Ya es más de un mes desde que ocurrió el derrame de petróleo en Ventanilla y este domingo un grupo de pescadores asistió a la misa que brindó el Arzobispo de Lima, Carlos Castillo, en la Catedral de Lima, para pedir a Dios los ampare tras quedarse sin trabajo.
Fueron varios asistentes y en diálogo con RPP Noticias mencionó que espera que con “la gracia de Dios” este problema se solucione, pues tras el derrame han perdido su sustento.
“Estamos haciendo ollas comunes, mantenemos de una u otra manera. La mayor parte somos pescadores y comercializamos. Ahorita no nos podemos dedicar a nada, ayudamos a sacar desmonte, limpieza o en construcción”, comentó.
Esta asociación reúne 170 pescadores y su representantes pidió a las autoridades que no los dejen en el olvido, así como apoyo para que la empresa Repsol siga realizando los trabajos necesarios, pues solo les ha dado un vale de 500 soles por familia.
“Pedirle al Estado que se acuerde de los pescadores y también que por el marco legal también pedirle a la empresa que nos apoye, muchas veces queremos hacer alguna reparación y (la empresa) se va a hacer de vista gorda”, acotó.
FISCALÍA INVESTIGA UN DERRAME DE PETRÓLEO AL NORTE
La Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA) de Sullana inició investigaciones preliminares por el presunto delito de contaminación ambiental en contra de los que resulten responsables por un derrame de hidrocarburos ocurrido el pasado 7 de febrero en un pozo del norteño departamento peruano de Piura.
Según informó este sábado el Ministerio Público, el atentado contra el medio ambiente se habría registrado en un pozo petrolero ubicado en el distrito de Lobitos, operado por la empresa Sapet, una sucursal de China National Petroleum Corporation.
En concreto, la indagación fiscal detectó residuos de petróleo al costado del pozo número 321 que opera en el lote VI, donde se habría producido el derrame del carburante, así como en unos 5 metros cuadrados de arena, en la unidad de bombeo y el cerco perimétrico metálico. Inclusive se constató que el crudo llegó a un hotel próximo a la zona del siniestro, cuya piscina registraba manchas oleosas en el agua.
Las autoridades también verificaron que la unidad de bombeo se encontraba paralizada y hallaron una línea de flujo en desuso, conectada al pozo. Este derrame en la provincia de Talara ocurrió el último lunes en la noche, tres semanas después de la catástrofe ambiental causada por el vertido de más de 10.000 barriles de petróleo en una refinería que opera la empresa Resol en el norte de Lima.
Ese se produjo el pasado 15 de enero en el terminal número 2 de la refinería La Pampilla, al soltarse o desprenderse presuntamente la plataforma de colectores, en coincidencia con un nivel inusitado del mar a causa del tsunami generado por la erupción volcánica en Tonga.
El litoral peruano recibió el vertido de unos 10.396 barriles de crudo, según datos de Repsol, que en un principio señaló que habían sido 6.000 barriles, mientras que las autoridades peruanas aseguran que fueron 11.900 barriles. A la fecha, este derrame ya afectó a más de 20 playas de Lima y el Callao y dos reservas naturales, perjudicando la fauna de la zona y a decenas de pescadores que viven del mar ahora contaminado
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