Las ‘mafias del sexo’ integradas por proxenetas colombianos y venezolanos están sembrando el terror en las calles del Cercado de Lima, donde el último fin de semana dos trabajadoras sexuales fueron asesinadas a balazos y otras cinco personas quedaron heridas luego que dos sujetos en moto arremetieran contra ellas por negarse a pagar cupos semanales para permanecer en ese lugar.
El hecho que ha desatado el miedo entre las trabajadoras sexuales, que desde hace años tomaron los conocidos jirones Cailloma y Zepita para poder ejercer el llamado ‘oficio más antiguo del mundo’: la prostitución. Sin embargo, se sabe que son varias las mafias que han tomado el control de estas calles lideradas por ciudadanos colombianos, pero desde hace meses varias mujeres han comenzado a recibir mensajes amenazantes de bandas venezolanas exigiéndoles el pago de 200 a 300 soles semanales para trabajar ‘tranquilamente’ en esta zona.
Muchas se han negado a pagar estos ‘cupos’ y ante las amenazas retirarse irse del lugar, pero otras permanecieron protegidas por estas mafias colombianas, que también obtienen parte de las ganancias de las trabajadoras sexuales en esta zona de Lima.
La mafia de venezolanos, algunos integrantes de la peligrosa banda ‘Tren de Aragua’, buscan tener el control de esta parte de Lima debido a que es una de las zonas en las que hay poca presencia policial y es muy asidua por parroquianos que buscan pasar un momento de placer con alguna de las decenas de mujeres que se pueden encontrar a lo largo de esta ‘zona rosa’.
“Son venezolanos y quieren cobrar cupo acá”, señaló una trabajadora sexual que teme que nuevamente se desate este tipo de crímenes en su ‘zona de trabajo’.
Tras este hecho, la policía realizó operativos en estos dos jirones, pero se sabe que durante las noches son cientos de mujeres que toman las calles para ejercer este oficio, pero ahora lo hacen con el temor de ser atacadas por alguna de estas bandas de proxenetas extranjeros
<b>LA GUERRA EN OTROS DISTRITOS</b>
Las zonas de Risso (Lince) y de Fiori (San Martín de Porres) también son dominados por estas mafias del sexo, especialmente por las venezolanas, quienes ya han tomado el control absoluto de estas zonas y son pocos los que se atreven a hacerles ‘competencia’.
En enero de 2020, Isaac Hilario Huamanyalli fue asesinado a balazos en un restaurante de McDonalds cuando se encontraba pagando a tres jóvenes por sus servicios. Tres sicarios venezolanos ingresaron al local y sin darle oportunidad le dispararon varias veces en la cabeza en un ajuste de cuentas.
Hilario se había metido en terreno peligroso e hizo caso omiso a las amenazas que había recibido de estas mafias venezolanas.
Hilario Huamanyalli también tenía antecedentes por distintos delitos. Según se supo, él había salido del penal Lurigancho en el año 2013 y se había involucrado en redes de prostitución, convirtiéndose en proxeneta de algunas meretrices de la zona de Lince.
En San Martín de Porres, la prostitución en zonas de Fiori, frente al centro comercial Plaza Norte, también es una zona tomada por delincuentes venezolanos que explotan a cientos de mujeres las 24 horas del día para obtener ganancias de miles de soles diarios y por lo que también se han desatado guerras entre ellos por el liderazgo de esta mafia que tiene como cómplice a dueños de hoteles.
Son decenas las víctimas que han sido asesinadas, torturadas y desaparecidas por estos sicarios por negarse a pagar o querer retirarse de este oficio.
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