¿Quién fue el presidente más joven del Perú?

Por Palacio de Gobierno han pasado un gran número de líderes políticos que se convirtieron en presidentes, algunos por elección del pueblo, y otros por circunstancias impredecibles. Actualmente, el Perú tiene al maestro Pedro Castillo como mandatario hasta el año 2026, luego de ganar las elecciones presidenciales contra la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori. Antes de vivir este panorama en el país, ¿sabes quién fue el presidente más joven que ha existido en nuestra historia?

Algunos tienen como primera respuesta el nombre de Alan García, quien llegó a su primer mandato con solo 35 años. Pero antes de sentarse en el sillón presidencial existió un hombre aún más joven que se convirtió en presidente y que murió a una temprana edad. ¿Sabes quién es?

El presidente más joven del Perú fue Felipe Santiago Salaverry del Solar. Sobre su vida se conoce que comenzó su servicio militar a los 14 años, en medio de batallas que se realizaban en la ciudad de los virreyes. Cuando cumplió la mayoría de edad, formó parte de los batallones que combatieron en Junín y Ayacucho. Fue uno de los líderes que mantuvo en pie la lucha y revolución, animando a otros a que se sumen a la causa.

Se convirtió en general a los 28 y cuando cumplió los 29 años se convirtió en el trigésimo presidente de nuestro país. Es conocido por ser uno de los próceres de la independencia, por su juventud y liderazgo que poseía y mantenía.

QUIÉN FUE FELIPE SANTIAGO SALAVERRY DEL SOLAR

Nació en Lima el 3 de mayo de 1806. Sus padres fueron Felipe Santiago Salaverry y Ayerdi, contador, y doña Micaela del Solar. En 1820 ingresó al colegio San Fernando para estudiar Matemáticas y Filosofía, pero a los pocos meses, sin que lo supieran sus padres, abandonó sus estudios para presentarse como voluntario ante San Martín en el cuartel general de Huaura.

Sus habilidades y dedicación lograron que destaque entre sus compañeros, por lo que fue tomado en cuenta para formar parte de importantes batallas en la historia del Perú.

En 1833, el presidente Gamarra lo nombró subprefecto de Tacna, lugar donde conoció a Juana Pérez, con quien se casó y decidió llevar una vida familiar y dedicada a la agricultura. Para seguir el debido proceso, regresó a Lima solo para solicitar su pase al retiro.

Para ese mismo año, Gamarra lo acusó de conspirador y, tras ordenar su detención, dispuso su confinamiento en Chachapoyas. Intentó dos veces escapar de sus custodios para cobrar justicia con sus manos. En un último intento, alcanzó su objetivo y se unió a las fuerzas del nuevo presidente, Luis José de Orbegoso.

Su actividad cerca a las autoridades lo llevaron a alcanzar el cargo de general. La nueva meta que se marcó fue convertirse en presidente. Con la ausencia de Orbegoso, y quedando sin vigilancia en Lima, inició una rebelión en la que se sublevaron clases y soldados en la fortaleza de Real Felipe del Callao.

El afectado pidió ayuda al general Andrés de Santa Cruz, presidente de Bolivia, y con su respaldo ingresó al Perú con 5000 soldados. Salaverry declaró “guerra a muerte a los bolivianos” y salió al encuentro de los invasores para desterrarlos.

Fue derrotado en Socabaya el 7 de febrero de 1836 y declarado culpable de crímenes de guerra, por lo que fue condenado a muerte. Fue fusilado en la plaza de Armas de Arequipa, el 18 de febrero de 1836. Su último pedido fue una pluma y unos folios en los que escribió tres documentos: su testamento, una carta a su mujer y su “Protesta ante la América” por su ejecución.

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