estrategia muy clara y solo hay un pacto de no agresión. Además, el presidente pierde varios minutos básicamente buscando que, finalmente, se están haciendo cosas. El problema es que no hay una iniciativa clara, no hay un gran anuncio y ni siquiera un gran logro por mostrar. Entonces, digamos, uno ve que no ha existido un planeamiento de lo que se ha querido buscar con este mensaje.
- Un mensaje conciliador y lo que hará. Eso ya se verificará con las cifras y los análisis de especialistas.
- Sí, pero más allá de eso, creo que viéndolo desde lo estrictamente desde la comunicación, el problema aquí es que el presidente de la república no elige uno o dos temas en los cuales profundizar y lo que hace es un listado, en el cual simple y llanamente no queda nada por decir. Entonces, digamos, todo se termina perdiendo.
- Pareciera ser un mensaje con generalidades.
- Creo que también allí hay algo de estrategia. Si ahondaba en los detalles, probablemente hubiera dado municiones a la oposición.
- El presidente también se refirió a las denuncias que deberá responder el 28 ante el Congreso. ¿Realizó las aclaraciones necesarias sobre el caso Karelim López o de la salida al mar para Bolivia?
- Yo creo que el principal problema de las denuncias que se han presentado no han sido suficientemente explicadas y no sé si un mensaje a la nación sea el mejor espacio para poder explicar ese tipo de denuncias de una forma muy clara. De otro lado, efectivamente, hasta ahora hemos visto que en las denuncias no hay el fundamento para llegar a una vacancia por incapacidad moral.
- Pero ha sido un adelanto de lo que tendrá qué decir.
- Podría parecerlo, pero hasta el momento no lo sabemos. Probablemente, el presidente pueda decidir dejarle a su abogado su defensa legal ante el Congreso.
- ¿Cuáles fueron las omisiones?
- El problema fundamental del mensaje es la ausencia total de un objetivo. Para qué se hizo más que decir falto este tema o anunciar algo. Yo creo que, más bien, se refleja el desorden del Gobierno y la situación en la que simple y llanamente no tienen una claridad de qué hacer. Y, de otro lado, digamos, no hay algún propósito de enmienda del rumbo que han tomado. Es la sensación que deja el mensaje.
- El presidente también ha planteado que presentará reformas y llamó en la última parte a la convocatoria del Acuerdo Nacional. ¿Qué tan factible podría resultar en esta coyuntura?
- La propuesta relacionada al Acuerdo Nacional es una cuestión, digamos, suele ocurrir. No es algo que, necesariamente, sea una novedad. Simple y llanamente, lo que ocurre es que se recurre al Acuerdo Nacional cuando ya no hay diálogo. Es un espacio de concertación, pero se ha convertido últimamente en un cajón de sastre cuando un presidente está en problemas.
- Usted cree que el Acuerdo Nacional no tendría mucha fuerza para bajar la tensión política.
- El problema está en para qué es el Acuerdo Nacional.
- El presidente también aprovechó su mensaje para enumerar una serie de acciones hechas por el Congreso. ¿Cómo la oposición debería tomar estas críticas?
- En esa parte, el presidente tiene algo de razón. No hay duda que hay un sector del Congreso en promover la vacancia del presidente Castillo. Ahora, claro, eso está más dirigido a tres bancadas como lo son Fuerza Popular, Avanza País y Renovación Popular que no van a cambiar su actitud frente al presidente. Es parte de una narrativa del presidente Castillo, quien señala que no ha existido ninguna restricción del comportamiento político de estas bancadas después de la contienda electoral.
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