Kevin Jordán Lucano Tejada, un joven de 29 años que dedicaba su vida a ser médico y ayudar a aquellas personas que tenían problemas con su salud. Lo que no sabía es que su conocido venezolano podría darle la espalda para llevarse todas sus pertenencias.
Este joven fue hallado dentro de su departamento, en el distrito de Lince, estrangulado con las manos atadas luego de que su conocido de nacionalidad venezolana vaya a visitarlo a su edificio multifamiliar. Este suceso ocurrió el pasado 27 de febrero a horas de la madrugada.
Eran las dos de la mañana con treinta y siete minutos, y Kevin aparece dialogando con un sujeto de gorra, chaleco guinda y un jean, cabe resaltar que este sujeto llevaba puestas unas sandalias cuando ingresó al edificio junto con Kevin.
Una vez dentro del edificio, las cámaras de seguridad registran el recorrido que hacen ambos jóvenes por los pasillos del primer nivel, luego llegan hasta el ascensor y suben hasta el departamento.
“Ese día concurrió a ese departamento en compañía de otra persona de nacionalidad extranjera”, comentó un oficial de la Policía.
Según otros testigos que viven dentro del edificio, el cuerpo fue hallado tendido en el piso de su habitación, sin vida, al lado de su cama y con signos de haber sido fuertemente golpeado.
Minutos después, imágenes de Buenos Días Perú, grafican lo que ocurrió. Todos sus cajones y ropa se encontraba desordenada y tirada por todas partes; habían cajas de cartón abiertas también. Todo indicaba que su único acompañante rebuscó cada rincón de su habitación
“Le origina una asfixia mecánica un ahorcamiento un elemento constructor para posteriormente facilitarle el robo de sus cosas”, añadió el oficial.
Ya eran las 6 de la mañana y el venezolano salió del ascensor, pero esta vez con dos maletas de mano, una bolsa gris, con la mochila que llevaba Kevin anteriormente y lo más importante, ya no llevaba sandalias, se encontraba con zapatillas.
Voltea para percatarse si alguien lo estaba mirando, pero sigue su camino. Sale por la puerta de emergencia hacia el primer piso, se dirige hacia el portero, dialogan por unos segundos -conversación que permanecía incógnita, pero que la Policía ya sabía de qué se trataba.
“La persona indicaba de que no se le registre, era una amistad, esta línea de acción de que esta amistad extranjera traiciono la lealtad profesional con la única finalidad de robar las pertenencias del ciudadano peruano”, comentó.
Finalmente, acomoda las maletas y sale por la puerta principal como si nada hubiera pasado. Hace creer que va a tomar un taxi, pero camina hacia la avenida Javier Prado.
Cree que ha cometido el crimen perfecto, pero no que no se imagina, es que la policía viene investigando y es cuestión de horas para que logre estar tras las rejas.
Además, los peritos no descartan que el asesinato obedezca a un ajuste de cuentas o una venganza.
Las investigaciones se quedaron a cargo de los efectivos de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri). Finalmente, familiares y amigos del occiso llegaron hasta el edificio el pasado lunes para conocer el estado del caso; no obstante, prefirieron no declarar ante la prensa.
Todo esto ocurrió cuando salieron a la luz distintas imágenes, pero hasta ayer, no se sabía nada acerca de lo que podía haber hecho o no el joven venezolano que ingresó al departamento con Kevin.
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