Las cámaras de seguridad de la Municipalidad Metropolitana de Lima captaron los instantes previos al ataque de una moto lineal con dos pasajeros que mataron, el último sábado, a dos trabajadoras sexuales ecuatorianas en el jirón Zepita, Milena Álvarez (22) y Gabriela Carrasco (32).
En las imágenes se observa a una moto lineal con dos pasajeros ir detrás de un vehículo de serenazgo de la Municipalidad de Lima a la altura de la cuadra siete del jirón Zepita. La moto iba a una velocidad normal hasta que los peatones y meretrices comenzaron a correr para escapar de la balacera.
Segundos después, la misma cámara capta a los dos mujeres ya sin vida y tendidas en el suelo una sobre otra. También se observa a un hombre que habría recibido un balazo en el rostro, pero logró sobrevivir y fue llevado por la Policía a un hospital cercano. Una tercera mujer también fue herida y llevada al centro de salud.
Como se recuerda, el móvil de este crimen habría sido el cobro de cupos por parte de mafias extranjeras que pretenden controlar la prostitución en Lima y extorsionan a las trabajadoras sexuales amenazándolas con atentar contra sus vidas si es que no les haces pagos diarios. Incluso, los asesinos habrían mandado mensajes a los celulares de las meretrices advirtiéndoles del ataque.
TRABAJADORAS SEXUALES VIVEN CON TEMOR
Una trabajadora sexual de la zona, contó al noticiero 24 Horas que desde el momento del ataque viven atemorizadas de convertirse en una nueva víctima.
“Soy una trabajadora sexual desde hace 20 años en el Centro de Lima. Nunca ha pasado esto acá. Siempre hemos trabajado libres sin hacer daño a nadie. Hemos respetado la cuarentena, hemos respetado a los serenazgos. Tenemos miedo, porque somos madres, de que vengan a amedrentarnos y que vengan con violencia a pedirnos algo que no les pertenece porque nosotras padecemos el trabajo. Este no es un trabajo fácil”, dijo la mujer al noticiero 24 Horas.
La trabajadora sexual aseguró que estas mafias pueden cobrar hasta 30 soles diarios por cada trabajadora sexual y de no cumplir con el pago son amenazadas y agredidas.
Pese al temor, algunas mujeres continúan ejerciendo este oficio en el Centro de Lima en las avenidas Nicolás de Piérola, el jirón Chancay y el jirón Cañete.
ZONA ROSA EN DISCUSIÓN
Por su parte, la ex candidata al congreso y presidenta de la Asociación de Trabajadoras Sexuales, Ángela Villón, consideró que la solución para acabar con las mafias no sería crear una zona rosa, sino reconocer formalmente a las trabajadoras sexuales.
“No queremos una zona rosa, porque lo único que van a hacer es estigmatizarnos, excluirnos y ponernos en un gueto. Las mafias organizadas van a seguir a nuestro alrededor. Necesitamos el reconocimiento del trabajo sexual. Es la única manera para poder ordenar. Y también las zonas de trabajo sexual seguras. Esa es nuestra propuesta”, dijo al noticiero 24 Horas.
Ángela Villón indicó que ha pedido reunirse con la ministra de la Mujer y con el presidente de la República, Pedro Castillo, para solucionar el problema. “Ya no podemos seguir con el Estado dándonos la espalda. Nos están matando. Somos ciudadanas y también merecemos una vida sin violencia”, dijo.
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