El último jueves la Dirección General de Medicamentos (Digemid) autorizó el uso de Molnupiravir, un fármaco desarrollado por la empresa Merck Sharp & Dohme (MSD), para su comercialización en el Perú, la cual se usa en otros países para el tratamiento contra la COVID-19, aunque el director general de Intervenciones Estratégicas del Ministerio de Salud, Alexis Holguín, aclaró que el uso de esta pastilla no está aprobado en el protocolo de tratamiento en hospitales del país por no encontrar mayor evidencia científica sobre su uso.
La píldora se prescribe a los adultos que están dentro de los primeros 5 días desde el inicio de los síntomas y que presenten, al menos, un factor de riesgo para desarrollar la enfermedad grave. Se toma como cuatro cápsulas de 200 miligramos dos veces al día por 5 días, con o sin alimentos, para reducir el riesgo de que la condición del paciente empeore.
Este fármaco fue autorizado por los organismos reguladores de Estados Unidos y el Reino Unido para tratar a los pacientes de COVID-19 con alto riesgo de enfermedad grave tras demostrar 30% de eficacia en la prevención de la muerte o la hospitalización. Incluso, seis estudios de laboratorio independientes en el país norteamericano y en cinco países europeos determinaron que la píldora mostró efectividad contra la variante Ómicron.
¿CÓMO FUNCIONA EL MOLNUPIRAVIR?
El Molnupiravir, también conocido como EIDD-2801 y MK-4482, es un profármaco antiviral de pequeño peso molecular que fue desarrollado en la Universidad de Emory por la farmacéutica Drug Innovation Ventures at Emory (DRIVE). El nombre de la píldora está inspirado en Mjölnir, el poderoso martillo de Thor, ya que la idea es que el fármaco golpee al SARS-CoV-2 con la fuerza con que lo haría el personaje del cómic.
El fármaco ataca la enzima que utiliza el virus para replicarse, y así introduce errores en su código genético, lo cual prevendría que se multiplique, mantenga una baja carga viral y reduce la gravedad del coronavirus.
El curso de tratamiento antiviral de Molnupiravir consiste en 800 mg (4 cápsulas de 200 mg) tomadas oralmente cada 12 horas por 5 días, con o sin comida. El tratamiento se debe iniciar lo más cercano posible al diagnóstico de COVID-19.
Si bien es un fármaco para contrarrestar la COVID-19 se debe continuar el periodo de aislamiento establecido por los ministerios de salud de cada país.
Si el paciente pierde una dosis dentro de las primeras 10 horas, se deberá ingerir otra pastilla lo más pronto posible y volver al régimen de dosificación normal. Pero si sobrepasa las horas, la persona no debe tomar la dosis perdida y debe continuar con la próxima dosis de su régimen de tratamiento.
No han recomendado duplicar la dosis para compensar la dosis pérdida y no se han identificado contraindicaciones para el uso de emergencia de este medicamento, aunque podrían ocurrir efectos adversos serios e inesperados que no se hayan reportado antes.
Según la empresa Merck Sharp & Dohme, el tratamiento puede ser efectivo ante las nuevas variantes de la COVID-19 que puedan desarrollarse.
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