Las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo llevan más de seis meses y escalaron de tal manera que en estos días decidieron darse una tregua. Por un lado, un gobierno errático de Pedro Castillo, con nombramientos polémicos en puestos clave –va por su cuarto gabinete de ministros– y acusaciones de corrupción del entorno; mientras que desde el Congreso de la República, la oposición tiene una narrativa de vacancia presidencial que parece un mantra. Al ver que no consiguen los votos están buscando otras maneras de destituir al jefe de Estado.
Este enfrentamiento ha generado que el mandatario tenga una popularidad de apenas el 25% y el Parlamento tiene un 23%, según encuesta de Ipsos Perú. Cuando da la sensación que el gobierno va en caída libre, el contrapeso que debería ser el Legislativo también ha perdido representatividad. ¿Qué dicen los analistas políticos al respecto?
Omar Awapara, director de la carrera de Ciencias Políticas de la UPC, comenta que esta caída en la aceptación del Legislativo de alguna manera es favorable para el Ejecutivo.
“Hay un problema que siempre ha tenido el Congreso que se sabe desde un primer día, y es que iban a haber tercios: hay un tercio oficialista, un tercio de oposición marcada y un tercio un poco bisagra”, señala.
Añade que el reto de la oposición es convencer a estas últimas bancadas. Pero parece que están haciendo mejores esfuerzos desde el gobierno, sobre todo con congresistas de regiones de Acción Popular y Alianza para el Progreso que de alguna manera han bloqueado iniciativas más ambiciosas, y por ahora no están interesados en sumarse a una vacancia o un proceso de censura.
Este hecho termina neutralizando los intentos de la bancada opositora, y eso se refleja en la facilidad que han tenido para obtener los votos de confianza, y qué tan inefectivo ha sido el control político hasta ahora, apunta Awapara.
Por otro lado, afirma que “el camino no es claro para el Legislativo si es que van por la vacancia, porque tiene un incentivo perverso”. Una eventual salida de Castillo traería el debate sobre si las elecciones deberían ser para todos o solo para el presidente, y eso implicaría un recorte del mandato de los congresistas.
En este escenario, Awapara indica que se puede ir debilitando el discurso de la vacancia, y con el paso del tiempo el gobierno se puede ir afianzando. “Los pedidos de renuncia pueden perder fuerza, sobre todo ante la ausencia de un hecho que allane el camino para una vacancia. Si bien han habido momentos en los que parecía [que podrían terminar en vacancia] como Sarratea, y con el gabinete Valer, luego se desinflan”.
¿EL CONGRESO ESTARÍA PREPARADO PARA ASUMIR EL PODER?
Para Awapara está muy fresco el recuerdo del gobierno efímero de Manuel Merino, y cree que es un temor que el propio Legislativo también tiene. “El gran reto del Congreso es que además de reunir los votos para la vacancia, es posicionarse como un actor viable pensando en una salida a una eventual crisis de gobierno”.
Por su parte, el analista político Luis Benavente, director de Vox Pópuli, cree que tanto el Congreso como el presidente tienen una base de legitimidad electoral que está fuera de discusión.
“Es cierto que la política se caracteriza entre otras cosas, porque hay un enfrentamiento permanente; en la política electoral se enfrentan los candidatos, en la política institucional se enfrenta el gobierno con la oposición, pero creo que acá hemos sobrepasado los límites”, considera el especialista.
Añadió que estamos en un estado de derecho donde algunos congresistas consideran que el presidente ha incurrido en incapacidad moral, y tomando como referencia los casos de Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra, tuvieron causales equivalentes o menores a las de Castillo. Mientras que de parte del Congreso no se ha dado la situación de una doble negativa o falta de confianza al Consejo de Ministros.
En la mirada de Benavente, si bien la incapacidad moral es un “impeachment a la peruana”, y algo subjetivo que da para discutir largamente, el tema ahora es político, de votos. “Si alcanzan los 87 votos lo vacan, y si no, no lo vacan, así de fácil y de jurídico”.
Otro punto clave que resalta es que el gobierno ha perdido un socio importante que es la llamada izquierda caviar, o la izquierda más institucional y eso puede preocupar al presidente y con eso se pueden completar los 87 votos. También cabe la posibilidad de que esa izquierda pueda negociar con Dina Boluarte y recuperar el poder.
Señala que en caso de la salida de Castillo, debería haber un acuerdo político, “el tema es cómo se va a negociar con Boluarte para que llegue a la presidencia, entonces allí sí la izquierda va a tener un peso bastante fuerte. Pienso que puede haber mucho más acercamiento entre esta izquierda llamada caviar con la derecha”.
En ese escenario, el analista resalta un gesto de Perú Libre que les ha facilitado las cosas a esta izquierda más moderada y es el hecho de haber expulsado a Boluarte hace un mes del partido, lo que le da mayor margen de acción a la vicepresidenta de la República en caso asuma. “En los actos públicos ya no se le ve tan juntita a Castillo”, expresa.
En tanto, el otro camino es más complicado, destaca Benavente y es la disolución del Congreso porque puede abrir la ruta a una ruptura del estado de derecho, “porque los socios más fuertes a nivel político del presidente Castillo están Perú Libre y ahí hay marxistas leninistas ortodoxos. A nivel simbólico eso dice mucho”.
SEGUIR LEYENDO: