Jorge Nieto: “Cuando la sociedad peruana esté desesperada, va a pedir que se vayan todos y nuevas elecciones generales”

El exministro de Defensa y Cultura cuestiona el enfrentamiento entre el Gobierno y el Congreso. Explica una propuesta que permitiría salir de la crisis política que se vive en Perú.

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Jorge Nieto planteó una salida a la crisis política. Foto: Andina
Jorge Nieto planteó una salida a la crisis política. Foto: Andina

Esta semana, el presidente Pedro Castillo vivió una nueva crisis política dentro de su gobierno. El martes último, la primera ministra Mirtha Vásquez renunció a su cargo debido a discrepancias por el proceso de ascensos dentro de la policía que también se cobró la salida del ministro del Interior, Avelino Guillén. En reemplazo de la también exlegisladora del Frente Amplio se escogió a Héctor Valer, quien ha protagonizado un rosario de denuncias por violencia familiar. El actual parlamentario de Perú Democrático no duró y renunció a la jefatura del Gabinete tras 72 horas.

En medio del clima polarizado, el Gobierno y el Congreso se vuelven a enfrentar en medio de la pandemia y la necesidad de la reactivación económica. Infobae entrevistó a Jorge Nieto Montesinos, exministro de Defensa y Cultura durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, quien explica y plantea una propuesta para salir de la crisis.

—¿Estos seis meses de gobierno de Castillo ha continuado la crisis del quinquenio 2016-2021?

—Cuando hubo el proceso de las elecciones, dije con mucha claridad que había que elegir una opción de centro distinta de los extremismos de la derecha y la izquierda. Porque si escogíamos a uno de estos, lo que estábamos haciendo era la continuación de la confrontación. Ya el resultado de la primera vuelta nos marcaba que íbamos a seguir en esa senda. De modo que no es una situación inexplicable. La mayoría del electorado eligió la confrontación al apoyar a las opciones más extremistas de la política nacional.

—¿Entonces se prefirió seguir por la inestabilidad?

—No sé si se deseaba, pero en la práctica con los votos se eligió al señor Castillo y a la señora Fujimori. Ambos son los espectros extremistas de la política nacional.

-¿Qué mensaje brindó el presidente al reemplazar a Mirtha Vásquez por Héctor Valer?

—No sé qué mensaje desea brindar él, pero lo que hemos visto es irresponsabilidad, irreflexión y pobre capacidad para conducir el país. Cada acción del presidente Castillo ratifica que no está en condiciones de llevar adelante el camino del Perú.

—¿Usted cree que debería renunciar?

—Es una posibilidad porque tenemos un problema. Tenemos en Palacio de Gobierno a una persona que ha confesado su incapacidad para gobernar. Ha dicho que no está preparado y vemos que lo ratifica todos los días. Yo he propuesto una solución.

—¿Cuál?

—Un gobierno de gabinete. Este es un acuerdo explícito, público y abierto sobre los temas de la agenda política que se necesita en el Perú y sea planteado como base de una coalición parlamentaria de gobierno. Y con el apoyo de los que la integran se conforme el llamado gobierno de gabinete para acotar el poder del presidente.

—¿Y quién debería liderar este gabinete?

—Bueno, depende de la coalición. Primero debemos construirla. Sin ella, nada es posible. Ahora, hoy existe una coalición que es de facto y con una agenda clandestina porque no pueden abiertamente confesarla. Esa agenda es la suma de los intereses de los microbuseros, los mineros ilegales y los maestros que no cumplen la ley. Además, de los propietarios de las universidades marca patito que estafan a las familias y acaban de aprobar una ley que debilita a la Sunedu al poner a los regulados como los reguladores. Eso está funcionando muy bien en el Congreso. Lo que estoy diciendo es que debe haber una alianza clara y explícita con una agenda que debe incorporar temas como salud, educación, seguridad y calidad para los peruanos. Y con un primer ministro que proponga un gabinete real. Sin embargo, eso es muy complicado porque los actores políticos están muy por debajo del nivel que esperamos. Es la única salida que veo. La otra posibilidad es cuando la sociedad esté desesperada, va a pedir que se vayan todos y nuevas elecciones generales.

—¿El Gobierno ha dado un giro de la izquierda a la derecha?

—Creo que las categorías políticas no ayudan a entender lo que realmente pasa en el país. Si me dice usted que Héctor Valer es una persona de derecha, yo le digo que él estaba obedeciendo en estos momentos al señor Bermejo, quien dicta la línea política para salir adelante. Hemos pasado de Cerrón a Bermejo. No veo una discusión de izquierda-derecha, creo que aquí lo que debemos ver es estos intereses subalternos que se han podido configurar como alianza y se han situado alrededor del presidente Castillo.

—Durante los últimos meses se habló sobre la vacancia, pero ahora apareció la propuesta de una suspensión del cargo presidencial. ¿Qué apreciación tiene sobre esta idea?

—Es que estamos en el marco de cómo salimos del problema. Si se da cuenta la vacancia, la propuesta de la suspensión que viene del Partido Morado y el pedido de renuncia son formas de salir del problema que tenemos a una persona en Palacio de Gobierno que ha confesado claramente su incompetencia y desconocimiento para el cargo. Todo lo que me ha dicho son variantes. Creo que lo más razonable para proseguir con la democracia es un gobierno de gabinete. Si el presidente no toma medidas, vamos a llegar a los escenarios de la vacancia o la formula lanzada por el Partido Morado para resolver el problema que tenemos.

—El politólogo Martín Tanaka me decía en una entrevista que el principal problema de Castillo era su falta de definición. ¿Coincide con esta mirada?

—Yo creo que el presidente sí sabe muy bien lo que quiere, pero no es confesable. Entonces, necesita el manto de la noche y la clandestinidad para hacer lo que está reñido con la ley. No es casualidad que todos los lobbies de su gestión terminen en Palacio. Que el Gobierno no tenga rumbo político, eso es muy claro. Pero que el presidente no sepa qué hacer, me parece que no es así. Sí sabe qué hacer. Mire usted, en los últimos días se han despedido a cuatro funcionarios importantes del Estado. Todos ellos tienen que ver con los contratos que se hicieron para afinar estos concursos públicos. La persona que hizo la investigación del contrato del Ministerio de Transportes, cuya documentación se tiró atrás esa licitación del Puente Tarata, ha sido despedida. Lo mismo sucedió en Petroperú con la persona, que hizo retroceder la licitación directa del contrato de biodiesel, que también fue despedida. En Transportes y Telecomunicaciones, el viceministro y el director de Pronatel, quienes hicieron correctamente para utilizar la red dorsal de fibra óptica, han sido despedidos. Y al mismo tiempo, por otro lado, observamos que convocan a gente con problemas en sus currículos y tienen dificultades con la justicia. Entonces, los malos entran y salen los buenos. ¿Qué indica eso? Que el propósito está bien definido: tantas decisiones equivocadas no son casualidad ni errores. Ya configuran una forma de operación que, para mí, es la agenda clandestina. Estas personas que son nombradas en puestos claves de la administración, a pesar de sus incapacidades, están sacando a todos los encargados de compras, lo cual veo es muy sospechoso.

—¿Castillo contribuye a su aislamiento presidencial?

—El presidente se está aislando, evidentemente. Él ha hecho un cálculo matemático: necesita 44 votos en el Congreso para que no proceda la vacancia. Y creo que con el gabinete Valer trató de contribuir a este propósito.

—Perú Libre ha dicho que no respaldará al gabinete.

—Esa es la novedad. Si Perú Libre no otorga la confianza, el presidente no logrará los 44 votos que necesita para blindarse de la vacancia y podría ser sometido a este proceso. Observo al gabinete como un nonato. Veo que este acto es parte del aprendizaje señalado por el presidente.

—Usted decía que este régimen no está teniendo ni la cautela ni el cuidado necesario para no pasar de crisis en crisis. ¿Este contexto desplaza la discusión sobre grandes reformas que se deben realizar dentro del Estado?

—Pero, al mismo tiempo, avanza la agenda clandestina. Ya no es solamente que no tienen cuidado y cuentan con un pobre manejo político, también avanza sus intereses clandestinos. Ya aprobaron una ley que liquida a la Sunedu en un momento en que la economía del conocimiento avanza en el mundo. Por tanto, lo que acuerdan los congresistas es destinarles a los jóvenes peruanos un lugar retrasado.

—Ya se anuncian protestas en Lima. ¿Qué papel tendrá la calle? ¿Habrá un fenómeno social como lo ocurrido en noviembre de 2020?

—Yo creo que los muchachos, chicos y chicas, tienen que protestar. Me parece muy bien que entren a la participación política defendiendo lo que es fundamental: su futuro.

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