A cualquier hora y cualquier día de la semana, el jirón Zepita en el Cercado de Lima, se ha vuelto el punto clave para que trabajadoras sexuales consigan decenas de clientes al día. Lo que llama la atención de este lugar, es que hay organizaciones criminales y bandas extranjeras que han tomado el control de estas manzanas y avenidas.
En imágenes de Latina Noticias se muestra al reportero caminando por la calle, a unas cuadras con el cruce de Alfonso Ugarte y menciona que era impensable que no haya presencia de estas mujeres, ya que habían de 60 a 80 mujeres dando un servicio sexual.
Ahora hay presencia de la Policía y algunas autoridades, pero las trabajadoras aseguran que no se han ido por el hecho de que las fuerzas del orden estén presentes, sino que estas bandas buscan que les paguen una cierta cantidad de dinero al día o semanalmente.
“Nadie me sale a la plaza hasta que cumplan con los 300 semanal, estos días se cobra así que no crean que son vacaciones, él (un dibujo de un tren) las cuidará hoy, mañana y siempre”, leyó el periodista en un mensaje que había sido enviado a las trabajadoras sexuales.
Son alrededor de 350 a 400 trabajadoras sexuales que se dividen en turnos de la mañana, tarde y noche, desde las 9 de la mañana hasta las 10 u 11 de la noche.
El precio que deben pagar son 30 soles diarios, pero otros piden 300 soles semanales, como ya se señaló. En total los extorsionadores ganan 10 500 soles y a la semana son 75 mil soles.
Hay un grupo que continúa amenazando a estas mujeres y hay tres que han tratado de negociar para que el monto de pago sea mucho menos. En el intento por convencer a los extorsionadores, fueron baleadas como para “dejar claro su mensaje de amenaza”.
TRABAJADORAS SEXUALES VIVEN CON TEMOR
Una trabajadora sexual de la zona, contó al noticiero 24 Horas que desde el momento del ataque viven atemorizadas de convertirse en una nueva víctima.
“Soy una trabajadora sexual desde hace 20 años en el Centro de Lima. Nunca ha pasado esto acá. Siempre hemos trabajado libres sin hacer daño a nadie. Hemos respetado la cuarentena, hemos respetado a los serenazgos. Tenemos miedo, porque somos madres, de que vengan a amedrentarnos y que vengan con violencia a pedirnos algo que no les pertenece porque nosotras padecemos el trabajo. Este no es un trabajo fácil”, dijo la mujer al noticiero 24 Horas.
La trabajadora sexual aseguró que estas mafias pueden cobrar hasta 30 soles diarios por cada trabajadora sexual y de no cumplir con el pago son amenazadas y agredidas.
Pese al temor, algunas mujeres continúan ejerciendo este oficio en el Centro de Lima en las avenidas Nicolás de Piérola, el jirón Chancay y el jirón Cañete.
ZONA ROSA EN DISCUSIÓN
Por su parte, la ex candidata al congreso y presidenta de la Asociación de Trabajadoras Sexuales, Ángela Villón, consideró que la solución para acabar con las mafias no sería crear una zona rosa, sino reconocer formalmente a las trabajadoras sexuales.
“No queremos una zona rosa, porque lo único que van a hacer es estigmatizarnos, excluirnos y ponernos en un gueto. Las mafias organizadas van a seguir a nuestro alrededor. Necesitamos el reconocimiento del trabajo sexual. Es la única manera para poder ordenar. Y también las zonas de trabajo sexual seguras. Esa es nuestra propuesta”, dijo al noticiero 24 Horas.
Ángela Villón indicó que ha pedido reunirse con la ministra de la Mujer y con el presidente de la República, Pedro Castillo, para solucionar el problema. “Ya no podemos seguir con el Estado dándonos la espalda. Nos están matando. Somos ciudadanas y también merecemos una vida sin violencia”, dijo.
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