La ópera prima de la cineasta Andrea Hoyos ha llamado la atención y vaya que no le faltan motivos para hacerlo. Tratándose de una cinta cuyo público más cercano es uno mayoritariamente conservador, las etiquetas de arriesgada y atrevida calan muy bien esta. Se trata de una historia escrita durante los últimos días de la adolescencia de su creadora y los primeros de su adultez, una que se ha transformado con ella obviando la existencia de aquello a lo que otros denominan tabú.
“Autoerótica” finalmente ha llegado a las salas locales y, aunque tiene una poderosa competencia al pelear horarios y salas con “The Batman”, la cinta llega con el respaldo de las positivas críticas que recibió en el Festival de Cine de Lima del año pasado.
“Autoerótica” pone en evidencia una realidad silenciada, pero que podría suceder en cualquier lugar.
Así es. De hecho, el mayor propósito era descriminalizar del cuerpo pues la amenaza de que ello suceda está en todas partes y en todo momento.
¿Hubo algún evento en específico que te motivó a llevar esta idea a la pantalla grande?
Creo que fue la necesidad urgente de poner el tema sobre la mesa. Me preocupaba el cómo lo había vivido yo en mi adolescencia, cómo lo habían atravesado mis amigas y cómo lo estaban viviendo las protagonistas de la historia quienes al rodarla eran adolescentes. Al tocar el tema de la sexualidad adolescente me parecía raro no hablar del embarazo que es una preocupación constante desde que uno empieza a tener relaciones sexuales. Sucede durante esta etapa de tu vida y muchas veces no tienes con quien contar.
¿Cómo evolucionó la historia desde las primeras versiones del guion?
Hace ocho años la historia era protagonizada por una niña de nueve y cuando fui creciendo empecé a reinventar las versiones. Sentía que tenía que ir creciendo conmigo. Inició con nueve y terminó teniendo quince mi personaje. La historia en realidad iba a tratar de qué es ser hija de una madre divorciada y después la maternidad va cobrando más protagonismo porque era un tema que quería trabajar, pero desde otro ángulo, desde la adolescencia.
La sexualidad juvenil hoy tiene mucha más presencia en los contenidos audiovisuales, pero la crítica constante es su cierta lejanía con la realidad. ¿Cómo intentaste no caer en ese problema?
Por mi parte fue que era bastante joven, tenía 23 años cuando grabé la película y más joven aún cuando empecé a escribirla. Era cercana a lo que estaba narrando porque estaba rodeada de las influencias de mis amigas. Ese fue mi motivo para escribir la historia y para estrenar la cinta también. Con las series lo que muchas veces pasa es que gente mayor hace de adolescente, pero en “Autoerótica” las actrices son bastante jóvenes, así que aportaban bastante a la realidad de las protagonistas. Ellas cambiaron sus líneas, propusieron escenas y fueron parte de la creación del proyecto y la investigación.
Siendo consciente que la nuestra es una sociedad muy conservadora, ¿sentiste cierto miedo al tocar ciertos temas o todo fue un ejercicio de libertad plena?
Si hoy escribiera la película tendría un poco más de miedo y reparo. Al ser tan joven al escribirlo no tenía miedo sobre todo porque no pensaba que todo esto iba a suceder. La escribí mientras estudiaba, pero no la creía algo real hasta este momento. Mis miedos podrían venir ahora, pero no me arrepiento porque respeto a mi yo de entonces que tenía mucha más libertad para crear que ahora.
¿Hubo quienes mostraron reticencia para apoyar este proyecto?
Como se trata de ficción muchos creen que en realidad es una historia que no está pasando. Muchas veces escuché que era una mala idea, que era un proyecto peligroso y que debía tener cuidado, pero tuve mucha tranquilidad y seguridad de cómo estaba tocando el tema de la sexualidad porque lo hice con mucho respeto.
¿Hay películas que se pueden reconocer en “Autoerótica”?
Mezclé muchas cosas. Pensaba en las películas de Andrea Arnold como “Fish Tank” o “American Honey” que tienen como protagonistas a no actrices, entonces hay mucho de las cámaras siguiéndolas y acompañándolas. También pensaba en Desiree Akhavan quien habla de su bisexualidad e incluso fue protagonista de su primera cinta. También está Marialy Rivas, una joven chilena alocada. Eran mis referentes importantes por cómo habían tratado algunas la sexualidad y otras la adolescencia, la libertad, la autonomía.
¿Hay alguien quien crees debería ver tu película?
Sería importante que lo vean quienes integran “Con mis hijos no te metas” no solo para acompañar el proceso, sino para ver cómo es el proceso de una chica que vive su sexualidad. Así podrán ver si pueden juzgar a alguien de 15 años tomando decisiones sobre su propio cuerpo. Sería interesante debatirlo.
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