Loreto: puente más grande y millonario del Perú llama la atención por finalizar en una huerta

Lo que parece ser un nuevo elefante blanco se ha construido en nuestro país, esta vez en la región Loreto. Se trata del puente Nanay, una estructura cuya primera piedra fue puesta por Pedro Pablo Kuczyinsky durante su gobierno y que hoy finaliza en la propiedad de don Luis y doña Mirtha, integrantes de la comunidad nativa de Santo Tomás.

La obra que significó una inversión de S/ 600,000,000 tiene como finalidad conectar Iquitos con las comunidades cercanas a la frontera con Colombia en el río Putumayo. Un reportaje de Latina asegura que las comunidades veían con emoción y esperanza la ejecución del primer tramo de la carretera Iquitos, el estrecho. Sin embargo, luego de cinco años el puente más grande y millonario construido en nuestro país conecta Iquitos con la huerta de la familia Manuyama.

La pareja de esposos señalan que cuentan con una chacra a pocos minutos de donde finaliza el cuestionado puente y aseguran que tienen pensado mudarse ahí para criar su ganado. “Allá nos vamos a ir cuando nos compren esto para criar a nuestros animales allá. Si no cómo vivimos”, declaró la esposa Mirtha Manuyama.

“No funciona porque no tiene luz para empezar. Termina en una huerta. Son cosas que ya escapan de nuestras manos como comunidad, pero al final somos los primeros en ser afectados porque se supone que el puente ya debería funcionar porque el pueblo es lo que entiende”, señaló el presidente de la comunidad identificado como Ibrahim.

“La obra está conceptuada de esa manera. Entendamos que esta es una primera etapa de las cuatro que tienen que desarrollarse”, fueron las declaraciones del director de vivienda del Gobierno Regional de Loreto, Fernando Fernández.

FUTURO INCIERTO

Mario Jaramillo, miembro de la comunidad, resaltó que si bien se cuenta con el primer tramo del puente, de nada sirve contar con este si no se ha puesto en marcha la construcción del segundo tramo. “Hay que sanear mucho más los territorios adyacentes a la carretera. Estamos hablando de aquí a diez años aproximadamente. Esa es la pura realidad”, añadió.

La edificación no puede ser utilizada por quienes viven a su alrededor por lo que, a pesar de contar con una enorme y avanzada estructura, deben seguir cruzando el río a través de embarcaciones. “Es incierto que el puente se abra. El proceso de licitación sería en el 2025. Estamos hablando de que aquí al 2028 se pondría en funcionamiento”, dijo Jaramillo a Latina.

Entre los otros reclamos presentados, está la del resto de integrantes de la comunidad nativa de Santo Tomás quienes critican el gran financiamiento a obras que no pueden ser utilizadas cuando no cuentan con escuelas ni posta cerca. “Ellos nos decían que cuando venga el puente vendrá el desarrollo. Mira el colegio”, dijo Wellington Cahuaci señalando una estructura abandonada, sin techo, ni carpetas y que solo contaba con una pizarra descuidada.

“Nunca han venido a consultarnos cómo queremos crecer como comunidad nativa o cuáles son nuestras prioridades. Lo han hecho simplemente desde los escritorios, han pensado supuestamente, pero nunca han venido”, agregó Mario Jaramillo sobre la relación que han tenido las autoridades para con los objetivos que la población se ha marcado.

El inicio del segundo tramo aún no cuenta con fecha definida, por ello es que hasta el momento no se puede utilizar el puente y hasta entonces, el ingreso a la huerta Manuyama seguirá topándose con una edificación inservible.

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